Mi Pobre Diablo (Yoontae)

Capítulo 41

— ¿Estas celoso? — agarra mi cintura dejando su pecho pegado a mi espalda mientras caminamos.

— Estoy furioso ¿tuviste algo con ella? — me giro viendolo.

— Pues — rasca su cabeza y pego un grito de indignación — Claro que no mi amor.

— ¿Sucedió algo? — pregunta nam hyung acercándose con el resto.

— Taetae no quiere comer ahí porque no los dejan entrar a ustedes — se mueve a mi lado agarrando mi cintura.

— Ya no quiero manejar, estoy enojado — le doy las llaves de su auto subiendome de copiloto.

— No te enojes ¿si? Podemos ir a comer a otro restaurante — asiento mientras salimos del estacionamiento.

Viajamos en silencio por la ciudad con las manos entrelazadas en la palanca de cambios, dejo que mi cabello se mueva con el viento porque a él le gusta, le doy unas miradas dulces y tiernos besos en cada semáforo, aunque a los guardias no les agrada eso y se la pasan pitandonos en cada beso.

— Sabes, nunca entiendo por qué las personas discriminan por las clases sociales o económicas, eso no debería existir porque cuando uno se muere no se lleva nada.

— Tampoco lo entiendo amor pero la sociedad es así de estúpida y llena de estereotipos.

Hago un puchero de enojo porque es verdad, la estúpida sociedad nos daña los sueños en cuanto nacemos solo por los estúpidos estereotipos y paradigmas.

Viví mi vida lleno de todos esos problemas que ocasionan las personas y no quiero que mis hijos vivan eso mismo por eso me esfuerzo en dar lo mejor y trabajar para que en un futuro ellos no pasen problemas iguales a los mios donde no tenía un lugar donde cobijarme por mis malos padres.

— No estés así — apaga el carro frente a un restaurante de lujo — Ven aquí amor.

Señala su regazo quitando su cinturón y haciendo para atrás el asiento, quito mi cinturón, despacio me muevo hasta sentarme encima de él dejando mis pies estirados, escondo mi cabeza en su cuello embriagadome de su rico olor a recién bañado con su sutil olor natural.

— No estés así ¿vale? — sus manos dan delicadas caricias en mis piernas — Además soy un super mega Taesexual ¿no lo sabias?

Me río con dulzura por sus inventos, salgo de mi escondite dándole un beso en los ojos y sus labios.

— Lo sé, soy irresistible — muevo mis cejas con picardia.

— Vamos a cenar señor Min — deja un ligero beso en mis labios.

Bajar del carro fue un desafío, soy un poco torpe e hice que mis piernas golpearan lugares sensibles haciéndolo encogerse y agarrarse ciertos lugares, lo cual también aproveché en modo de disculpas y lo toqué.

Me gusta tenerlo castigado, así aprovecho de la situación provocandolo pero sin que me toque, eso pasó en la oficina, sin "querer" rocé su miembro con mi trasero mientras agarraba unos documentos, lo que aprovechó a intentar tocarme piel pero me alejé por completo, por eso anduvo gruñendo a todo el mundo en la oficina.

Me es muy gracioso verlo en modo ogro min, todos le tienen miedo pero yo no.

Me gusta caminar con él de la mano hacia el restaurante italiano que decidió venir, muchas personas nos quedan viendo seguramente porque él es muy conocido en la ciudad, además con todos esos guardaespaldas que andamos, cualquier persona se sorprende.

— Buenas noches caballeros — un joven extranjero vestido con el uniforme de mesero nos saluda sonriendo.

— Buenas noches — sonrío en cortesía haciendo que su sonrisa se anche.