Capítulo 16 - Dante -

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Ha pasado un mes encerrada en esta cabaña conmigo y aún no nos hemos matado mutuamente, debo reconocerle el mérito. 

Desde el día que mi álter ego se descontroló al tocarla, evito cualquier tentación que me lleve a lo mismo, pero hemos firmado una tregua y parece que al menos nos llevamos bien, cosa que agradezco porque mi madre me ha informado y El Círculo está empezando a ponerse nervioso. 

Ishtar está sentada en un tocón en el jardín mirando su muñeca embelesada y yo hablo por teléfono de nuevo con mi madre, aunque esta vez no busco saber cómo van las cosas, quiero hablar con alguien que le haga más llevadera la situación a la chica ángel. 

Cuando la voz temblorosa aparece al otro lado del teléfono, sé que mi madre ha conseguido llegar hasta ellos sin problema y me acerco a Ishtar. 

- Hola. - me saluda ella con una débil sonrisa. 

- Hola. - intento sonreír de vuelta, pero creo que me sale más bien una mueca.- Tengo a alguien al teléfono que quiere hablar contigo. 

Ella me mira confusa y yo le paso el teléfono y me siento en unas sillas de jardín cerca, pero dándole espacio. 

- ¿Mamá? - la oigo balbucear mientras su voz se rompe. 

Ishtar habla con sus padres un buen rato y les cuenta que está a salvo, que yo no la he matado ni nada de eso y que volverá a verlos pronto. La escucho explicarles bien lo sucedido mientras su cara se llena de lágrimas y finalmente cuelga el teléfono y lo deja a un lado. 

Ishtar se tapa la cara con las manos y veo cómo sus hombros tiemblan con el llanto. 

Me acerco a ella despacio para coger el teléfono y volver al interior de la cabaña, pero ella tira de la manga de mi chaqueta débilmente y levanta sus ojos marrones y brillantes por las lágrimas hacia mí. 

- Gr-Gracias, Dante. - murmura. 

- De nada. - respondo mirando su agarre en mi manga

Ishtar se levanta del tocón con torpeza y de abalanza sobre mi pecho en un abrazo que me deja clavado en el sitio. 

Ella se acurruca contra mi pecho sin dejar de sollozar y con sus brazos rodeando mi espalda por debajo de la chaqueta. 

La siento tiritar, pues el invierno ya empieza a dejarse notar, y finalmente la abrazo para ver si se calma. 

Unos diez minutos después, cuando creo que Ishtar va a acabar deshidratada de tanto llorar, siento que se mueve en mi pecho y levanta la cabeza para mirarme. 

- Mi padre dice que él tampoco cree que sea simplemente un Ángel. - balbucea ella mientras escanea mis gestos con sus ojos rojos por el llanto. 

- Yo empiezo a creer que tampoco. -

Ella guarda silencio un momento y una bombilla idiota se enciende en mi cabeza. 

- Llevas mucho entrenamiento completado ya, yo estaba pensando… - comienzo a decir, pero me freno al ver que ella me mira muy atenta con un brillo de esperanza en los ojos. 

- ¿Me vas a ayudar a ir al templo para buscar pistas? - una débil sonrisa acompaña a su voz y me empieza a incomodar que estemos tan pegados. 

- Con una condición. - respondo por fin suspirando. 

- Lo que quieras. -

- Deja de intentar desatar la leyenda provocándome, anda. - 

Le sonrío de medio lado y ella hace lo mismo mientras se pone de puntillas y deja un sutil beso que apenas me roza en los labios. 

Atraída por el mal [...A La Venta En amazon...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora