Alma Enamorada

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Nota aclaratoria: Buenas bandita uwu Pido perdón porque ando de gira artística (okno) y este fic me salió un poco más corto de lo habitual jsjs pero igual, el propósito de este es ser "ese capítulo" donde los personajes recuerdan algunas cosas :v y además, servir como debut para algunos personajes que veremos en Me Quieres o Me Olvidas parte 2 (o Reto Tokio, o La Venganza, o el subtítulo que quieran ponerle hasta nuevo aviso). Ya, mucho texto, comencemos uwu

 Ya, mucho texto, comencemos uwu

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Diosito sabe que Kira quería una vida tranquila.

Puede que muchas personas pensaran que un empleo de oficina diseñando los catálogos del Avon era una pérdida de energía, o que no valía la pena que se les pasara la vida haciendo esta actividad tan poco emocionante.

Kira no opinaba lo mismo. Para él, tener una rutina que no le presentara cambios drásticos en su itinerario era una bendición. Además, le estaban pagando para revisar y elegir entre un montón de fotos de manos para las páginas de los esmaltes de uñas. Estaba en el cielo.

Su sueldo no era la gran cosa, pero tampoco era como si necesitara tanto dinero. Vivía solo en la casa heredada por sus padres, así que no tenía que pagar una renta, ni había nadie que dependiera de él.

Bueno, sólo Killer Queen, su adorado gato esfinge.

El punto es que Kira estaba feliz con su rutina, estaba cómodo con su sueldo, y Killer Queen era toda la compañía que necesitaba.

Así que sí. Diosito sabía que Kira quería una vida tranquila. Y aún así, había abierto las puertas del cielo solo para mirar a Kira a los ojos y decirle "Pues no mi ciela".

Todo había cambiado un día que estaba llegando tarde al trabajo. Esa madrugada se había ido la luz en su casa, por lo que su teléfono no se cargó y terminó con la batería muerta, y por lo tanto, no sonó su alarma. Esos contratiempos no solían ocurrirle, así que lo sacaban mucho de quicio cuando se le presentaban.

Había doblado por una esquina corriendo, y se había estampado en el pecho de alguien. Alguien tan enorme y musculoso que provocó que Kira acabara en el suelo por el impacto.

"Fíjate por dónde vas" le había dicho aquel hombre de pelo rosado y voz profunda.

"Fíjate tú, pendejo, no estés chingando" le había respondido Kira, quien no estaba de humor.

No se quedó a ver qué respondía el hombre, sólo se había levantado y había continuado con su camino.


*****

—Abran la puerta— ordenó el chófer de la camioneta en la que iba Kira en esos momentos, hablando por la radio

Kira trató de ver por el vidrio polarizado de la ventana.

Hacía más o menos una hora que un chofer había ido a recogerlo a su casa en la ciudad para llevarlo al pequeño pueblo cercano.

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