Julieta POV
Me arrepentí en el momento en el que vi el juego mecánico. «Respira, Julieta. Ya pagaste tu boleto. Nos iremos a casa en cuanto acabe». Sé que Julián tenía razón cuando dijo que nunca salgo de mi casa. Diciéndolo de forma amable, sus palabras exactas fueron «Es aburrido estar contigo todo el día». También sé que un parque de atracciones es algo un poco extremo, pero no puedo sacar de mi mente sus palabras. Sentí la necesidad de demostrarle que puedo hacer cosas divertidas y espontaneas. Ahora sólo siento ganas de ir con mis hermanas a ver películas y hacernos una mascarilla.
Cinco segundos necesito. Voy a respirar y a contar hasta cinco, de ahí voy a acercarme a la chica que acepta los boletos y no habrá marcha atrás. Lleva un par de minutos mirándome como si conociera mis pensamientos. Tal vez lo hace, no debo de ser la primera persona que se acerque con dudas. Cierro mis ojos y cuento. Son los segundos más rápidos de mi vida, aunque los pronuncié en voz baja desesperantemente lento.
Abro mis ojos y empiezo a caminar; empujando mis pensamientos al fondo de mi cabeza y a un par de personas que se cruzaron en mi camino. Quiero voltearme y pedirles una disculpa, pero sé que si lo hago me voy a arrepentir inmediatamente, así que sólo la murmuro siguiendo mi camino; aunque, dudo que la hayan oído.
La chica con la playera blanca y una montaña rusa bordada en el lado izquierdo de su pecho me sonríe ampliamente. Le tiendo mi boleto sin decirle nada. Espero que tome mi sonrisa como algo positivo, no me gusta cuando las personas piensan que soy maleducada.
«Tu primera vez aquí, ¿verdad?». Asiento con la cabeza, creo. Siento que se me empieza a revolver el estómago y el cereal que desayuné hace 12 horas amenaza con salir. «Está bien, no es tan horrible como parece ¿Quieres que guarde tu mochila mientras estás allí?»; señala con el dedo unas estanterías detrás de ella. No me da tiempo de responder cuando empieza a tomar la mochila blanca que sostengo; la cierra y la pone en la segunda repisa. «Solamente que vas a tener que esperar. Tienen que ser al menos 8 personas para poder iniciar el juego. No suele tardar mucho, unos 10 minutos. Te dará tiempo de respirar» «Me dará tiempo de irme a casa», quiero decirle. Abre el cordón frente a mí y me hace señas para que entre en el juego. «Puedes sentarte donde quieras. No huyas». Esta vez sí tengo voz y suelto una risita. Trato de que mis hombros no estén tan tensos. «Gracias». No pensé que su sonrisa pudiera ser aún más grande. Parece una chica sacada de un comercial de pasta dental.
No había diferencia entre los asientos más que su color. Me siento en el rojo, que es el más cercano. No creo que mis piernas me permitan llegar a algún otro. «Respira, cuenta hasta que esto empiece. No nos vamos a arrepentir. Podemos hacer cosas divertidas fuera de casa. Le hubieras dicho a Carla que viniera contigo. Te hubieras puesto un pantalón en lugar de una falda». Abro los ojos «mierda».
Gabriel POV
«La última vez que vine aquí teníamos como 12 años. Tu mamá no nos dejó subirnos a ningún juego», dice Nicolás, con un brazo sobre los hombros de Ana, poniendo su barbilla en su cabeza. Ana puede sentir la burla y se aleja de él bruscamente, haciendo que su cabeza caiga. Nicolás se ríe y la jala de nuevo hacia él. Trato de fingir que no los veo, pero son como un imán. Desde que empezaron a salir (oficialmente hace un par de años, pero todos lo sabíamos desde la primera vez que estuvimos aquí) han atraído la atención de todos. Son adorables y envidiables.
Nicolás se rasca la nuca, y tengo que reprimir mi sonrisa cuando me voltea a ver. Al parecer se considera traición cuando te ríes de tu amigo en presencia de su novia; aunque eso nunca ha evitado que lo hagamos. Con evitar ser descubiertos es suficiente.
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Julieta y Gabriel
RomanceEs un libro de minihistorias de Julieta y Gabriel. Se conocen en un parque de diversiones, y aunque no fue planeado se conocen, realmente se conocen. Primeras citas, malas experiencias previas, amigos ruidosos y más. Todo es muy dulce con Julieta y...