El pánico en la voz del jefe del clan activó los sonidos a mi alrededor y me levanté de golpe, impulsada por el miedo que me aceleró el corazón. Me volví en busca de Max, pero la debilidad me traicionó y me desplomé como un árbol sin vida. Killian me atrapó entre sus brazos e impidió que aterrizase sobre el suelo sin dejar de buscar a su amigo con ojos suplicantes.
—¡¡Max!! —gritó Mónica con pavor.
—Estoy aquí —dijo el esmeralda, que surgió de entre los árboles aturdido y cubierto de ceniza.
El alivio me llenó los ojos de lágrimas, pero una ráfaga de viento las secó al instante. El bosque se removió con energía. La lluvia se intensificó, como si pretendiese purificar nuestro entorno, y en aquel momento comprendí que la cúpula de luz iridiscente no lo había destrozado todo, sino que le había devuelto la vida a la naturaleza.
Apoyé la cabeza contra el pecho de Killian y me reí agotada. La calidez que emitía su cuerpo me protegió del frío de la lluvia, que nos caló hasta los huesos. El agua se acumuló bajo nuestros pies y de las colinas brotaron torrentes que limpiaron las hojas y le devolvieron el color a la hierba. Las ramas de los árboles se estiraron en todas las direcciones y el viento se coló entre la vegetación y generó un rumor cargado de vida. Los soldados avanzaron hacia nosotros y Killian me miró confuso, al igual que los demás.
—Os dije que no tenía magia, pero no quisisteis escucharme —les recordé mientras me quitaba el colgante que llevaba al cuello.
Sostuve la fina cadena de plata entre los dedos y el viento la meció ante nosotros. La piedra blanca que había recogido del lago hacía lo que semejaba ser toda una eternidad proyectó un haz de luz multicolor, pues la calidez de los soles incidió sobre los fragmentos de cristal con los que Killian la había llenado de vida. Había sentido la magia de las gemas desde la primera vez que la había tocado, pero jamás se me habría ocurrido pensar que albergaba semejante poder.
—¿Cómo es posible? —preguntó Max sorprendido.
—La encanté con un hechizo de protección —dijo Killian en un susurro incrédulo que me removió por dentro—. Tomé los fragmentos de las paredes de la cueva Original. Los cristales deben acumular el poder de las gemas y consumirlo cuando Moira está en peligro.
—¿Lo utilizaste cuando te atacó el jabalí de fuego? —me preguntó Mónica.
—¿Y también contra Catnia en el castillo?
—No sé cómo funciona. Ni siquiera sabía que tenía ese poder hasta que destrocé el jardín de la Fortaleza. —Mónica y Aidan intercambiaron miradas de comprensión—. Se activa cuando tengo miedo, pero no sé cómo contro...
Las palabras se me atascaron en la garganta y Max y yo nos volvimos hacia el bosque. La lluvia se intensificó y su murmullo escondió un mensaje que me erizó la piel y me llenó el pecho de tristeza.
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La perdición de la tormenta (Completa)
Fantasy-Romance, fantasía, aventura- Obligada a vivir al margen de la sociedad por no ser como el resto, la singular Moira Stone se verá forzada a salir de su escondite cuando un inaudito acontecimiento amenace con destruir su hogar. ¿Pero qué puede hacer...