Una tarde, una hermosa y relajante tarde.
La suave brisa movía delicadamente el pasto y mecía las ramas de los árboles de aquel gran bosque, aquel gran bosque donde una linda chica se habría paso entre los arbustos.
La luz del sol a través de las hojas de los árboles caían sobre su cabello rosa, sus ojos dorados como el oro brillaban como las estrellas.
Pero nuestra chica está aquí por algo, y no es exactamente para presumir su raro color de ojos, a ella le gusta recoger flores de aquel bosque, aquellas flores tienen algo especial... cómo si alguien las hiciera crecer solo para ella, aunque debe estar imaginando cosas.
Caminando y tarareando una melodía mientras recolectaba flores y las ponía en una canasta, algo llamó su atención, ¿una flor celeste? ¿eso estaba ahí antes?, no importa, es muy hermosa. Ella se acercó a la flor, la tomó entre sus dedos y disfruto del dulce aroma que esta tenía.
Por otro lado... algo la observaba...
Una figura delgada... oscura... y de dedos puntiagudos y filosos cual cuchillo observaba a la chica oculto detrás de unos arbustos.
Mientras aquella bestia de gran altura se acercaba lentamente y a paso silencioso hacia la chica, esta seguía recolectando flores del mismo arbusto.
La bestia estaba tras de ella, en sus ojos ovalados... no había nada más que un ligero brillo, ¿Curiosidad? ¿Maldad? ¿Felicidad?, imposible saberlo, sus ojos solo eran como un par de perlas ovaladas.
Lentamente levantó su gran mano, acercándose cuidadosamente a la cabeza de la chica.
Cuando sus dedos afilados rozaron con el cabello de ella, la cara de esta cambió a una expresión de sorpresa y miedo... A consecuencia de esto dejó caer la flor que tenía en su mano.
Ella volteó lentamente... solo para observar a una gran bestia oscura y de ojos blancos, quizá tan alta como un árbol. La joven solo pudo tartamudear:
- eh... eh... b-b-bestia...
La gran figura se agachó y se acercó a ella, cuando por fin estaban cara a cara la bestia abrió lentamente su boca, dejando ver unos grandes y filosos colmillos blancos.
Una voz ronca y grave como el rugido de un oso se escuchó momentos después.
- No bestia...
Una pausa y un gran silencio se produjo, la joven dejó caer su canasta tirando así las flores y manzanas que esta contenía.
La bestia volvió a hablar.
- Monstruo.
Dijo este señalando a sí mismo y mostrando sus colmillos con una gran sonrisa.
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Monstruo
Фэнтези¿Te harías amigo de un Monstruo? Una joven se interna en un bosque con la intención de recoger flores, sin embargo en aquel bosque habita una gigantesca bestia. Una bestia temible que se acerca a ella... pronunciando: "No bestia... Monstruo." Esta s...