Hoy era el día.
Se iría con sus amigos al campamento de la escuela que duraba casi un mes para los que exentaron ciertas materias y estaba más que feliz por ello.
— ¡Ya me voy Gell, Nana y mamá!
Tenía una mochila extra algo llena con balas, armas, comida y demás cosas que su madre le obligaba a llevar siempre para paseos así.
— ¿Llevas todo?
Bufó molesta ya que creía que su madre nunca confía en ella, algo que detesta y que en parte es recíproco.
— ¡Sí!
Ya estaba en la puerta de la casa. A nada de ser libre de la charla de Braeden sobre como matar a un lobo en caso de no alcanzar a sacarse el anillo para liberar su parte lobuna.
Sin embargo no corrió con suerte.
— ¿Recuerdas las reglas?
Suspiro rendida antes de asentir.
—Número 1, la palabra clave para cualquiera de nosotros, por cualquier situación es "mojonsio"
—Muy bien, ¿la dos?
Braeden arreglaba su cabello y la blusa amarilla pollito que fue un regaló de Alan Deaton en su anterior cumpleaños.
—Si hay alcohol no dejar sin vigilancia mi vaso, de ser así lo tiraré.
— ¿Tres?
Con fastidio se recargó contra la pared esperando a que terminara pronto.
—Dos amigos deben de tener tu número, en caso de que alguno de los cuatro terminemos en la cárcel...
—No es mi culpa de que siempre te metas en problemas Daniela, ¿Cuatro?
Esa era la regla que se le hacía más tonta pero en parte tenía razón, ya sería la cuarta vez que llamarían a su madre de la comisaría.
—Tener el mini taser en caso de no querer dejar de usar el anillo y un desgraciado intenté aprovecharse.
Lo saco de su mochila mostrándoselo a lo que ella asintió dándole la oportunidad de volver a guardarlo de nueva cuenta.
—Sabes que te adoro cariño ¿La última?
— ¡Disfruta tu vida! Por cualquier cosa llevar condones.
Escucharon como alguien escupía su café, a lo que ambas rieron, su hermano se acercó y abrazo a Braeden.
—Ya llevo todo, adiós.
— ¿Suéter?
Esa pregunta le había sorprendido pues fue Stuart quien la hizo.
—Daniela responde
—Llevo tres
Se encogió de hombros incómoda, no le gustaba la mirada de su madre, Stuart asintió y regreso a la cocina dándole la oportunidad a Braeden de decirle.
— ¿Cuál es la promesa?
—Mi hermano, mi responsabilidad
Ella y su hermano habían estado discutiendo de nuevo por querer conocer a su padre y el otro no querer si quiera ir al mismo lugar donde él vive, pero eso no le hará dejar de quererlo a pesar de que nunca estuvo presente en sus apenas dieciséis años de vida.
—Sí ¡Adiós mamá!— silbo antes de volver a gritar. — ¡Adiós Stuart!
Recibiendo el mismo sonido de parte de su hermano en respuesta para salir corriendo al Jeep negro que le regaló su madre hace un par de meses.
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la hija de Derek Hale
Hombres LoboPor alguna extraña razón Derek volvió a Beacon Hills sin saber de la sorpresa que le habían preparado. Dieciocho años después se entera de que es padre y ahora debe de tomar una decisión. ¿Ser padre que debió de ser o escapar y esconderse bajo esa a...