chapter 4

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Llegó un momento en que empezaba a enloquecer, porque el sabor de mi madre no se encontraba en los demás? ¿Sería por el tipo de sangre? ¿O tenían que ser mujeres con su parecido?

Posiblemente tendría que ir a por chicas pelirrojas, altas y de ojos azules, así que fue lo que intenté, igual ya era aburrido matar siempre de la misma manera, así que decidí cambiarlo. 

Me dedicaba a ir a sitios y conocer chicas para llevarlas a mi casa y matarlas, aun recuerdo mi primera víctima parecida a mi madre se llamaba Angie, su piel era muy pálida y su pelo era algo y rojo como el fuego incluso le escribí un poema. 

Conoció a Lucky y decía que era precioso, le gustaba mi casa y pasar tiempo conmigo aunque a mi me daba exactamente igual todo eso, yo solo podía pensar en su sabor. 

Antes de matarla le hice un poema, era una bella persona y que menos que hacerle eso , se lo di antes de matarla y mientras ella lo leía pude notar el miedo en sus ojos aunque no le di tiempo alzar la cabeza para mirarme ya que fui directamente a su corazón con mi cuchillo. 

Unas diez puñaladas en su pecho mientras estaba muerta en su charco de sangre, me senté observando el cadáver. 

Ahora sí podría sentir el sabor de mi madre , fue un intento fallido ya que no fue así que la rabia me consumió por dentro y arranque la piel de su cara. 

Lo intente con muchas mujeres repitiendo lo mismo, pero el maldito sabor no estaba, me estaba cansando de tener que llevar mujeres a mi casa, de tener que socializar con ellas, la piel de sus caras estaban en uno de mis cajones. 

¿Qué más podía hacer si no encontraba el sabor de ella?. 

Tu pelo rojo infernal, 

Recordandome al mal, 

Quiero arrancar tu vida, 

Quiero comerte viva. 

DominickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora