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El mundo trabaja de formas extrañas. El destino trabaja de formas extrañas. Muchas veces he escuchado a la gente decir "El mundo es realmente horrible", yo pensaba de la misma manera antes, ya no. Se equivocan, yo estaba equivocado. El mundo, nuestro mundo, es realmente maravilloso. Incluso con sus desastres naturales, puede ser lo más hermoso que veremos en nuestras vidas, ya sean largas o cortas. Son la personas, nosotros, quienes hacemos del mundo algo horrible. Si nos pusiéramos todos de acuerdo, haríamos del mundo un lugar realmente hermoso y habitable.
Antes creía que mi vida tenía que tener algún sentido, debía tener algún propósito. Durante mucho tiempo pensé que era morir como mi padre, dando mi vida por los demás, morir con honor y haciendo algo que nadie más logró hacer...No soy mi padre, y ahora sé que no debo serlo. Sólo soy yo, y eso está bien. Siempre debemos ser nosotros mismos.
Nunca me consideré alguien de gran intelecto, pero tampoco soy un tonto sin remedio. Soy un poco impulsivo, mamá decía que lo heredé de mi padre...Mi padre. Un hombre que tuvo una forma de pensar diferente a la de los demás. Él creía que todos, sin importar raza, forma o color, podíamos vivir en paz. La mayoría de la gente lo llamó loco. No los culpo, no hace mucho había sido la cacería, aún tenían miedo. Mi padre enamoró a mi madre con sus ideales, su espíritu libre y su forma optimista de ver las cosas. Jacob, por otro lado, amo de mi padre su valentía, decisión, postura y el brillo en sus ojos cuando hablaba de cómo cambiaría el mundo. Siempre admiró de mi padre la forma en la que hablaba de lo que pensaba y sentía, sin miedo a lo que dirían o pensarían los demás. Mi padre los amaba a ambos, pero se quedo con mi madre, porque la única cosa que no se atrevía a hacer era lastimarla. Mi madre. Definitivamente ella fue la mujer más dulce que conocí en mi vida. Siempre hablaba con cariño en su voz. Fue realmente triste verla en aquel estado tan lamentable cuando mi padre falleció. Jacob, Ava y el señor William tuvieron que hacerse cargo de mi, mi madre ni siquiera era capaz de mirarme a los ojos. No la había escuchado decir una sola palabra, hasta aquel día en que llegó aquella carta, las cartas que me dió Adalis. La odie por un pequeño momento, a mi madre, pero no era justo de mi parte molestarme con ella. Luego me odié a mí, por haberla abandonado sabiendo lo mal que estaba. Tal vez perdí a mis padres antes de darme cuenta, pero el poco tiempo que los tuve fue suficiente para saber que ellos eran personas realmente maravillosas. A veces creo que no soy la mitad de padre que ellos fueron. No soy la mitad de persona que ellos fueron.
