El Emperador había recluido cirujanos expertos para la vista de su hijo.
—Hijo, ya contraté a personas para ser tu cirugía, la operación será mañana en la mañana —dijo mientras comía.
—Gracias padre.
—¡Que alegría!, por fin podrás ver —dijo la Nueva Emperatriz.
—Mn.
La Nueva Emperatriz se acercó un poco hacia Xie y exclamó —Eres más simpático sin esa venda, cuando por fin quites la cosa blanca de tus ojos las sirvientas gritaran de alegría.
—Mn, muchas gracias por el cumplido —dijo Xie mientras salió del comedor.
•••
Al día siguiente en la mañana la cirugía se hizo con un montón de cirujanos.
—Pásenme la pinza —dijo un doctor.
—Tome doctor.
—Creo que el daño que sufrió en los ojos fue por gas pimienta.
—Si, doctor —la doctora apuntó y dijo —Hay una inflamación por debajo del ojo.
—Parece que esa parte fue golpeado fuertemente, estén preparados, está operación demorará demasiado.
Después de muchas horas la operación fue un éxito.
—Joven, ya puede abrir los ojos —dijo el doctor.
Empezó a abrir lentamente los ojos y pudo ver la luz del día por la ventana.
—¿Tan rápido fue la cirugía? —preguntó Xie.
El doctor se rio —No jovencito, la operación duro todo el día, hoy es el día siguiente de la cirugía.
-Oh, muchas gracias doctor. —respondió avergonzado.—No hay de qué —finalizó el doctor y se retiró con los demás doctores.
Xie se miró al espejo observando su pelo largo y la ropa blanca que llevaba puesto y fue corriendo hacia Zheng.
—Mira, el príncipe ya no tiene la venda —dijo una sirvienta.
—Tan guapo.
—A-Zheng —exclamó Xie mientras tocaba la puerta.
Zheng abrió la puerta.
—¡Ya puedo ver! —dijo alegremente pero pauso un rato —Ey ¿Por qué tienes una máscara?, quiero ver tu rostro.
—Mi rostro fue quemado, lo siento no te lo puedo mostrar.
—Oh —hizo una mueca Xie.
—¿Quieres ir a comer? —invitó Zheng.
Asintió Xie mientras lo miraba con una sonrisa.
—Tus ojos son muy bonitos —agarró un bollo y lo puso en el plato de Xie.
Xie se sonrojó.—A-Zheng, si antes no podías ver mis ojos, ¿Qué parte era bonita de mí?
Zheng empezó a observar minuciosamente a Xie.
—Tus labios.
Xie mientras tomaba el té se atoró.
—Tu...tu -apuntando con el dedo —Pensé que ibas a decir mi cabello, hace días estoy usando productos para que esté reluciente.
—¿Te he decepcionado? —dijo Zheng con una voz de un niño cuando le castiga.
Xie asintió y empezó a reír.
—Xie, te tengo un presente —dijo repentinamente.
Xie dejó de comer y miró a Zheng que era lo que tenía.
—Primero cierra los ojos.
Zheng se paró con un alfiler de cabello (1) y lo entregó a las manos de Xie.
—Listo, ya puedes ver.
Xie abrió los ojos sonriendo y le entregó a Zheng.
Zheng entendió y lo puso en su moño delicadamente.
Xie empezó a lloriquear.
—¿Qué pasa? ¿No te gustó?
—No es eso, me encanta, gracias Zheng el otro día que te visite te daré un presente también —dijo mientras se limpiaba las lágrimas.
—Lo estaré esperando.
Zheng no pudo aguantar y agarró su mano y le llevó a la cama.
—A-Zheng...
—Shh —le calló Zheng con una sonrisa juguetona.
Ya era de noche, así que dejaron los platos en la mesa y se durmieron en la cama abrazados.
GLOSARIO:
(1) Alfiler de cabello: Si bien los alfileres pueden representar la transición de la infancia a la adultez, están íntimamente ligados al matrimonio.
En el momento del compromiso, la prometida toma el alfiler de su cabello y se lo entrega a su novio como garantía. Esto puede ser visto como una inversión de la tradición occidental, según la cual el futuro novio le entrega un anillo de compromiso a su pareja. Tras la boda, el marido le coloca el alfiler a su mujer en el cabello.
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El Príncipe Ciego [COMPLETO]
Ficción históricaUna noche tranquila en un jardín el príncipe Xie jugaba con su hermana Liu, pero de repente fueron rodeados por un ejército. -¡Liu-jie! -Liu-jie, por favor habré los ojos..., Liu-jie tú didi quiere jugar en el jardín, Liu-jie... Un lugar tranquilo s...