Ghosts

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Tuve un pequeño sueño

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Tuve un pequeño sueño.

Estabas en él. Con tus cabellos cortos y llenos de sudor, con tu parche y esa sonrisa mal formada por tus primaveras que te volvieron más hermosa a mi silencio.

Bien, no te puedo olvidar.

¿Sabes? De pronto me sentí cansado. No pude despedirme de nadie y aunque no me fui a dormir, no pude despertar más.

Me divertí mucho en esa guerra de bolas de nieve. Me reí como nunca. Me preocupé por Denji en su momento, pero lo aprecio, aún cuando parecía lo contrario. Sin embargo, temo que no haya sido lo que creí.

Quisiera despedirme de ellos. Sé que me estoy desvaneciendo, que mi tiempo se acabó y que posiblemente no cumplí con lo que tanto me mantuvo con vida. Mi cabeza gira y gira, pero solo puedo pensar en hacer realidad mi último deseo.

Ah, bueno, ya no puedo hacer nada si siento que mi cuerpo está destrozado y mi sangre se escurre a chorros. Pudo sentir mi sangre cubriendo un lago alrededor mío, estoy asustando. Tengo frío.

Creo que perdí.

Ah, mis ojos se están cerrando. Me duele el cuerpo, me pica todo y lo único en lo que pienso es en escuchar tu voz, encontrar tu sombra a contra luz mientras extiendes tu mano a mi dirección.

Tu voz.

Las veces que tanto me protegiste, que tanto jugaste conmigo y me convenciste en hacerme un arete. Incluso la cajetilla de cigarros de la marca que tanto te gustaban empañaron mi vista.

¡De pronto un escenario blanco me cubrió!

Logré levantarme. Mi cabeza y cuerpo dejaron de doler y dieron paso a una extraña armonía. A mis pies se extendía un claro, dulce en colores y fresco en esencia.

Toqué mi hombro, después mi mejilla y lo supe.

—Estoy muerto —dije y mi voz se convirtió en un eco a distancia a pesar de que nadie la escuchó. Sentía presencia dentro de mí, y ausencia frente a otros.

—Aki —di la media vuelta y te encontré con una sonrisa tan grande como esos oscuros y profundos ojos tuyos.

¡Estabas aquí!

¿Esperando por mi?

Corrí a tu encuentro y cómo un cachorro mis ojos se llenaron de ilusión al toparme con tu hermoso rostro moreno. Por un momento tus labios llamaron a los míos, más contuve mi ansiedad cuando colocaste tus manos sobre mis mejillas.

—¿Cómo estuvo el mundo allá mientras no estuve, muchacho? —preguntaste y mi voz se quebró.

En ese entonces te había dicho adiós y ahora, puedo vislumbrar como la luz del televisor por la noche, que pasaré la eternidad a tu sombra. Sea este un premio o pecado a pagar, deseo someterme a ti por los años que todavía no marcan memorias.

Mis lágrimas aparecieron. Tú reíste y encendiste el cigarro para darle una calada y luego pasármelo. Una vez me encontré calmado, lo llevé a mis labios y la infinidad de mis pulmones aspiraron un sabor insípido.

—¿Y bien? —volviste a insistir—. ¿Como estuvieron?

—Interesantes después de tu muerte —aclaré con mi voz firme y formaste una mueca de sorpresa. Seguramente esperabas que fuera honesto, pero ya no es necesario.

Ciertamente sufrí a tu recuerdo, a tu memoria tan calcada en mi corazón y ahora que al fin te tengo, no puedo perder mi eternidad en ello.

Las palabras que ahora sobran restan importancia a la oportunidad que tenemos de crear un cielo para dos.

Comencé a amar este mundo de fantasmas porque al fin puedo encontrarte.

—Ya veo, ¿y lloraste por mi? —dijiste, a lo que no tardé en asentir con mi expresión muerta.

—Más de lo que imaginaste en ese momento en que lo pediste —murmuré, recordando celosamente todas las noches que mis lágrimas crearon un océano a tu muerte.

—¿Y fue cansado, Aki? ¿Fue cansado vivir?

Asentí. Me abrazaste por los hombros como era costumbre tuya y entonces sucedió, el acto que daría el único esplendor a nuestro mundo de marfil y paz.

Me besaste la mejilla con la misma ternura con la que un recién nacido sonríe por primera vez. Mis mejillas se encendieron casi imperceptibles y tomaste mi mano para guíarme en este nuevo lugar.

—Ya no te sentirás así —aclaraste y pensé en ellos dos, entonces leíste mi mente—. Denji y Power podrán seguir adelante así como tú lo hiciste sin mi ¿no lo crees?

Volví a asentir. ¿Qué sería lo próximo en hacer en una existencia poco perceptible?

—Vayamos a descubrir las respuestas que no encontramos en vida —propusiste y el paisaje cambió a cada segundo. En uno era verde, en otro azul como el fondo del mar y luego naranja como los más mortiferos desiertos—. Si nacimos llorando, lleguemos juntos a la muerte con una sonrisa bien grande, Aki.

Estoy seguro que no es necesario que lo diga y mucho menos escuchar una repuesta tuya, porque tu sabes bien quien eres y cuanta bondad hay en tu pecho al lado del amor que puedo encontrar en este mundo sin terminar que fue otorgado para quienes no seguimos con vida.

Estoy seguro que no es necesario que lo diga y mucho menos escuchar una repuesta tuya, porque tu sabes bien quien eres y cuanta bondad hay en tu pecho al lado del amor que puedo encontrar en este mundo sin terminar que fue otorgado para quienes no...

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Ghosts ━ Aki × Himeno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora