2. Dash flash.

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Segundo paso importante de qué no hacer si un weón/weona te ghostea:

1. Ir a un carrete en su casa creyendo que todo saldría como lo tenía planeado.

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Alexa

—Creo que el delineado de un ojo quedó más chico que en el otro —murmuro, mientras comparo ambos ojos en el espejo.

—A ver—se acerca la María a revisar.—Alarga un poquito el del ojo izquierdo.

—Gracias, reina—sonrío.—Estoy un poco nerviosa, pero emocionada. Oficialmente hoy le damos inicio al plan "por si un culiao te ghostea no hagai las mismas weas que yo".

—¿Y ese título tan original?—ríe.

—Se me ocurrió en el momento—me encojo de hombros.—Ahora, la cosa es... ¿cómo haremos que el Benjamin esté libre hoy para poder acercarme a él?—pregunto.—Siempre se come con más de una mina en los carretes, así que no sé si tendré que pedir hora para no interrumpir la pasión.

—Hoy le cagamos la cachita—sonríe maliciosamente.—Y ahí entraré yo en el asunto. Me encargaré de que nadie se le acerque, por lo menos, durante el tiempo suficiente para que puedas sacarle info.

Eso logra captar mi atención.

—¿Qué plan malvado anda por esa cabecita?

—Ya te contaré después—me guiña el ojo.—Ahora lo importante es que ya vayamos, estamos lo suficientemente tarde para encontrarlo medio curao.

—Yo cacho que igual le debe faltar un poco—murmuro, viendo la hora en mi celular.—En estos momentos debe andar pensativo con qué mina la querrá hacer hoy.

—Y ya llegará la santa María a impedírselo—sonríe como un angelito.

—No me digas que te vay a comer con él—hago una mueca de asco.—Eso sería un sacrificio que no estoy dispuesta a aceptar.

—Te aseguro que eso ni en caso de urgencia—niega rápidamente.—¿Nos vamos? Yo estoy lista.

Aplaudo cuando la veo pararse de mi cama y da un vuelta para mostrar mejor el outfit.

Yo comienzo a modelar como si esto se tratara de una súper pasarela. La María silva, emocionada.

—Te veís tan perra que me encanta—ríe.

—Y tú estay en las mismas. Esta noche, querida mía, es totalmente nuestra—le doy un piquito, emocionada.

En nuestra amistad, esa wea es de lo más común.

...

—¿Pero cuánta gente hay aquí? Esta wea va a explotar—murmuro, con la boca abierta.

Nos encontramos frente a la casa del bastardo. Estamos escondidas detrás de unos árboles mientras observamos cómo se ve el carrete.

—¿Cruzamos?—pregunta, agarrándome de la mano.

Yo asiento y empezamos a caminar hacia la entrada. Mantengo la vista al frente y todo el rato con una confianza que me sorprende hasta a mi.

No veo al benjamín y mucho menos al Axel. Rezo en mis adentros que no estén ya tirando con alguien en alguna esquina de la casa, aunque lo dudo porque aún es muy temprano hasta para ellos. Supongo que algo de bueno tuvo juntarme tanto con esos weones que ahora ya los conozco más para el plan.

Tóxicos: por si un culiao te ghostea Donde viven las historias. Descúbrelo ahora