«El universo es una inmensa Perversidad hecha de ausencia. Uno no está casi en ningún lado. Sin embargo, en medio de las infinitas desolaciones hay una buena noticia: el amor.»
ALEJANDRO DOLINA
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Pallet Ville, 2021.
Aprovechando que hoy no trabajo, me dispongo a hacer una limpieza general en el departamento. Y no creo que lo necesite, porque básicamente estoy limpiando sobre lo limpio. Pero todo sirve para no depositar mis pensamientos en Kevin.
He llorado toda la noche por él, una vez que mis amigas se fueron. Y ya no quiero volver a hacerlo. Mis ojos están hinchados y no me gusta. No quiero verme más al espejo; no me gusta lo que veo allí, esa persona no soy yo.
En cuanto a Kevin, me ha estado escribiendo desde que le dije que nuestra relación estaba terminada. Y no solo eso, sino que también me escribe Ginger, su hermana. Quiere que le dé una oportunidad a Kevin, que escuche lo que tiene para decirme. Pero, lo que más me molesta, es que me lo exige.
Ya escuché todo lo que Kevin tenía para decirme al respecto, y no tengo ánimos de volver a tocar el tema. Mucho menos cuando, en principio, me negó todo, me trató de loca, y luego dijo que la solución sería no hacerse cargo de las cosas. ¿Acaso es o se hace?
Es molesto que Ginger me exija que le dé una oportunidad a su hermano, cuando en realidad, si lo hubiera hecho, sería la cuarta vez donde le hubiese dado una oportunidad.
Sí, Kevin se ha portado mal conmigo otras veces. Fue casi al principio de la relación, y tampoco tengo ánimos de recordar esos momentos, porque si lo hago, me voy a sentir una idiota por creer que había cambiado. Vaya uno a saber todas las cosas sucias que estuvo haciendo a mis espaldas, a costas de mi amor.
La única persona del vínculo de Kevin que está de mi lado, es Selena, su madre. Ella me ha escrito para decirme que me desea lo mejor, porque así lo merezco y que lamenta que su hijo haya jugado conmigo. También me dijo que cuando desee, y quiera, puedo pasar a verla. Si vamos al caso, es a la única que planeo responderle cuando no me sienta tan odiada.
Pongo mi móvil en silencio, porque estoy harta de las llegadas de los mensajes de Kevin y Ginger, y lo conecto a mi equipo de música. Busco una playlist alegre, la reproduzco y continúo con la limpieza.
Por momentos mi cuerpo se entrega a la música, y por otros, mi mente se activa y los pensamientos me acechan.
¿Qué hago ahora? Es decir, todos esperan un casamiento que no se va a dar. ¿Cómo comunico eso? Todos me vieron feliz, y de un día para el otro estoy con los ojos hinchados. ¿Y ahora qué?
No quiero que nadie sienta pena por mí, pero sé que no me voy a poder escapar de eso. Tendré que prepararme para esas miradas. Y, sobre todas las cosas, tendré que prepararme para las reacción de mis padres.
