Capítulo 2

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Estoy sola otra vez y puedo ver el auto destrozado de aquella noche, pero no veo mi cuerpo allí,  lo único que puedo apreciar es sangre. Puedo ver la silueta de un hombre a unos metros parado justo enfrente de mí, parece mirarme fijamente mientras avanza con pasos tranquilos en mi dirección, pero siguió su camino hacia el bosque. Era como si yo no estuviera en aquel lugar.

Comencé a seguirlo hacia donde había unos troncos que separaban el camino, al otro extremo había una chica parada junto a un árbol, él caminó hacia ella y la sostuvo tan cerca que pude ver como rozaban sus narices. Había algo tras ellos, pero no podía distinguir lo que era, todo estaba oscuro y solo la luz de la luna alumbraba aquel lugar. De repente todo a mi alrededor se puso más borroso y sin verlo venir, senti que me quedaba sin aliento, el frío se congelaba en mis pulmones, lo que hacía que me sentiera vacía en aquel lugar. 

En cuestión de segundos algo saltó sobre mí tirándome al suelo. Ya no podía ver nada, pero podía sentir las hojas húmedas en las palmas de mis manos, a la vez que sentía como las gotas de lluvias caían en mi rostro. Volví a retomar la visión borrosa y me senté con cuidado aun aturdida por el golpe en la cabeza. 

Vi que estaba sola, no había ni un rastro del hombre y la chica. Me levanté con apuro y caminé en busca de una salida, pero era inútil, era como caminar en círculos. Empezó a llover y cada vez hacía más frío, escuché pasos acercarse hasta que hubo un completo silencio y solo se escuchaban las gotas de lluvia caer. Miré a mi alrededor y fue cuando me di cuenta de que no estaba totalmente sola. Justo enfrente de mi pude ver aquellos ojos que captaron mi atención cuando miraba por la ventana, esta vez podía distinguir la silueta de alguien, pero no podía ver su rostro. Sus ojos estaban en llamas porque era lo único que podía ver en medio de toda esa oscuridad. Me quedé inmóvil sin saber qué hacer, pero no tenía miedo, aquella silueta retrocedió unos pasos para luego empezar a correr.

— ¡Espera! — grité a la vez que apresuraba el paso para seguirle.

Traté de alcanzarlo, pero era demasiado rápido, seguí corriendo en su dirección hasta llegar a la acera de la carretera. Cuando justo allí de pie, sentí como un líquido se empezó a escurrir desde mi nariz hasta mis labios y entonces me percate de que estaba sangrando, todo empezó a darme vueltas nuevamente, provocando que sintiera mi cuerpo cada vez más pesado. Sin poder aguantar un segundo más, caí al suelo dejándome ver a último momento aquellos ojos de un tono intenso que me observaban a una altura prudente, poco a poco mis parpados se fueron cerrando y entonces supe que caería nuevamente en esa oscuridad.

La alarma sonó haciendo que me sobresaltara. De inmediato me aliste y baje a la cocina, pero no había nadie. Entré a todos los cuartos de la casa y me di cuenta de que papá y mamá habían salido temprano para el trabajo. Se suponía que me iba a quedar despierta hasta que uno de los dos llegara, pero sin duda había quedado rendida ante el cansancio del primer día. 

Salí y vi a Lauren estacionada justo en frente de la casa mientras miraba algo en su celular, me subí al auto percatándome de que llevaba mucho más maquillaje puesto del que normalmente usaba.

— ¿Dónde estabas ayer? — pregunté tras ver la serenidad en la que se encontraba, recordandome como papá y Colin estuvieron preocupados la noche anterior mientras que ella se encontraba en su tranquilidad inmersa .

— Estoy bien ¿Y tú? — soltó con ironía en lo que arrancaba. 

— Me quedé toda la tarde esperándote. — mantenía la cabeza recostada a la ventana observando los autos que se colaban uno de otros antes de poder salir a la intercepción.

— Estuve con Johnny a la tienda de discos y olvidé que tenía que esperarte. — replicó como si aquello fuera algo insignificante.

Solté un bufido un tanto cabreada por su alegación.

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