CAPÍTULO 10 : QUIZÁS

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Era una molestia, Izuku se le declaraba cada día y no lo soportaba, su mesa nuevamente estaba llena de cosas inútiles que el alfa había dejado como regalo, ¿Por qué se esforzaba tanto? Ya lo había rechazado muchas veces, una persona normal se rendiría al primer intento, pero Deku era persistente.

—Mierda— dijo Katsuki al ver el ramo de rosas y los chocolates que habían en su escritorio, sus ojos rubíes que estaban llenos de enojo se dirigieron al pecoso que miraba espectante desde su propio asiento —¡Deja de hacer esto, maldita sea!— exigió.

Izuku hizo un pequeño puchero al ver que a Katsuki no le había gustado el regalo, se sentía un poco decepcionado.

—Para la próxima vez traeré algo mejor— mencionó el pecoso tratando de no desanimarse.

—¡¿Estás escuchándome?!— preguntó con molestia al ver que el contrario ignoraba sus palabras —¡Te dije que dejes de hacer estas estupideces!

Sus compañeros quienes estaban presentes sólo se limitaban a observar la discusión y a la vez sentían un poco de pena por Izuku, aunque también sabían lo irritado que debía estar el rubio con la insistencia del alfa.

—Pero Kacchan, me gustas mucho y quiero mostrarte cuan serio soy con esto...

—¡Te estoy pidiendo que dejes de joder! ¡¿Que mierda no estás entendiendo?!— preguntó con enfado y a la par lanzó lo que había en el escritorio contra Deku.

Izuku logró cubrirse para que los objetos lanzados no le dieran en la cara y luego vio lo maltratado que quedó el ramo de rosas y lo magullado que terminó la caja de chocolates, ambos finalmente cayeron al suelo.

—No me voy a rendir Kacchan...— dijo Izuku —Tú me gustas mucho —le sonrió, esa estúpida sonrisa irritó aún más al rubio.

—No me vas a gustar, ya ríndete...

—Lo seguiré intentando— mencionó sin que la sonrisa se le borrara del rostro.

—(Que fastidio...)— pensó mientras tomaba asiento en su sitio y suspiraba con frustración.

(...)

Habían pasado algunas semanas desde que la insistencia de Izuku continuó sin cesar, de algún modo Katsuki ya se había acostumbrado a encontrar los regalos de su estúpido compañero encima de su escritorio, pero, que se haya acostumbrado no significaba que no le reclamara o le gritara para que se detuviera.

—(¿Otra vez?)— pensó al ver dos cajas medianas encima de su escritorio.

Se le hacía extraño que eso estuviera ahí, normalmente los regalos aparecían antes de que las clases empezaran, pero recién se había acabado la hora del almuerzo, no sabía porque lo había puesto hasta esa hora.

Katsuki tomó una de las cajas entre sus manos, Izuku aún no volvía del comedor, así que no se lo podía tirar en la cara como solía hacerlo.

—Golosinas picantes...— murmuró leyendo lo que decía en la caja, además de eso había una nota— ("Kacchan espero que disfrutes esto, sé que te gustan mucho") —leyó mentalmente y de manera inconsciente una sonrisa empezó a aparecer en los labios del rubio —Que idiota...— miró la otra caja y notó que esta contenía algo parecido a lo anterior, eran chocolates con sabores picosos —(Supongo que no es necesario devolver estos regalos...)— al rubio le gustaban mucho las cosas picantes así que por esta vez, no regresaría lo que le habían dado— (A veces puedes ser útil, idiota...)— abrió una de las cajas, luego sacó uno de los bocadillos y se lo metió a la boca —(Sabe bien...)— pensó mientras lo saboreaba.

(...)

Nuevamente sus ojos podían ver a Deku entregándole otra caja de golosinas picantes, durante la última semana éste había estado dándole los regalos de manera directa sin necesidad de ponerlos en su escritorio.

 NUNCA MÁS - DEKUKATSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora