Un mundo donde gobierna lo normal, ese es mi mundo, tú mundo.
Un mundo totalmente diferente donde gobierna lo insólito, dónde la magia es posible y el engaño sucede hasta de la persona en quien más confías.
Son dos mundos diferentes en los cuales...
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Después del semejante golpe a mi Barrera protectora Anti Agus no supe como reaccionar, quería responderle lo juro, pero como podía responder a semejante declaración. Obviamente no me había dicho que me amaba y que me casara con el pero debo recordar que el es mi mejor amigo. Me sentí rara por que por más que quiera negarlo hay algo entre Agus y yo y eso me da miedo, tengo miedo por que es mi mejor amigo y jamás echaría a perder una amistad tan larga como la de él.
Lo único que pude hacer fue correr, correr tanto como mis pies me lo permitieron y sin pensarlo llegué a mi habitación, cerré la puerta de un estrepitoso golpe, me recargue de la puerta y lentamente me dejé caer hundiendo mi cabeza en mis brazos.
Me sentía triste de alguna manera, esto del amor jamás fue para mí; Alonso es esa pequeña excepción por que el me ha demostrado que siempre está para mi, es sincero conmigo y se preocupa por mi. Es todo lo que tal vez una mujer quiere en su vida sin embargo en mi caso por alguna razón me era indiferente. Algo en Agus me producía una ambrosía por saber más de él, conocer más sobre él que el pasado nos impidió hacerlo, todo eso que desconocía quería saberlo.
Esto me estaba volviendo loca.
Cerré la libreta con frustración y me dejé caer en mi cama lentamente mirando al revés a la pequeña luna que estaba enfrente de mi --te envidio, ¿lo sabes? Sólo tuviste un amor que fue el señor Rabbit y fácilmente lo dejaste ir. No entiendo por qué eres más lista que yo en el amor-- le dije a luna llena de frustración escribiendo la estúpida historia para la escenografía de la escuela.
--¿Amor?-- escucho del otro lado de la puerta.
--Entra, está abierto-- me levanté de la cama para observar a Alonso entrar devorándose un pasquelillo.
--¿A que no vas a creer lo ágil que puedo ser para robarle dos pastelillos al chef mientras se daba la vuelta?-- soltó haciéndome reír mientras se acercaba a mi.
--Tu no cambias-- me reí tomando uno de sus pastelillos.
--¿Que hacías?-- me pregunta dándole una enorme mordida a su pastelito.
--Nada interesante, hablaba con luna-- le reste importancia señalando a la pequeña luna.
--¿No se supone que ella tenía su penthouse allá afuera?-- pregunta refiriéndose al jardín de mi habitación.
--Si pero quería tenerla un rato conmigo y la traje a mi habitación--
--Que bien-- se encoje de hombros.
--¿Que hacías aparte de robarte los pastelillos?--
--A pues.......-- se la piensa un poco --ya se que me vas a regañar por que no he hecho los deberes y ya los tenemos que entregar pero es más divertido ver cientos de hadas volar de aquí por allá. No sabes lo gracioso que fue ver el otro día a un hada estrellarse de un árbol, yo inconscientemente grité "echen paja" y después salí corriendo--
