Supe que era escritora cuando esa frase creada en un día de oseo me suplicó hacerla inmortal en un papel.
Y también, supe que ya era una mujer cuando entendí que la fuerza más poderosa no es el amor, es algo llamado ira.
El amor no mueve al mundo.
No existe romeo y julieta.
Porque si existieran, sabrían que su concepto de amor era erróneo.
Romeo estaría en la cárcel.
Julieta en un centro psiquiátrico.
Y sus padres no olvidarían su odio que fue por décadas, de hecho se incrementaría por el daño que ambos hijos se provocaron.
La gente no vive, come, trabaja o respira porque romeo y julieta se amaban hasta matarse.
Un concepto llamado ira movió a chile en el año en que Pinochet vivió.
Nos levanta del asiento cuando escuchamos hablar a los políticos.
Y nos hace salir a la calle para protestar, exigir nuestros derechos y dignidad.
Las cosas no se piden con amor.
Hablando no siempre se solucionan los problemas.
El derecho a voto de la mujer no se logró porque una madre le tejió con amor un suéter a su hijo político.
Un beso de amor profundo no hizo que la esclavitud acabará.
El hambre y guerra en siria no terminará porque “el amor lo cura todo”
Y esa chica violada no alimentará a ese niño con amor.
Si tu sentimiento eterno que juras de boca al suelo que intervenirá en el apocalipsis...¿por qué no me salva a mí?
¿Por qué no salvó a mi madre cuando mi padre la golpeaba?
¿Por qué no me dejó un paquete de fideos en la mesa cuando sólo teníamos una botella de aceite para huntar con pan?
Sé qué es el amor, lo he sentido, no niego que exista pero no puedes darle tanto poder a un sentimiento por encima de los otros y nombrarlo como una cura divina.
Jódete tú y tu positivismo.
