Capítulo 3

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Hace unos días que llegué a la Universidad. Es simplemente increíble, la primera vez que la vi me quedé sin palabras. Es mucho más grande de lo que imaginé, tiene espacios comunes de estudio, bibliotecas, dos comedores e incluso un gimnasio, aunque probablemente no lo use claro.

Como había visto algunos roomtours de las habitaciones en Youtube, no me preocupaba el espacio físico en sí, sino la compañera con la que compartiría la habitación. Para mi suerte, es una chica muy simpática llamada Emily, algo habladora para mi gusto pero la verdad es que tiene su encanto. Tiene algo que no sabría describir cuando hablas con ella, una especie de confianza y transparencia que me gusta ver en una persona. Además, si bien es bajita, tiene unas curvas muy envidiables, y su pelo rubio con rulos se nota cuidado y radiante. Pero definitivamente lo que más destaco de ella son sus ojos azules y su tez blanca sin imperfecciones. Tiene la belleza de una joven sureña salida de una película del Viejo Hollywood, y lamento decir que no nos parecemos en nada.

Soy más alta que ella y obviamente no tengo sus atributos. No es que sea una tabla de madera, pero a veces me gustaría tener un poco más de volumen. Encuentro muchas cosas que podría cambiar de mi físico, como mi cintura, la que me gustaría que fuera más estrecha y marcada. Aun así, casi no se ve cuando llevo el pelo suelto, el cual teñí hace poco de un color rojizo oscuro casi negro, ya que quise hacerme un cambio que simbolice "un nuevo comienzo", aunque admito que no tiene mucho sentido.

Otra cosa que me diferencia de Emily son los ojos, ya que los míos no son tan despampanantes. Y a pesar de que mi hermana heredó los hermosos ojos miel de mi madre, yo heredé los ojos café oscuro de mi padre. Resulta curioso, mis ojos no brillen como los de mi hermana y que mis pupilas son difíciles de distinguir incluso a la luz del sol. Me hace pensar que la oscuridad de mi interior se refleja en mis ojos, lo cual es ciertamente imposible porque mis ojos no tienen la culpa de mi inestabilidad mental.

Por último, como para agregar más variantes, mi nariz está cubierta de pequeñas pecas que odio, aunque a Jamie le encantaba recalcar lo tiernas que se veían y lo bonitas que me quedan. Como sea.

Emily viene de Tennesse, sus padres son igual de estrictos que los míos y tampoco sabe porque la dejaron venir a una Universidad que está a miles de kilómetros de su hogar. Se proclama como una nueva soltera, porque su novió terminó con ella cuando de un día al siguiente decidió que no podían seguir juntos porque "Universidades diferentes significaban caminos diferentes". Y a pesar de su optimismo y de contarme aquello con una sonrisa y aires de superioridad, siento que está más angustiada de lo que demuestra, o al menos eso asumí, ya que me volví experta en cultivar resentimientos estos dos años y me siento muy capaz de identificarlos en alguien más.

Nos pusimos al corriente sobre nuestras vidas durante los siguientes días, le hablé de mis padres pero decidí reservar a Beth hasta que supiera lo que diría de ella. Lo único que mencioné es que tengo una hermana que está estudiando lejos y con la que no tengo una gran relación, lo que me evitará preguntas incomodas en un futuro.

Conversamos de nuestros gustos y bandas favoritas, ella me dijo que escucha todo tipo de música pero que sus debilidades son las boybands, y me cuenta que lloró semanas enteras cuando One Direction se separó. No compartí ese mismo sentimiento ya que empecé a escucharlos como artistas solistas, pero me gustó la pasión con la que hablaba sobre ellos, como si la estuvieran escuchando.

Cuando dejamos de hablar de música seguimos hablando sobre temas superficiales como nuestros signos zodiacales, libros, películas y series. Finalmente nos quedamos dormidas peleando por cual era el mejor protagonista de Crepúsculo. Lamenté saber que era del "Team Jacob", y aunque me explicó sus razones para amar al licántropo, no podría estar más en desacuerdo con su elección.

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