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Mortal endeble y desvalido.

Sólo tendrás un miedo mayor que el que sientes al rugido del León.


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No podía mantener la concentración. Además todo sucedía lejos, muy lejos de El... o eso parecía.

Allende se encontraba no sabía donde exactamente. Dolorido, hambriento, con frío, herido y drogado. Ya era incapaz de cortarse para contar los días. Fue consciente hasta las 5 semanas. Atado las 24 horas sólo esperaba que ese día no fuera peor que el anterior... igual normalmente erraba.

Sintió en su debilidad que era arrastrado por el piso de distintos lugares. Cuando quiso abrir los ojos una fotofobia descomunal hizo desistir. Pero se dio cuenta de que cruzó un tramo al aire libre. Fue metido a un galpón y le abrieron los ojos adrede.

Un Pampa sin armamento cuyo plano derecho estaba siendo desmontado. Con esfuerzo el oficial llegó a leer la matrícula. Comenzó a revolverse entre sus captores. Pero uno de los que trabajaba allí se acercó de un movimiento y lo golpeó con su herramienta brutalmente en las costillas.

Lo aventaron hacia adelante y, desde el piso, pudo ver a alguien con auriculares. Esta persona claramente expresó- O Usted habla, o Allende paga-

Ante esto el aviador empleó su resto físico para ponerse de pie e intentar forcejear con su contraparte- ¡No diga nada Soldado!- Logró gritar por el micrófono antes que lo alejen de una pechada. Tomó la oportunidad y trató de correr fuera de allí. Pero uno de los captores, sin inmutarse, sacó de debajo de una mesa un rifle y tiró contra Marcos, cual cayó inerte de bruces al concreto.

-¿Por la espalda?, ¿En serio? Un poco cobarde resultó el soldadito- Valentino sin poder expresar su indignación o incredulidad de otra manera. Trataba de entender qué querían de Allende. Seguro lo mismo que de el querrían pero en otra función. No estaba listo para deducir si se trataba de una venganza, un error, un arresto. Sabía que podía bajo su accionar caer prisionero y ser entonces impuesta una pena, un trabajo, una acción reparadora de sus delitos como venía sucediendo todo aquel tiempo. Pero no esperaba que la ley fuera tan abarcativa como para encarcelar un avión,  además ninguno de sus camaradas estaba ahí. ¿O estaban en otro lugar pasando por lo mismo?... 

-No es plomo. Es un dardo- Quitó de la recámara del arma un ejemplar y lo enseñó- Mire- Tomó el brazo de un compañero, le clavó el objeto y atenuó su caída - En unas horas se despierta. Igual no tiene Usted derecho a llamarme cobarde cuando desapareció prisioneros de la dictadura eyectándolos maniatados en el Río De La Plata, bombardeó el Banco Central de noche,, sobrevoló la Casa Rosada en tentativa de ataque, y la lista podría seguir. ¿Atacar en superioridad de condiciones no es de cobarde también?-

-Usted sabe que lo que dice es mentira. ¿No? Andar arruinando reputaciones. Eso si es de cobarde-

-Y la gente, la masa, el gran pueblo argentino. ¿A quién piensa que le cree al final?-Dejó al aire tomando a Allende por los pies y arrastrándolo nuevamente por donde llegaron.

-¿Dónde lo llevan?- El avión.

-Díganos cómo ejercitan, quiénes están a cargo de Ustedes, acepte servir con OTAN y a ningún lado. Lo dejamos acá así, vivito y coleando- Se hizo el silencio- ¿Y? ¡No tengo toda la tarde!-

-No- El Pampa respondió secamente. Era una orden y a rajatablas la cumpliría. Más aún por su contexto y lo que arriesgaba. 

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