Recuerdos oscuros.
Me muevo en medio del sueño, y siento que la piel me comienza a picar, abro los ojos acostumbrandome a la luz que me da en la cara y cuando me doy cuenta estoy tirada aún en césped del cementerio.
Perfecto, me quedé dormida dentro del inframundo.
Me estiro, y me levanto del suelo. Recojo la botella y salgo del cementerio.
Me detengo en un auto y me veo en las ventanas de el. Estoy hecha un desastre, me recojo el cabello en un moño desordenado y tiro la botella en un bote de basura.
El sol me está empezando a pasar factura, la resaca es jodidamente necia, no tengo efectivo para pagar un maldito taxi ya que el que tenía lo gaste para la botella.
Camino maldiciendo mi vida, y mis días. Empiezo a sentir la necesidad de bañarme ya que la piel empieza a sentirse pegajosa.
Mi hombro choca con no se quien putas y tampoco le doy importancia y sigo caminando.
Estoy de mal humor, esto es lo que pasa cuando te tomas una botella de whisky tu sola y de paso te fumas un rollo de marihuana.
¡Tengo hambre!
Grito para mis adentros.
—¡Oye! ¿Quieres un aventón?- dice alguien manejando un auto negro a mi lado a muy baja velocidad.
— No, largo.
No es un perfecto día para que me secuestren y me hagan picadillos.
—Solo entra, no seas gruñona.
Escucho mejor la voz y es una voz femenina, volteo a ver quien es. La ventana del auto le tapa la mitad de la cara y no la reconozca bien ya que tiene lentes oscuros. Bufo, dejo los ojos en blanco y sigo caminando.
—No te hagas la difícil, Vero.
Ok, sabe mi nombre, tiene lentes obscuros, no se deja ver la cara, su auto se ve caro, creo y presiento que es el mejor momento para correr.
— Soy Diana, ¿no me reconoces o que?
La vuelvo a mirar, y baja el vidreo de la ventana por completo, se quita las gafas dejándome apreciar esos ojos azules.
Suspiro irritada.
— Perfecto, ahora si se me termino de joder el día.— es lo que alcanzo a decir.
— ¿Quieres entrar? Pareces una loca y no creo que aguantes caminando hasta tu casa.
Creo que no tengo de otra, así llego rápido a casa y me doy un buen baño para que se me quite este puto dolor de cabeza.
Me subí en el asiento copiloto y eché mi cabeza hacía atrás.
La mire, mantenía la vista en la carretera.
Intentare sacar conversación a la final, no ha sido grosera conmigo yo soy la grosera con ella.
Aclaro mi garganta— Disculpa por dejarlos solos ayer, es que no me sentía muy bien.
— Tranquila, no pasa nada. Al rato me fui yo.
No dijimos nada más.
Que incomodo.
No sé cuanto tiempo paso pero ya estaba en la puerta de mi casa.
— Gracias por traerme.
—No hay de que. Solo se una chica normal y no duermas encima de una tumba.

ESTÁS LEYENDO
Latidos infernales [Completa]
RandomVerónica Rausell, una chica de 22 años que busca la manera de saciar su rabia y toda las desgracias que a su vida le ha pasado matando gente. Sus demonios despertaron desde que su mejor amiga se fue, era su única fuente de fe y ahora que ella y ni s...