The Hat

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Jouta era algo tímido cuando era pequeño. No le agradaba socializar con otros niños por (mayormente) escandalosos o el simple hecho de que no podían ver a Charmy Green. Aunque eso cambió ligeramente cuando la gorra llegó a él. Cuando se apropió de un regalo que le dio el coraje suficiente para hacer lo que se proponga. Gracias a una muestra de lo que, a su parecer, fue aprecio.

Fue el día en el que, inusualmente, a Kakyoin Noriaki le llamaron urgentemente para un caso complicado fuera del país.
La verdad al pelirrojo se le hacía tedioso y le fastidiaba que le avisaran de última hora las cosas, más el día en el que creyó solo iría a su oficina en la FSPW por unos papeles con Jouta.

Para su suerte, ese día su esposo, Jotaro Kujo, tenía una reunión con un par de personas importantes en la sala de juntas. Podría dejar tranquilamente a su hijo e ir por su equipaje en tiempo récord por esta coincidencia.

-Mamá...- Jouta se veía un poco afligido al entender que Kakyoin, recorriendo los pasillos a paso rápido agarrando su mano, tendría que irse. -Tengo que quedarme solo con papá?

-Mi amor, lamento que esto sea repentino, pero no te preocupes- Se detuvo frente a la puerta que tenía el cartel de "sala de juntas" luego de decir esas palabras que sonaban tristemente genuinas. -Volveré antes de que te des cuenta. Ahora, por favor, te pido que te portes bien y te traeré un regalo cuando vuelva. Cuida de tu padre por mi, si?

-Si mamá...- La voz de Jouta sonaba baja y triste. Aparte de que su madre se iba de improvisto, tenía que quedarse todo este tiempo con su inexpresivo padre.

Noriaki abrazo con fuerza a su hijo y, cargándolo, ingresó a la sala luego de tocar un par de veces.

-Disculpen señores, pero debo hablar con Jotaro Kujo un momento, si?- Dijo haciendo reverencias por la vergüenza de irrumpir su conversación.

-No se preocupe- Respondió con una sonrisa uno de los 2 hombres aparte de su esposo allí.

Jotaro se disculpó y se acercó a Kakyoin, saliendo de la sala, dejando la puerta junta.

-Que ocurre? Es urgente?- Pregunto sin prestarle atención a Jouta que se hallaba apretado, abrazando a su madre.
-Si, me llamaron para salir del país por órdenes directas, me necesitan para un caso, pero ya. Te dejo a Jouta de una vez, no quiero dejarlo solo en casa y ya vino hasta aquí conmigo así que...- Explico rápidamente.
-Uh... entiendo, pero ahora estoy en una reunión, no se si sea apropiado. -Respondió con su cara estoica de siempre.
-Seguro no hará problema, Jouta es tranquilo y lo sabes. Solo dale algo para que se distraiga y se las arreglará. No es así, mi niño?- Pregunto finalmente viendo a su hijo cariñosamente.

Jouta se encogió en su lugar entre los cálidos brazos de su madre, pero este solo le besó la cabeza y lo puso frente a Jotaro. La intención era obvia, Kakyoin se lo estaba entregando para que lo cargue y se lo lleve, tenía prisa.
Jotaro por poco deja caer al niño de la impresión, pero logra cargarlo normalmente.
Jouta solo se escondió en su cuello para evitar verle o hablarle.

-Bien familia, me tengo que ir. Cuídense y espérenme, si?- Sin más que agregar, los abrazo. Le dio un beso a Jotaro en los labios y a Jouta otro en su frente. Los dos Jojos se quedaron viendo como Noriaki se alejaba a pasos apresurados al elevador cuando Jotaro volvió a hablar.

-Yare yare daze... bien. Ahora, mocoso, no vayas a fastidiar, entendido?- Jouta se sintió un poco desanimado por la falta de tacto de su padre, pero no lo mostró por su orgullo de niño que se cree grande. Solo se limitó a asentir y apoyarse en su padre de nuevo sin hacer ni un sonido ni movimiento más, como si de un muñeco se tratase.

Jouta's Life AdventuresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora