Louis pierde la memoria, y con ella, los cinco años que pasó con Harry.
Borrón y cuenta nueva en un cuaderno de melodías.
Al principio, la daga era solo eso, una daga que solo cortaba, que hacía daño, vacía por dentro. Un arma afilada que solo pre...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"¿Harry, verdad? Cuéntame de ti."
Troy miraba de reojo al chico que acompañaba a su hijo en esa cena familiar.
Louis tenía una hermosa sonrisa en el rostro, mostrando la emoción al ver a su padre hablando con su novio, aunque él aún no lo sabía. Harry, en cambio, estaba hecho un manojo de nervios, puesto que jamás había entablado una conversación directa con Troy. Sus mofletes estaban hinchados por el zumo de naranja del cual acababa de tomar un sorbo, y es que siempre estaba de la peor forma en los peores momentos. Miró sutilmente a Louis, quien le correspondió con un guiño y una sonrisa tranquilizadora. Harry tragó el zumo que tenía en la boca, sonrió y contestó.
Troy sonrió falsamente y dirigió completamente su mirada al chico.
Lo que Louis no sabía era que su padre ya sabía lo de ellos dos más tiempo de lo que él se pensaba y es que no fue difícil observar ese cambio de ánimo de su hijo y la mejoría de notas que había sacado ese año. El estar enamorado fue algo que daba por hecho Troy y no le molestaba en absoluto, al fin y al cabo, estaba seguro de que Louis sabría juntarse con la persona adecuada para afianzar y agrandar el patrimonio de la familia Tomlinson.
Pero el enterarse de que el rizado, quien fue presentado como amigo inicialmente, se besaba con su hijo en el vestuario, le hizo replantearse la situación.
La inocencia y el poco contacto que tuvo su padre con Louis nunca le hizo sospechar del nulo entusiasmo de Troy hacia Harry. Pero no era porque Troy no supiera socializar, para nada, era el dios para crear y hacer que los negocios fueran lo más duraderos y lucrativos gracias a su labia y su don de estar. Y justo por eso, la nula capacidad para entablar amistades reales era lo que su padre tenía como forma de vida, para él nada que de lo que no se pudiera obtener beneficio valía la pena. Siempre había que aprovechar al máximo todo aquello que se ponía delante.
Y siendo sinceros, Harry no tenía nada de lo que sacar provecho. Los Styles, una familia de clase media baja, que no poseían completamente ni la casa, al estar hipotecada. Harry era, simplemente normal. Y eso Troy lo detestaba, pero supo manejarlo, al fin y al cabo tenía en mente algo que le tranquilizaba.
Para Louis, Harry solo sería un simple capricho pasajero.
"Bueno, em, yo, yo tengo dieciséis años, vivo también por aquí, mi familia se mudó a Doncaster por trabajo aunque soy de Holmes Chapel, es mi ciudad natal y es muy bonita, seguro que os encantaría si la visitarais, que no digo que Doncaster no lo sea, que es preciosa también, ósea ambas lo son, ninguna lo es más, yo solo digo que.... Lo siento."
Las manos de Harry empezaban a sudar y su respiración a entrecortarse. Volvió a mirar a Louis pensando en lo bochornoso que debía sentirse teniendo a un novio así. Des se aguantó las ganas de reírse de la escena, la cual parecía patética desde su punto de vista y dirigió también su mirada a su hijo, creyendo verle de la misma forma que él estaba. ¿Cómo iba su hijo a estar con alguien que no era capaz ni de hablar? Imposible.
