Capítulo 10

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Daniela Calle

Golpe con la realidad.

Me duelen los músculos, las piernas, los brazos y la cintura.

«No quiero moverme».

Mi cerebro proyecta el trailer de la noche anterior «María José encima de mi, yo caliente, ella atrapándome las manos, yo correspondiendo los besos y teniendo el mejor orgasmo de mi vida».

«¡Virgen santa!».

Abro los ojos con la esperanza de que haya sido un sueño. La luz que se filtra a través de la ventana me confirma que no. «¡Sí, soy una maldita zorra!». «¡¿Cómo mierda pude engañar a Jacob?!». «¡¿Cómo diablos lo voy a mirar a la cara?!». «¿Cómo carajos le diré lo que acabo de hacer?».

Rompo a llorar.

«¿Cómo pude ser tan estupida?». No tenia por qué dejarme llevar.

Escucho el sonar de la ducha y miro a mi alrededor buscando alguna esperanza de que sea un sueño mientras lagrimas gruesas siguen rodando por mis mejillas. 

Me visto con lo poco que llevo, tengo la camisa de vestir destrozada, para colmo, no hay señal de mis bragas.

Me recojo el cabello e intento calmarme, ninguno de mis intentos da fruto. Trato de controlar mi respiración, si sigo así voy a hiperventilar.

Años de noviazgo tirados a la basura por un simple momento de debilidad. Tanto mis promesas como el amor que juraba tenerle eran mentira, porque él que ama no engaña. El que ama no traiciona y el que ama no rompe en mil pedazos la confianza de una ser querido.

No contengo las lagrimas. «estupida, estupida y mil veces estupida» me repito una y otra vez.

Termino de vestirme con lo poco que tengo y escucho pasos que vienen en mi dirección. 

Me pesa el corazón. Me dejo caer de golpe en la cama acunando mi cara entre ellas.

Me lleno de aire dando media vuelta para mirarla. Esta de pie frente a mí, erguida y con los brazos cruzados, con su típica figura prepotente y autoritaria.

«La odio».

– ¿Dejaras de lloriquear? ¿o necesitas otra hora de llanto y lamentaciones?

– ¡Eres una maldita gilipollas!

Se encoge de hombros cómo la típica cría que le importa una mierda todo lo que pasa.

– No es la primera vez que me lo dicen.

Su cara de tranquilidad es desesperante, mataría por darle un puñetazo borrando la mascara de serenidad.

– Anoche...

– Lo de anoche fue un error ¿Ok? Me vale una mierda si se lo quieres decir a Jacob, a tú mamá, a tu mejor amiga, ya está. No hay nada que hacer – Se pasa las manos por el cabello húmedo – lo único que quiero es irme de aquí sin tener que lidiar con tu inestabilidad emocional. 

Se da media vuelta para marcharse.

– Pensé que Jacob era tu mejor amigo.

Medio voltea con una ceja enarcada.

– Y yo pensé que tú lo amabas.

Se marcha dejando mi dignidad por el suelo. 

Mi vida, mis sueños de una familia feliz, mi futuro con el hombre que da la vida por mí. Todo lo arruine, todo lo jodi.

No tengo motivos suficientes para culpar a la energúmena que camina frente a mi porque en el fondo yo quería que esto pasará. Aprieto los dientes «lo llevo queriendo desde que la vi».

Obsesión por ella (CACHE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora