Like or like like [GyJo]

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Resumen capitulo: Una tormenta de arena mantiene a Johnny y Gyro atrapados en la posada. Johnny comienza a sentir cosas.
Contenido explícito!,ver con cuidado.

¡Whap!

Se despiertan con el sonido de las rocas que golpean el marco de madera de la posada con la velocidad de un látigo. La luz fuera de la ventana es tan borrosa que es difícil saber qué hora es. Todo lo que Johnny ve cuando parpadea y abre los ojos es arena.

Hay una maldita tormenta de arena.

Darse cuenta de ello es a la vez frustrante y aterrador, lo suficiente como para que Johnny tarde un buen rato en darse cuenta de que Gyro está sobre su pecho, más que antes. Su cabeza se movió hacia el hombro de Johnny, se volvió hacia su cuello.

Cuando se da cuenta, se siente abrumado por algo: vértigo o miedo, tal vez. Parpadea con los ojos muy abiertos antes de tocar con cautela el bíceps de Gyro con una mano.

"Gyro". Él susurra. "Despierta."

Gyro levanta la cabeza y parpadea lentamente.

"¿Mm? Hola, Johnny. Estás cómodo." Murmura, todavía medio dormido.

Johnny siente un hormigueo doloroso en el corazón y mira más allá.

"¡Hay una tormenta de arena, Gyro!" Sisea, señalando con el dedo en la dirección general de la ventana. El italiano sigue su gesto sin mucho interés, mirando sin comprender el aluvión de sedimentos contra el cristal de la ventana.

"Razón de más para volver a dormir, ¿eh?" Dice con una sonrisa dorada soñolienta, dejando caer su cabeza hacia atrás contra el hombro de Johnny.

Johnny cierra los ojos, tratando de estabilizar su pulso errático. Sin duda, Gyro puede sentirlo allí, debajo de su cabeza. Tiene que sentir el calor de la piel de Johnny contra su rostro, tiene que sentir los tirones nerviosos y temblorosos de la respiración de Johnny.

Si lo hace, no da ninguna indicación. Simplemente se hunde en sus propias respiraciones profundas, quemando a Johnny como un horno.

-

Cuando Johnny se despierta de nuevo, el aullido seco del viento del desierto todavía está presente. Sin embargo, Gyro no lo es, lo que es lo suficientemente sorprendente como para que Johnny esté completamente despierto. Se sienta, los resortes del colchón chirrían bajo el movimiento.

"¿Gyro?" Grita de inmediato, frotándose la palma con cansancio en un ojo.

Sus ojos todavía se están adaptando al brillo brumoso y anodino de la habitación. La pequeña luz que se filtra a través de la arena que azota el exterior es vieja y amarilla, dando una sensación de atemporalidad a la habitación. Podría ser temprano en la mañana o al final de la tarde; él no lo sabría. Supone que no importa.

Gyro sale del baño contiguo, con una gastada toalla blanca envuelta alrededor de su cintura. Tiene el pelo mojado, oscurecido por él y pegado hasta los hombros y la espalda, completamente desnudos. El vapor se eleva levemente de su piel.

"Buenos días, Joe-rodilla." Gyro dice alegremente. "O, eh, por la tarde, creo. No lo sé."

Johnny no puede encontrar la coherencia para responder, los ojos muy abiertos y la cara cada vez más roja. Sus ojos saltan al mueble más cercano y comienzan a estudiarlo con dolorosa concentración.

"Uhhhh, eh. Sí." Johnny murmura, con la mirada fija en la pata de una silla.

"¡Deberías usar esta bañera!" Gyro dice, alegre y aparentemente ajeno a la lucha de Johnny. "Es enorme, y se siente realmente bien después de rodar tanto tiempo".