Del odio al amor... sólo hay un paso

Capítulo 32: Destrucción

Puedo ver cómo la orden del fénix sigue discutiendo sobre rescatar a Harry, pero para mí es perdida de tiempo. Lo que deberíamos estar haciendo es ir a la mansión del Mago oscuro y rescatarlo.

En verdad fui un idiota por no matarla, si lo hubiera hecho no estaríamos así. Además, sé de lo que es capaz el mago oscuro, y me preocupa que les ocurra algo.

—Severus...

Siento como una mano aprieta ligeramente mi hombro, giro mi cabeza y veo a Dumbledore.

—Debemos permanecer tranquilos, —sus palabras hacen que me enoje, no puedo depender de los demás, debo proteger lo que amo.

Asiento tratando de dejarlo tranquilo, pero ya no puedo más, me levantó bajo la mirada de todos y salgo de ahí, no me interesa lo que piensen, sólo debo ir por las personas que amo.

Escuchó como la esposa de Arthur me habla, pero la ignoro y por fin salgo de ese hogar. Respiro profundo mirando el cielo, es como si en verdad volviera a respirar desde que entré a esa casa.

—Padrino.

Me sorprendo al escuchar la voz de Draco, lo veo frente a mi y al parecer lee mi expresión de duda por lo que me explica lo que sucedió.

—No son los únicos en tener sus secretos. Hermione me explico lo que pasó, y conociéndote sabía que harías algo así. —Al ver qué sigo sin hablar saca una moneda de su abrigo enseñándomela. —Con está moneda tenemos comunicación, así que en cuanto vio que desaparecían me informo.

—Muy bien, es hora de que vuelvas al…

—No, no lo haré. Me deshice de Blaise porque no me quería dejar venir, así que debe valer la pena lo que haremos, porque de regreso me espera él.

Dudo unos momentos, si Narcisa y Lucius estuvieran aquí me matarían, pero puede ser de ayuda, y no dejaré que se involucre demasiado.

—Si te digo que te vayas, lo harás.

—Sabes que no lo haré. —El rubio sonrió de medio lado.

—Al menos le podré decir a tus padres que lo intente.

Y nuestra respuesta es una sonrisa, le extiendo la mano, él la toma y segundos después aparecemos frente a la mansión del Lord Oscuro.

Estoy asustado, pero no me detendré, debo ser fuerte por Harry y nuestro bebé. 

—Les diremos que el castillo es un desastre, que nos fuimos porque ya no tenía caso estar ahí. Eres bueno en oclumancia, así que no habrá problema, debes permanecer siempre alerta.

El menor asintió, podía ver qué estaba nervioso, pero estaba a mi lado, y eso jamás lo olvidaría.

Caminamos directo a la entrada principal, esa vez no me puse la máscara, no tendría sentido si Voldemort tenía a Harry. Nuestros pasos se escuchan por todo el lugar, al parecer todos decidieron irse. Al entrar al castillo todo sigue en silencio, puedo ver cómo Draco mira de reojo todo, se que le gustaría mostrar más interés, pero antes que todo es un Malfoy.

Por fin se escucha ruido al final del pasillo, y se que esa habitación es para sacar información a los magos, no hay nada dentro, es simplemente un cuarto grande.

Llegamos a la puerta y la abrimos dejando ver a los mortifagos en círculo, y en medio de ellos a Lord Voldemort, todos nos miran, sin embargo Draco y yo nos hincamos con las cabezas abajo.

—Mi Lord, disculpe la intromisión, en el colegio todo es un caos, y ya no es necesario que estemos ahí si usted tiene a Potter.

Espero que hable, pero por unos segundos no se escucha nada, cuando estoy dispuesto a volver a hablar, el sonido de una túnica al moverse me alerta, Voldemort se acerca a nosotros.