Epílogo.

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[FEBRERO]

Erin Loughty.

Que me perdone la vida por dejar que otros la guiasen por mí. Que me perdone mi cuerpo por haberlo expuesto a personas tóxicas y momentos donde puse en riesgo mi salud. Que me perdone la Erin que tenía miedo y la arriesgue a buscar personas solo porque necesitaba atención. Que me perdone esa Erin que no cuidé, esa que permití que otros golpearan, esa que no le enseñé como evitar que le robaran la alegría. A la misma Erin que le pido perdón también le agradezco, por levantarse y ser consiente que necesitaba amor, mucho amor, amor propio, sobre todo.

Ahora estoy aprendiendo a amarme, respetarme, cuidarme y valorarme. Desde que he tomado esa decisión no voy por la vida esperando que otros me mantengan lejos de las tormentas. Yo misma podré evitar errores y si los cometo pues yo misma los soluciono. Desde que me he puesto en primer lugar ya no deseo buscar amores fríos con tal de no sentirme sola, ya no acepto relaciones solo por no enfrentarme a la soledad. Casi que a las malas aprendí que yo solita me puedo brindar amor, libertad y felicidad. Sanar las heridas que otros provocaron y las que yo misma me hice no han sido cosa fácil, pero en mi intimidad, en mi soledad terminé por descubrir el universo entero que soy. ¿Cómo otros pudieron verlo antes que yo? Ahora me considero valiente, valiosa, indestructible... y hasta ahora solo estoy empezando.

Entonces en eso me encuentro ahora, buscando el amor para mí. Apenas me encuentro en construcción, aún estoy mirando la estructura completa para descubrir que cambiar, que pintar, que poner y construir. No me culpen por no quedarme con la persona que amo, es solo que este es mi momento, este es el momento en el que a quien más quiero amar es a mí misma. Y es que me he dado cuenta que si me amo a mi misma eso irradia en los demás. No puedo esperar que otros me amen y respeten si yo no hago eso con la persona que más debería importarme, yo misma.

No me tomen como narcisista, orgullosa o algo parecido. Es solo que ahora que me amo a mí, que me concentro en mí y no en otros puedo vivir en paz con quien soy y como luzco. Reconociendo mi belleza también reconozco la de los demás. Amarme a mi es hermoso y cuando lo logre por completo, será aún más hermoso poder amar y apreciar a otros.

Pero alto, porque ahora busque amor en mí no significa que aún no quiera visitar a mi vecino. De hecho, hoy cinco de febrero es el día en el que finalmente dejo el Royal y él es la última persona de la que me despediré porque quiero que su abrazo sea con el que me marche.

Sé que pudimos decir que quedaríamos con pareja, que podríamos intentarlo. Mientras yo estudie él estará trabajando, lo hablamos varias veces, lo consideramos, incluso hablamos de los días que podríamos vernos, pero los dos entendimos que no es el momento. En este preciso instante hay alguien a quien yo solo quiero dedicarme, a alguien a quien quiero entregarle todo mi amor y cuidado, ese alguien es a mí.

Me tiro detrás del sofá de Alexander para acariciar a Bugs. Alexander lee la lista de cosas que no debería olvidar y también las cosas que deberé hacer cuando esté viviendo sola. Creo que no confía mucho en mis habilidades porque ha resaltado y puesto en negrilla cosas como:

No pasar sola por calles oscuras.

No tocar gatos sin saber si tienen dueños.

No escalar ni un pequeño muro.

No aceptar bebidas de desconocidos.

No olvidar cerrar la llave del gas.

No beber demasiado café ni pasarse con las comidas dulces.

No dejar los cuchillos en lugares donde me puedan hacer daño.

Botar las latas y no dejarlas en el piso.

Mi vecino del RoyalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora