El agotamiento era grande, había pasado casi todo el día de un lado al otro acomodando sus malestas en su auto y solucionando asuntos con su hermana quien lo tenia estresado desde hace semanas por su regreso luego de años fuera del país, lo único que escuchaba era "No se te olvide tal cosa", "recuerda llamar a mamá apenas llegues", "papá no va a recibirte pero te manda saludos y un buen viaje", "Touya tampoco estará pero te extraña", "procura sellar bien tus maletas Shoto" y una infinidad de cosas más. Lo de su padre se lo había repetido varías veces, como si tuviera miedo de tener alguna clase de rencor por no recibirlo junto a su hermana y madre, pero no le importaba mucho, sabía que su viejo no podía estar allí al no vivir desde hace años en la gran casa y honestamente prefería que fuera así, se ahorraría situaciones incómodas.
Apenas y tuvo tiempo de sentarse y tomar el café amargo de todas sus mañanas o tardes para recargar sus energías, ya no tenia mente para las sugerencias de su familia y las constantes llamadas que se forzaba a contestar de sus viejos amigos felices por el regreso a su hogar. No quería pensar, necesitaba un profundo sueño y lo tomaría en el avión que partía dentro de cuatro horas.
Bostezó bebiendo nuevamente de la taza sin despegar su mirada de las rayos del sol que se reflejaban a través la ventana de su ya despejada habitación, intentando entrar en suma tranquilidad antes de las efusivas despedidas que deberá dar. Se percató luego de como en uno de los estantes -en su mayoría despejados- reposaba un libro que al parecer había olvidado guardar, suspiró cansado y se dirigió hacia el estante tomando entre sus manos el libro el cual se dió cuenta que hace años no veía, hasta creyó haberlo perdido luego de la búsqueda desesperada del objeto sin tener éxito alguno.
Lo abrió curioso sin recordar mucho por que lo había traído, ni siquiera era un libro grande ni grueso, la tapa de la portada era lisa y sin nombre, por lo que parecía un simple diario o cuento corto que alguna vez leyó. Se sorprendió al ver como de entre las hojas caía un papel, frunció el ceño inclinándose hasta tomarlo en manos y su sorpresa fue grande al ver como se trataba de una pequeña fotografía.
Sus ojos se iluminaron al identificar al adorable niño de regordetas mejillas, salpicadas en manchas cafés y brillante mirada verde que sonreía ante la cámara con una contagiosa alegría que enterneció su corazón.
Sin darse cuenta una media sonrisa adorno el rostro del semialbino sin poder apartar su mirada de la imagen. Hace tiempo que no veía al tierno niño del cual cuidaba cuando era más joven, apesar de no ser de la familia lo quería como a uno más y siempre velo por su bienestar al igual que todos en su hogar, solo esperaba que no se haya olvidado de él al volver, por años lo tuvo en su cabeza preguntándose cómo estará y teniendo curiosidad de su actual apariencia que seguro había cambiado un poco en estos cuatro años lejos.
Fuyumi pocas veces le había hablado sobre su progreso académico y como cada día era más tierno, eso le causaba gracia más desde hace un año que no sabe nada del niño al Shoto estar tan ocupado en sus estudios y las prácticas para su nuevo trabajo. Sin embargo no estaba nervioso y solo esperaba que al llegar pudiera retomar esa relación de cuidador hacia el pecoso y apoyarlo en sus estudios, es lo mínimo que podía hacer luego de irse repentinamente del país.
Suspiro guardando la fotografía en su billetera y siguió con la organización. Las horas pasaron rápido y ya se encontraba a punto de subir al avión que lo llevaría a retomar su vida nuevamente, esta vez con mejores ánimos que antes, solo esperaba no hubieran contratiempos que le dificultaran su tranquila estadía en su residencia, era lo único que pedía.
Se despidió de su abuela al igual de algunos compañeros que lo acompañaron y subió al avión de primera clase para tomar su respectivo asiento y relajarse, esperando que todo salga como había planeado. Cerró los ojos y dejó que el cálido recuerdo de su hogar y las personas que lo rodeaban en ese entonces lo envolviera, al igual que la dulce imagen del niño que esperaba ansioso su llegada, aunque él no lo supiera.
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Belleza ilícita -Tododeku-
FanfictionSu belleza era cautivadora. Había nacido con el maravilloso don de atraer a las personas a su alrededor, similar a un imán, encariñarlas con suaves risas y pronunciando inteligentes palabras, luciendo su conocimiento llamativo como un diamante. Así...