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Victor Van Dort nunca era feliz. Quería la aprobación de sus padres, ser reconocido por ellos y que ellos realmente se sentían orgullosos de sus logros. Sin embargo, su madre narcisista le cortaba sus alas de soñador y le reprochaba que ser un pianista no pagaba bien. Su padre solo le daba palmadas en su espalda y le decía que era un bonito sueño, pero su madre tenia razón.

Ahora tenía diez y nueve años, pero él sobre escuchó a sus padres hablar sobre matrimonio y la idea lo aterraba. Era muy joven como para casarse, el matrimonio era una gran responsabilidad y Victor no estaba listo para cuidar de alguien mas cuando ni siquiera él podía cuidar de si mismo. Trató de convencer a sus padres, pero el trató ya estaba sellado. Un día antes de la reunión, Victor se encontraba caminando las calles devastado.

El clima parecía encajar el estado de animo de Victor a la perfección, pues el cielo era gris y solemne como él. Tal vez una enorme tormenta se aproxime esta noche y me lleve lejos... o al menos pueda evitar mi casamiento. Pensó. Victor suspiró profundamente y se sentó en la fuente de la ciudad, deprimido como siempre. —Oye. ¿alguna vez has escuchado acerca de el Cadáver de la Novia? — dijo una pequeña niña su lado. Al principio, Victor pensó que la niña le hablaba a él, pero luego se dio cuenta del niño con cara de escepticismo a su lado.

—¿El cadáver de la novia?

—¡Si! Mamá me dijo que no fuera al bosque por ella.

—¿Por qué? ¿Qué hace ella?

—Me dijo que la novia era una joven noble hermosa de este pueblo, era una pianista muy talentosa y por su apariencia, un joven se enamoro de ella. Pero él era pobre y no podían estar juntos.

—¿Segura que es real? Po' que todo me suena a las novelas de romance que lee mi hermana a veces.

La niña le dice que se calle. Victor casi ríe entre dientes, pero la leyenda lo tenía picado y esperaba a qué la niña continuara. —¡Como decía! Como no podían estar juntos, habían planeado escaparse y decidieron reunirse debajo de un roble.

—¿Y luego? — preguntó el niño, tratando de no mostrar su interés en la historia.

—Ella lo espero con joyas y el vestido de su madre.

—¿Y luego?

—Entonces, de entre las sombras, se aparece una figura.

El niño tragó saliva. —¿Y luego?

—¡Entonces, el apuesto joven saca su cuchillo y la apuñalo!

El niño jadeó. —¿Y q-qué paso después?

—La dejo ahí hasta desangrar, eventualmente, el cadáver de la novia se murió y su cuerpo se pudrió en ese mismo lugar. Dicen que hasta el día de hoy sigue buscando a que su verdadero amor le pida su mano y al pobre que lo haga... ¡se lo llevara al infierno con ella!

—¡N-No puede ser! Estas mintiendo. — dijo el niño, temblando mientras veía a su amiga con los ojos muy abiertos. La niña negó con su cabeza.

—Es la verdad, mamá nunca miente. — dijo la niña. Victor dudaba de eso, pero la historia había sido lo suficientemente entretenida para levantar su animo un poco. De hecho, le había gustado tanto que inconscientemente termino en el bosque. Para cuando se había dado cuenta, ya estaba muy adentro de este y había anochecido.

—Debería regresar. — murmuró Victor. Pero si regresaba, lo único que lo esperaba eran los gritos de su madre preguntando donde carajos estaba y el posible restrictivo e inminente matrimonio. Le dio un escalofrío de tan solo pensarlo. —Me quedare un rato más... al menos hasta que mis padres se duerman y pueda regresar a escondidas.

Hablando de bodas, todavía tiene que aprenderse sus votos. —¿Cómo eran? — se preguntó a si mismo. Solo el aullido del viento le respondió. —Con esta copa... no. Agarrare tus... ¡dios no! — las mejillas de Victor se ruborizaron.

Aclaró su garganta y se detuvo en alguna parte del bosque. —Con esta mano yo sostendré tus anhelos... si, creó que iba así. — dijo Victor, sonriendo un poco. —Tu copa nunca estará vacía, pues yo seré tu vino. — imitó el movimiento de levantar una taza. Continuo con su caminata y rompió una pequeña rama de un árbol. La temperatura empezaba a bajar, pero Victor estaba muy distraído para notarlo. —Con esta vela, — Victor hizo que la rama tocara la rama de otro tronco. —Alumbraré tu camino en la oscuridad.

Victor saco el anillo de mañana, su madre se lo había dado porque iba a ser el futuro novio y era su responsabilidad ahora. Victor miró alrededor y notó una rama retorcida. Parecía una mano. —Con este anillo, — se arrodillo y puso el anillo en la rama. —Te pido que seas mi esposa.

Victor rio disimuladamente. —¿A quién engaño? — Victor estaba a punto de tomar el anillo de nuevo cuando la tierra empezó a temblar y lentamente empezaba a abrirse. Victor gritó y cayo al suelo; miró con temor como una mano salía de la tierra y... oh dios, ¿¡acaso alguien estaba saliendo del suelo!? La mente de Victor regreso a aquella leyenda, el cadáver de la novia.

Victor miro al roble caído y en putrefacción antes de reírse. No estaba seguro si lo hacía por emoción o miedo... o ambas. Miró de nuevo a la novia muerta y tal vez, solo tal vez, esta era su oportunidad de escapar de los demás. De su madre narcisista, de su posible monótono matrimonio y de la vida en general. Incluso el infierno es más alegre. Pensó.

El cadáver de la novia se levantó, levantando su velo malgastado y mirando a Victor. —Aceptó. — dijo. La luz de la luna la iluminaba, piel azulada con cabello rizado en un tono mas oscuro. Sus labios eran de un tono purpura. Tal vez era debido a la luz de la luna, pero parecía como si tuviera un halo blanco que a Victor le recordaba a un ángel. Aunque en este caso, sería un ángel caído.

Victor no dejaba de mirarla. Pese a su estado, seguía teniendo cierta belleza. Un trato con el diablo, ¿Tal vez? Pensó Victor. —Hermosa. — suspiró. La novia le ofreció su mano esquelética y por un segundo, Victor dudó de su decisión. ¿Era esto lo que en verdad quería? ¿Vender su alma a demonios y desperdiciar su vida que aún no florece? Después de todo, el matrimonio no sonaba tan mal. Excepto que una vez se case, su madre los visitaría cada oportunidad que pueda, alardear sobre como sin su dinero nada hubiera sido posible y aún tendría control de su vida. Tal vez hasta la de sus hijos si fuese a tener.

Sip, definitivamente era mejor morir e ir al infierno.

Con una nueva determinación, Victor acepto la mano de la novia. Ella le sonrió. —¿Cuál es tu nombre? — preguntó la novia.

—Victor. — le respondió, devolviendo la sonrisa. —¿Puedo saber el tuyo?

La novia rio entre dientes. —Es Emily.

—Emily, que bello nombre. — dijo Victor. La sonrisa de Emily se alarga. Puede que ya este muerta, pero había algo cálido que empezaba a incendiarse dentro de su vacía corazonada. —Bueno, ¿Nos vamos? — preguntó Victor, ofreciendo su brazo para entrelazarlo con el de Emily. Tal vez era el anhelo de caricias y afecto, algo que Emily nunca obtuvo, pero este joven empezaba a gustarle.

—Por supuesto. — dijo Emily, entrelazando su brazo con el de Victor.

Ese día, Victor Van Dort murió. Pero su cuerpo jamás fue encontrado.

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El Dia Que Victor Van Dort Murió || VicEmily Oneshot Donde viven las historias. Descúbrelo ahora