Boruto - Lazos destrozados ✔️

55 - Nacimiento de un observador

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto

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Capitulo 55

Pasó un año entero durante el cual Boruto estuvo atrapado dentro del genjutsu de Madara. Dentro del mundo del genjutsu, Madara podía manipular la percepción del tiempo para ralentizarlo significativamente. Así que mientras que para el mundo exterior sólo había pasado un año, dentro de su genjutsu habían pasado cerca de mil años.

Al igual que todos los usuarios del Mangekyou Sharingan, los ojos de Madara le otorgaban habilidades especiales exclusivas de él. Usando sus ojos, Madara era capaz de moverse entre mundos, pero eso no era todo. Madara a menudo recibia visiones del pasado a traves de sus ojos de eventos que involucraban a sus ancestros. Podía escuchar las voces de muchos Uchiha que perecieron en batalla. Estas visiones permitían a Madara ser testigo de la larga y sangrienta historia de los shinobi. Le permitieron acceder a conocimientos que nadie más en el mundo poseía y, lo que es más importante, le permitieron comprender la verdad fundamental de los shinobi. Pero todo esto tenía un gran precio: la propia psique de Madara. Era difícil, casi imposible incluso, que un solo hombre pudiera ser testigo de tanta crueldad y odio desenfrenados. El conocimiento de la verdad llevó a Madara al borde de la locura en ocasiones. Sin embargo, era esta verdad la que pretendía transmitir a Boruto.

Así, atrapó a Boruto en su genjutsu e hizo que el joven Uzumaki reviviera la historia de los shinobi ocurrida a lo largo de mil años, vista a través de los ojos de generaciones de Uchiha. Desgraciadamente, esta historia fue de todo menos pacífica. Fueron años, décadas, siglos y un milenio de guerra y sufrimiento. Incontables vidas se perdieron durante conflictos que dejaron de terminar. Los campos de batalla estaban llenos de cadáveres de aquellos que habían caído en el olvido. Era un esfuerzo sin esperanza. Y Boruto se vio obligado a presenciarlo todo. Se vio obligado a sufrir tragedia tras tragedia, guerra tras guerra, traición tras traición, pérdida tras pérdida que pusieron a prueba su propia cordura. Tampoco se limitó a observar; Boruto vivió el dolor físico y emocional de innumerables individuos que lo perdieron todo en el interminable conflicto: sus hogares, sus seres queridos, e incluso a sí mismos. Al principio se negó a perder la esperanza, pero después de soportar tanto dolor, el Boruto que estaba lleno de esperanza en un futuro de respeto mutuo entre todos los shinobi dejó de existir, sustituido por un sabio cuyos conocimientos le proporcionaron una comprensión mucho más clara de la verdad de su especie. Y de esa comprensión surgió una visión sobre cómo lograr una paz duradera, una paz que por fin pusiera fin a toda una historia de derramamiento de sangre. Tras ser testigo de la historia de su especie, ya no creía en la idea equivocada de que los shinobi, cuando se les dejaba a su aire, podían crear una coexistencia pacífica. Alguien tenía que poner fin a este ciclo de odio. Y ese alguien tenía que ser él, porque sólo él comprendía realmente la verdad.

Mientras que el cuerpo de Boruto podía haber envejecido físicamente sólo un año, mentalmente había vivido casi 1000 años. Finalmente, después de todo este tiempo, se liberó del cautiverio de Madara. Y no perdió ni un solo momento en ejecutar su plan. El cuerpo de Madara yacía incapacitado en el suelo y sangraba profusamente por la cuenca vacía de su ojo. Boruto había extraído el ojo que le quedaba a Madara, dejando al Uchiha sin visión alguna.

Con un movimiento de su mano derecha, Boruto levantó sin esfuerzo el cuerpo del anciano y lo suspendió en el aire. Parecía casi telequinesia, pero en realidad Boruto estaba manipulando la propia gravedad usando sus ojos. Bastaba con extender el brazo con la palma extendida para inmovilizar a una persona.