- ¿Al final se lo has mandado? - inquirió una joven de pelo negro y largo, por debajo de los hombros y tez morena. Una sonrisa maliciosa le cubría el rostro mientras formulaba la pregunta.
- Sí, jajaja, las pringadas como ella merecen ser tratadas como tal - rio su interlocutor, un adolescente de cabello castaño oscuro y más de metro setenta y cinco.
- ¿Crees que sabrá que hemos sido nosotros quiénes le han enviado el mensaje?
- Lo dudo, ¿Tú le has visto la cara de gilipollas que tiene? - volvió a reír el joven.
- Tienes razón, jajaja - contestó la otra adolescente. Acto seguido, ambos jóvenes se despidieron y tomaron su propio camino hacia sus respectivas casas. Cuando ambos llegaron a su destino, comenzaron una llamada, a pesar de que hacía escasos minutos que habían estado juntos.
Durante las casi dos horas que duró la conexión telefónica, los adolescentes intercambiaron todo tipo de opiniones, piropos y bromas; idearon planes que llevarían a cabo en un futuro no muy lejano y se regalaron innumerables "te quiero". Porque ambos mantenían una relación sentimental desde hacía casi dos meses y medio. Se habían conocido en el instituto en el que estudiaban. Él era de primero de bachiller; ella, de cuarto de la ESO. Había sido casi amor a primera vista, a pesar de que antaño ambos afirmaban que tal cosa solo era posible en películas o series. Se querían mucho. Ella había aprendido cosas que nadie le había enseñado; él, que las apariencias engañan. A pesar de lo bonita que podía parecer su relación desde lejos, lo cierto era que los celos y sentimientos negativos eran el pan de cada día en aquel noviazgo prematuro. Ambos se sentían superiores a cada momento y necesitaban recordárselo al mundo entero a cada minuto que pasaba, pisoteando los sentimientos y autoestima de cada uno de sus compañeros de aula. Al fin y al cabo, estaban podridos por dentro.
ESTÁS LEYENDO
Ignóralos; todo pasará
Teen FictionDurante gran parte de nuestra vida, si sufríamos bullying, nos decían que lo ignorásemos, pero, ¿y si todo iba a peor cuando hacíamos lo que nos decían?