Parte única

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Seúl, Corea del sur; 1983

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Seúl, Corea del sur; 1983

«Porque sentirse vivo es lo que todos buscan, pero nadie se da cuenta que no necesitamos buscarlo, porque ya lo estamos. Siéntete especial por estarlo». Aquella frase la odio más que a nada.

Ahora mismo me encuentro dentro de un auto justo en el asiento trasero del lado del copiloto, observando el cielo y suspirando ante lo bien que se siente la brisa del aire pegando a mi rostro, pues el vidrio está bajado y hace unos segundos que ha dejado de llover, despejándose el cielo.

Los días con demasiado sol no me gustan, en cambio ¿has notado el cielo después de una lluvia? Las nubes que cubren al sol provocan un color cálido, pero el aire es helado. Es realmente lindo observarlo y después girarme hacia mi familia, escucharlos reír mientras disfruto del dulce en mis manos; notar que somos felices, y que nada nos hace falta.

Pero sabes, hoy es diferente, pues a pesar de que miro al cielo, no me siento igual, quizá porque al girarme no está mi familia, y me he dado cuenta de que mis manos no tienen un dulce, en cambio están juntas siendo unidas por un frío metal que me es incómodo.

Frente a mí, en el asiento del piloto y copiloto hay dos extraños hombres vestidos de azul y blindados. No les dirijo la palabra, pues me cansé de que no me creyeran.

Justo en estos momentos parecen hablar de mí, escucho como platican sobre lo que pasó, pero decido girar de nuevo hacia la ventana; es inútil seguir intentando. Ellos no me creen y no quieren ayudarme, no quiero hablar con ellos.

Dicen que desde que me encontraron no he dicho una sola palabra, pero yo no lo recuerdo, no entiendo nada y ellos no entienden eso.

Al transcurrir del viaje observo como las nubes comienzan a ir más rápido, despejando por completo el cielo, y entonces observo mis manos, pues no me gusta que el cielo se despeje.

Noto una ligera mancha en mi camisa, es roja. Ellos insistieron en que debía portarla y no debía quitármela, pues me delataría yo solo, pero no saben de lo que hablan. Por alguna razón no puedo sentir miedo. ¿Será por qué no sé qué es lo que sucede? No lo sé, juro que no lo sé.

Esta oscureciendo y aún no llegamos al destino del cuál debería temer, pues según ellos, pagaré por lo que hice, pero no sé qué es lo que hice ¿es realmente malo?

—Si no hablas no podemos ayudarte, debes decir la verdad, no te creemos —dice el copiloto dirigiéndose a mí, pero me giro hacia la ventana, ignorándolos.

—Es inútil Sang, no dirá nada —esta vez habla el piloto deteniendo el auto, pues el semáforo había cambiado a rojo.

—¿Tú le crees? Porque yo no, es un mentiroso con problemas realmente graves.

¿En serio miento? Tampoco lo sé. Me siento indiferente a la situación, pues yo no lo he hecho, yo solo... no lo recuerdo.

El semáforo cambia a verde y el auto avanza, es entonces cuando su radio suena; preguntan si todo va bien, a lo que ellos responden con un sí. Suspiro de nuevo, mi cuerpo como mi mente están cansadas y tampoco sé la razón.

My Little Cloud Of Hope ✧ Yoonmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora