Amokoscisia

Parte Única

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Jon admite que quizás el enfrentar a Damian y, prácticamente, desautorizarlo frente a todos los accionistas de su empresa, no había sido la mejor de las soluciones a sus desacuerdos laborales. Porqie sí, a lo mejor el hablarlo primero en privado y llegar a un acuerdo hubiese sido la salida más facil. Pero en ese momento eso era lo único que se le había ocurrido para que el proyecto en el que estaban trabajando fuera en marcha como se debería, usando la idea que el padre de su amigo, el Sr. Wayne, había sugerido.

Como sea, ahora iba directo a la oficina del moreno por petición del mismo a hablar de las cosas, sabiendo el problema que se le vendría encima una vez entrara ahí.
Porque si bien ellos dos habían sido amigos -primero 'rivales'- desde que sus padres los presentaron a la edad de diez y trece años respectivamente, y ahora ambos trabajaban en conjunto como iguales en una empresa que Damian había fundado con esfuerzo desde cero, -una a la que el mismo Wayne lo había invitado a participar-, la verdad era que su amigo seguía teniendo ese mismo carácter de mierda de siempre, y por lo tanto, lo que menos le gustaba al ojiverde era que lo contradijeran en público.

Al llegar a la oficina, contó hasta tres, mentalizándose. Esperando en Dios poder salir vivo de esa.

Bien, bien. La verdad es que si estaba exagerando. Pero de que Damian le daría la gritadera de su vida, se la daría.

Abrió la puerta del lugar, sin tocar, -no lo necesitaba- Damian era su mejor amigo y así de grande era su confianza entre ellos. Lo que  pensándolo bien, lo hizo sentir culpable por haberlo expuesto de esa forma en la junta y ante todos.

Bueno, entonces, aunque Damian le gritara, se disculparía.

Con eso en mente, entró con cautela al despacho de su amigo, sorprendiéndose cuando lo encontró sentado en el borde de su escritorio de lo más relajado, sonriendo como si nada. No como el diablillo irritante y amargado que era siempre, Jon procedió con cuidado, cerrando la puerta detrás de él, sabiendo que esa actitud en su amigo era propia de una trampa.

“¿Sabés? " Comenzó el moreno. "Nunca espere una traición así venir de ti" Dijo, y su sonrisa se volvió la más falsas de las falsas. "No pensé que tendrías el valor de hacerlo, de hecho. No luego de todo lo que hemos pasado juntos..."

Jon dió un suspiro mental de agotamiento.

Genial, había despertado el lado loco y dramático de su amigo.

"Damian, tienes que aceptar que tú también te equivocaste" Declaró, pese a todo, aún con la idea de disculparse. Pero no sin antes dejarle sus puntos claros a su amigo.

"¡Yo nunca te he expuesto de esa manera! menos frente a desconocidos inversionistas y prejuiciosos" Su sonrisa se había borrado, y ahora un gesto de enojo la reemplazaba.

Jon suspiro. Está vez físicamente, rogando por paciencia.

"No, Damian, lo sé. Pero tú necedad me desespero a más no poder" Jon sé defendió e hizo una mueca. "Pero te aseguró que algo como ésto nunca volverá a suceder. De ahora en adelante discutire contigo éstas cosas en privado. Lo prometo"

"Ah, que genial. ¿Y si te dijera que estoy seguro de que en efecto algo como ésto no volverá a suceder porque, a partir de ahora, estás despedido?" Dijo y Jon tuvo que parpadear dos veces para asegurarse de que no estaba en uno de esos escenarios trágicos que se había imaginado antes de venir aquí.

Pero, no, no lo estaba. Había escuchado bien lo que Damian le había dicho. Y la declaración sé hundió en su estómago como una pesada roca.

Ambos habían tenido discusiones antes sobre el manejo de la empresa, pero jamás, y ensrio, JAMÁS, Damian lo había despedido o siquiera lo había amenazado con hacerlo. Sin importar qué.