Capítulo III: El Académico

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Derechos de autoría: Los personajes, en su mayoría, pertenecen a la franquicia que dio inicio por la creatividad de Masami Kurumada. Las imágenes que utilizo no me pertenecen, y si conocen a su autor/a les agradecería que lo mencionaran. La historia es totalmente de mi ingenio con el fin de ejercitar y poner en papel mi imaginación.

Advertencias: Historia de tipo Slice of life con contenido erótico homosexual y heterosexual, en algunas ocasiones explícito. Mezcla de personajes de Saint Seiya Clásico y Saint Seiya The Lost Canvas.

Notas de la autora: Les traigo el tercer capítulo, el cual fue el primero que escribí, y luego armé toda la historia. ¿Qué de especial tiene este capítulo? Pues, aquí es donde el mundo de Radamanthys se distorsiona totalmente, así que espero que lo disfruten tanto como yo lo hice al escribirlo.

~°~°~ Capítulo III: El Académico ~°~°~

Realizó su rutina matutina como siempre, sin si quiera imaginar la revolución que daría su vida a partir de ese día. Se despertó a su tercera alarma, la cual sonaba de un rústico reloj despertador alejado del alcance de sus manos, con el fin de levantarlo. Se dio una tibia y tardada ducha, para luego cubrirse el cuerpo con diversidad de cremas y colocarse su impecable traje sastre de color azul marino que hacía juego con una corbata de tono dorado.

Justo antes de salir, revisó los bolsillos de su saco, verificando que llevara los implementos necesarios en ellos. Pidió un taxi, ya que la tarde anterior había llevado su carro al taller. El destino no sería el mismo edificio donde laboraba, este día se presentaría al Congreso de Derecho Ambiental y Biología Marina 2016, la cual se llevaría a cabo en la Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas.

Radamanthys fue enviado por la firma de abogados ya que habían recibido una invitación formal, y él buscaba esa especialidad. Por lo que le dieron el día libre en la oficina para asistir a dicho evento.

Los salones eran amplios y contaban con indumentaria sofisticada, haciendo que el lugar desbordara de elegancia. En el salón principal se dieron las inducciones y ciertas presentaciones de temas generales. Radamanthys era el encargado de dar la charla introductoria sobre Derecho Ambiental y la importancia de su aplicación.

Cuando terminó su exposición, todos se levantaron para degustar de los aperitivos durante el receso. Estaba consumiendo lo que para él sería su desayuno, cuando alguien lo saludo animadamente.

–Radamanthys, qué gusto verte –saludó cortésmente Alfred, mejor conocido como Afrodite –. ¿Vienes solo? Te podemos hacer compañía –rió con elocuencia, a la vez que lo felicitaba por su brillante exposición, además de enaltecer la vestimenta del rubio. Éste no pudo negarse, y aunque no conociera muy bien a aquel hombre con facciones femeninas, no le caía nada mal conversar con alguien tan elocuente. Lo molesto era la compañía de Afrodite: Kanon.

El griego no había objetado nada, saludó a secas con un "hola", y se repitió los bocadillos unas tres veces. Comía escuchando a los dos hombres, sin participar en la conversación. De vez en cuando recibía una reprimenda de Afrodite sobre cuidar el traje color café de su hermano Saga.

Una vez culminado el tiempo de receso, regresaron a los asientos, esta vez sentándose los tres juntos, con Afrodite en medio. Se inició la siguiente ronda de conferencias, las cuales detallaban la ejecución y resultados de diferentes proyectos. Kanon rebotaba su talón demostrando su ansiedad. Luego emitió una pequeña queja, llevándose la mano al labio solo para verificar que tenía sangre. Rápidamente se levantó y abandonó su asiento sin mencionar nada al respecto.

–¿Qué le pasa? –preguntó Radamanthys.

–El pobre está nervioso –respondió restándole importancia, mientras se miraba en su espejo de mano y marcaba sus labios con un brillo color rosa–. Siempre le pasa en clase. Se muerde el labio antes de exponer, al principio pensé que era una forma de aludir a las profesoras, pero parece ser que es un tic suyo – hablaba mientras continuaba viéndose al espejo–. Seguramente fue al tocador–.

Drákos AgóraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora