Capítulo 9: Nueva realidad.

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A veces parece que la vida siempre hace algo para estar en tu contra, creando hoyos profundos, casi perceptibles en el suelo y que parecen no tener fin. Tienen caída libre para cualquier poco agraciado que se confíe, y pocas veces se puede salir ileso. Esa sensación de axfisia que se siente cuando estás encerrado y no sabes cómo vas a salir, ni si habría alguien que se arriesgaría a salvarte, la han sufrido muchos, pues es más normal de lo que se cree. En esos momentos poco hay para aferrarte, nada de lo que puedas llegar a pensar te puede sacar de esa enorme perforación que nunca viste. 

Pero aún habiendo muchas personas que han estado ahí abajo, desconsoladas, su mente le es imposible hacerles ver que ese laberinto en el que se encuentran existe justo por ellos. Y es que queremos (necesitamos) echar siempre la tierra hacia un lado, sin saber que nosotros fuimos los que, tiempo atrás, provocamos ese hoyo que ahora nos engulle. Preferimos, sin embargo, que nos coma la tierra antes que la propia culpa. Preferimos ver solo la oscuridad de alrededor que subir la mirada hacia el cielo. 

Si nos enseñaran a saber convivir con los monstruos que inevitablemente creamos, nuestra mente sería capaz de verlos como una forma más de vivir, teniéndolos de aliados y confidentes para esas situaciones en las que no hay fondo en donde caer.  

No es la vida en general la que te hace daño, es la percepción que tienes de tu propia vida. 

Cámbiala y verás la luz. 





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Los pasos que se escuchaban delante de él, solo le hacían que su cerebro le hiciese tener en mente ciertos recuerdos que nunca llegó a poder borrar. Por alguna razón, pensaba que la suerte y la victoria le iban a acompañar después de todo lo que ocurrió, pero poco a poco se iba dando cuenta de lo iluso que  siempre había sido. Junto a Louis. 

No fueron más de tres minutos que Troy y él estuvieron andando alejándose mínimamente del hospital. Harry subió la cabeza cuando esos pasos cesaron. Se encontraban en una calle estrecha, donde había dos coches. El rizado, aunque no quería mostrar el terror que  aún le ocasionaba Troy, tenía el corazón acelerado. 

"Tranquilo, no voy a hacer nada. Por ahora." El hombre miró con algo de gracia el rostro de Harry, quien se incorporó con semblante serio. 

"¿Qué quieres? Louis me está esperando." 

La risa de Troy llegó a sus oídos como si fueran horribles truenos. 

"Maldita sea Harry, eres igual de estúpido que antes. Eres incapaz de darte cuenta de la realidad."

¿Nos conocemos?  (L.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora