Sonic and the Secret Rings: Prólogo

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¿Te has imaginado tener que cuidar a un Sonic enfermo? Bueno, este sería el caso. Pese a que Sonic decía sentirse bien y que se le pasaría rápido (siendo que solo estornudaba), el zorro de dos colas insistió en que se quedara reposando por si acaso ya que podría empeorar después.

Notando la obvia preocupación del menor, para calmarlo le dijo que llamara a alguien para que se hiciese cargo de él y así sin trampas le informaría si realmente está descansando. Convencido con la idea, optó en llamar a Amy para que lo cuidara pero antes de, fue detenido por Sonic pidiendo que fuera alguien más (supongo que son obvias las razones); después llamó a Cream y a su madre Vainilla para pedirles dicho favor, pero resultaba que estaban ocupadas y lamentaban no poder ayudar.

Ya sé lo que se estarán preguntando, ¿por qué Tails no cuida de Sonic? Es algo bastante simple, al igual que las dos conejas anteriormente mencionadas, este estaría ocupado arreglando el Tornado por lo que sí, no podría estar ahí para confirmar que su amigo le esté haciendo caso.

Como su última carta, el oji-azul decidió contactarse con la dame de Soleanna, (T/N). Esta al enterarse de la situación estaba a punto de rechazar por obvias razones (tenía que proteger a la princesa y a Soleanna de cualquier amenaza que se avecinara) pero Elise le dio al menor una respuesta afirmativa diciéndole que la erizo estaría ahí cuanto antes.

Y bueno, henos aquí; la mencionada erizo de pelaje bronce se encontraba terminando de preparar un caldo de verduras, a su vez que el jugo de naranja recién exprimido estaba listo. Colocó el tazón de sopa junto con un vaso de jugo en una bandeja de metal para dirigirse a la sala donde se encontraba dormido aquel erizo cobalto. Cuando colocó la bandeja en la mesa, Sonic se había despertado; este tardó un poco en procesar la situación al ver aquella dame que conoció en el festival del sol en Soleanna, al ya estar completamente despierto, no pudo evitar sorprenderse al verla en su casa.

—¿(T/N)? ¿Qué haces aquí?

—Tails me llamó, y la princesa Elise me dijo que no había ningún problema si estaba fuera por unos días. —dirige su vista en el libro que estaba en la mesa. —¿Tú lo leíste?

—Sí, antes de dormirme le eché un vistazo. Creo haberme quedado en la historia de "Aladino y la lámpara maravillosa".

—De los relatos de "Las mil y una noches", la de Aladino es una de las mas reconocidas. —señala disimuladamente la comida. —Te recomendaría comer la sopa mientras aún está caliente.

El mencionado hizo caso sentándose completamente en el sillón y tomando el plato entre sus manos para segundos después tomar la cuchara y dar el primer sorbo. No tenía expectativas con la comida pero no estaba tan mal, nunca se imaginó a aquella erizo cocinar algo.

Antes de que pudiera agradecerle por la comida, su vista se dirigió en el gran anillo de oro que yacía en la mesa; nunca lo había visto y por su puesto que no era suyo.

Toma el anillo con su mano libre mientras deja el tazón en la bandeja. —¿De casualidad esto no es tuyo?

—No, ¿por qué?

Sin tener la oportunidad de contestar, una figura femenina había emergido del anillo tal cual genio de la lampara; al ver tal cosa, (T/N) no pudo evitar empezar a desenvainar un poco su espada por reflejo.

—¡¿Qué demo...?!

—No tengan miedo; soy Shahra, el genio del ring. —elevó el libro. —Ya saben, como "Aladino y la lámpara maravillosa".

—No lo he leído.

—¿Qué? Pero si acababas de decir que te quedaste en esa historia. —contestó Shahra.

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2022 ⏰

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