Capítulo 1

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Todo está oscuro, pero no es una oscuridad común sino atrapante, como si me envolviera completamente y sin mucho esfuerzo logrará ahogarme. Entendí este lugar como el después ya que si no mal recuerdo, había muerto hace unos instantes.

Siento la nada y el vacío en el que parezco encontrarme pero después de un momento percibo algo distinto. Mis entrañas se removieron, como si la vida que sentía arrebatada volviera a ellas, o, más bien, como si la vida las formará nuevamente.

Pasado un tiempo, que nunca podría saber cuanto, empecé a escuchar voces; eran bastante lejanas, no más que susurros sin que mi mente pudiera lograr entenderlas realmente.

-¡No te vayas! -fue un grito, una mujer, con la voz desgarrada.

- No me iré, no puedo hacerlo -ahora era un hombre sonaba frío y cruel, no parecía realmente afectado por el dolor de la mujer. Ninguna de las voces sonaba de alguien mayor -tú lo harás.

No entiendo nada. Ellos estaban hablando en inglés, pero ni siquiera sonaba como el que me enseñaron en la escuela.

¿Quiénes eran ellos? ¿Por qué los escuché? ¿Cómo?

Se supone que estoy muerta, pero ahora escucho voces que provienen de quien sabe donde y sin motivos aparentes.

Ok. Todo bien.

El silencio llena una vez más el lugar y al cabo de lo que percibo como un momento escucho algo de nuevo.

-Tranquila -un susurro, parecía la misma voz de aquella mujer pero ahora sonaba calmada y dulce -todo va a estar bien, vamos a estar bien.

No se quien era, ni por qué, pero su voz siguió hablándome por mucho tiempo. Era amorosa en algunos momentos pero también había dolor y llanto en algunos otros.

Creo que puedo moverme, lo descubrí hace poco, pero de todas formas no veo nada. Pero hoy siento que puedo salir de donde sea que esté.

-¡Ah!

Esa fue la mujer, empezó a sollozar pero yo seguía tratando de salir de ahí. Los gritos se incrementaron y sentí que todo se movía. Pasaron muchas horas y no lograba más que oír gritos.

Una luz. Creo que finalmente voy a salir.

Empiezo a salir de ese lugar y puedo ver algo parecido a un cuarto de hospital, es entonces cuando entiendo todo lo anterior.

¡Soy un bebé!

¡Ay Señor, no puede ser! ¡Acabo de nacer!

Creo que ahora todo tiene sentido, de alguna manera extraña y bizarra. Las voces, los gritos, todo pasó mientras terminaba de formarme. Creo que estoy llorando, el shock finalmente está pasando.

En medio de mi llanto siento como la enfermera me acerca a la cama; otros brazos me sostienen y volteó arriba al escuchar esa voz.

-Mi niña -una mujer con aspecto casi celestial me mira con sus ojos azules llorosos mientras me sostiene dulcemente, sus rizos dorados y sedosos caen sobre mis mejillas y su latido, que al estar sobre su pecho podía escuchar a la perfección, terminó calmandome por completo. -Mi hermosa Idylla.

¿Idylla? Mujer, acabas de arruinar la vida de tu hija al ponerle el nombre más extraño que haya escuchado.

-Yo soy tu mamá -de sus ojos escaparon unas lágrimas y me dio un beso en la frente con el que pude sentir una increíble cantidad de amor -yo soy mamá.

"Mamá", mi mamá, mi familia, ellos son lo único que me preocupa de mi vida anterior. ¿Estarán bien? ¿Les dolió mucho mi partida? ¿Me extrañan?

Reencarné En La Piedra FilosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora