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Matsuno Chifuyu era un joven como cualquier otro, trabajaba a tiempo completo en una tienda de mascotas, una vez cada tres semanas decolorada y teñía su cabello, los fines de semana se reunía con sus amigos a beber o salir a eventos del momento y...
Y quería ser amado.
¿Quién no lo hacía a sus 20 años?
Hanagaki tenía a Hina, Seishu a Hajime y Hakkai a Mitsuya, ¡¿Qué tan difícil podía ser para él conseguirlo también?!
Todas las reuniones entre amigos se habían vuelto un martirio para su persona, a dónde viera las parejas se besuqueaban o hacían ojitos, mientras él lo único que podía abrazar y permitir que caliente su cuerpo eran las fieles botellas de soju que en una mala noche se acaban demasiado rápido.
- ¿Qué haremos para tu cumpleaños? - Takemichi remató para robarlo de sus pensamientos. - ¡Faltan solo 3 días!
Era viernes, y como buena costumbre, luego de que todos salieran de sus trabajos, estudios o cuevas, la casa de Chifuyu, el único con suficiente espacio para tantos, se convertía en el depósito de parejas y ebrios buscando un respiro.
- Veré Harry Potter todo el domingo y pasaré mi lunes bañando cachorritos en la tienda, - dijo como si nada, terminando el vaso de un trago. - ¿Qué?
Todos los ojos, que por suerte hoy nadie había llegado acompañado, se clavaron en el rubio casi harto de existir.
- ¿Piensas que la dejaremos pasar así de fácil? - Inui sonrió cómplice. - Al menos mañana te emborracharas tanto que no podrás ni escuchar un conjuro el domingo.
- ¿Tan difícil es dejarme disfrutar mi día especial?
- ¡No se cumplen 21 todos los días! - Takemichi acertó.
- Claro que no idiota, es un cumpleaños por año. - Chifuyu no quería oír más.
No entraba en sus planes una fiesta repleta de amigos ajenos de los propios, dónde los suyos desaparecerían del brazo de alguien y él debería forzarse a interactuar, el año anterior ya había tenido mucho con ello, más aún cuando ese día terminó en una extraña pelea de bandas fuera dónde Hakkai se ganó a su actual pareja y él solamente un buen par de ventanas rotas y una casa destrozada, sin contar la resaca insuperable.
- ¡Tengo una idea! - Hakkai siempre lento por fin soltó el teléfono para meterse en la conversación. - La banda de Taka-chan se presentará el domingo por la noche, podríamos ir todos allí.
