El niñero (Yaoi) [EN AMAZON]

Capítulo 17

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Su silueta contra la luz, los pasos lentos, las manos ocupadas. Comida, trae una bandeja de comida.

La cadena tintinea sin parar mientras tiro y tiro de ella, descarnándome el tobillo. La piel de ahí está todavía más roja e inflamada que antes y el dolor se vuelve poco a poco enloquecedor. Parece extenderse, como una infección, y me va desde el pie hasta la coronilla, pulsando especialmente en el hombro y en mi boca.

—Oh, alguien se alegra de verme —dice burlón, agachándose a unos centímetros de mí y dejando la bandeja de comida fuera de mi alcance para acariciar mi cabeza. Mi cabello negro se revuelve frente a mis ojos, con rizos empapados en sudor nervioso pegándoseme a la frente, y él se toma su tiempo para seguir jugueteando a desordenarme el pelo mientras me desespero. —Dime ¿Hoy te sientes más... complaciente? —pregunta, sosteniéndome el rostro por el mentón y acariciando los labios con su pulgar.

Me quejo bajito cuando su dedo toca mi herida y veo sus ojos relampaguear cuando la presiona y vuelvo a hacer un ruido de incomodidad.

—Respóndeme, Ty ¿Hoy te sientes más complaciente?

Mi mente está borrosa, pero necesito pensar claro. Si le digo que sí y luego vuelvo a rechazar su comida cuando tenga suficientes energías para ello lo acabaré así otra vez. Ahora mismo resistirme significa únicamente comer cada muchos días y estar débil no me ayudará a huir. Debo acceder, complacerle e ir ganando fuerzas y privilegios. Si está obsesionado conmigo puedo lograr seducirle y hacer que me saque de aquí, puedo intentar lo del coche otra vez. Solo debo besarle, es un pequeño sacrificio por mi libertad.

Intento no pensarlo mientras le tomo de las solapas de la camisa y me arrojo a sus labios. Mi boca dolorida conecta con la suya y el horror me paraliza. Sin embargo, él toma el control rápido y arranca mis manos de él, agarrándome con las suyas la cintura y acercándome. Sus dedos se clavan en mis costillas y jadeo, él me besa apasionadamente, sin importar la forma en que respiro aceleradamente, tratando de alejarme por instinto. Me fuerzo a permanecer quiero y corresponder, pero mis labios no pueden imitar su ritmo.

Ángel es increíblemente voraz, sus besos toman cada vez más y más de mí y siento que busca consumirme por completo. Sus labios atrapan los míos y tiran de ellos y lengua los recorre con su agudo filo, probándome antes de poseerme. Lo siento acariciar mi lengua, mis encías e incluso el cielo de mi boca, causando un cosquilleo que me hace temblar entero. Busca algo dentro de mí, quizá solo cavar más y más hondo.

Ahora, bajo su disposición e incapaz de negarme a sus demandantes besos, me siento de papel. Tan frágil, arrugándome en un pequeño e insignificante ovillo cuanto más me aprieta contra su gran cuerpo, cuanto más me agarra como si desease quebrarme. Recuerdo la ducha: su cuerpo caliente y grande enseñándole al mío que mi piel no es más que territorio a la espera de ser conquistado. Sus manos, su boca, su pelo rozándome los hombros con suavidad mientras abajo se restregaba como un jodido animal.

Lo odio. Odio el poder que tiene sobre mí.

Tan dulce y malo ¿Cómo puede ser?

—Joder, Tyler —murmura con deleite, separándose unos segundos que mis pobres labios agradecen. Los noto como un gran órgano palpitante y queman. Él vuelve a ellos, entrecerrando sus ojos.

Sus manos aprietan más y de repente siento que me levanta. Abro los ojos, alarmado y lo veo de pie, sosteniéndome mientras me estrecha más y más cerca. Una de sus manos me aprieta un muslo, clavando duramente las uñas, la otra me rodea opresivamente. La cadena me pesa en el tobillo, haciendo el dolor insoportable.