Capítulo 27

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—¿Ángel? —repito un poco más fuerte.

Han pasado varios minutos y juraría que tan siquiera lo he visto parpadear, solo tengo su pecho subiendo y bajando como indicador de que no ha muerto. De pronto algo de brillo le vuelve a los ojos y su rostro se relaja de golpe. Se lleva una mano a la cabeza, dando la imagen de un adolescente que ha bebido de más y está un poco desorientado, nada cerca del terrible lunático que parecía segundos atrás.

Vuelvo a alejarme, pegándome a la pared, y tiro discretamente de la cadena para que él no me vuelva a estrangular con ella.

—Hm... ¿Qué ha pasado? —pregunta tranquilamente mirando a su alrededor y luego sus manos.

—Te habías quedado muy quieto —explico en voz muy baja ¿Ya no está enfadado? ¿No va a intentar matarme? Me da miedo que recuerde de golpe que me odiaba hace unos segundos. —, pensaba que te sucedía algo malo, Ángel. —me fuerzo a decir su nombre, sé que le ablanda oírlo o al menos que le gusta, y quiero mantenerlo lo más contento posible.

Ya he visto lo rápido que se enciende su ira con solo un pequeño enfado. No quiero hacerlo chispear de nuevo.

—Estaba pensando en viejos recuerdos, después de escucharte berrear sobre niñeros tanto rato supongo que mi cabeza ha decidido que era adecuado. —suela aire por la nariz en una risa a medias, luego su rostro vuelve a contraerse en una mueca de dolor —Me duele la cabeza ¿Qué estaba haciendo antes de esto?

Trago saliva. Si no le respondo se enfadará y si le miento también, pero no puedo decirle la verdad. Si se ha olvidado de que estaba por asesinarme y de repente recuerda lo que quiera que le hubiese enfadado tanto no volveré a tener tanta suerte. No parará hasta el final esta vez.

Aprieto la cadena en mis puños instintivamente y él me mira con curiosidad. Luego sus ojos van directos a mi cuello y sonríe. Después se levanta, haciéndome sombra con su enorme cuerpo. Tiemblo entero y me aferro a la cadena, listo para luchar por mi vida incluso sabiendo que voy a perder. Y él se da media vuelta y se va.

Vuelvo a quedarme solo y a oscuras. Esperaba sentirme más calmado cuando él se marchase, pero soy incapaz de dejar de llorar y agitarme porque incluso si cuando él está conmigo enloquece y me hace cosas horribles, cuando se marcha enloquezco yo. No puedo parar de pensar que no volverá, que no saldré de aquí, que me matará o que me dejará morir, que ya no recuerdo de qué color es el cielo, que ya no recuerdo cómo huele la calle o como se siente el viento igual que no recuerdo un enorme pedazo de mi vida, ni dónde vive mi madre, la única persona que me quiere en este mundo.

Quiero dejar de pensar en lo mucho que me duele el tobillo y el brazo, en que posiblemente sanen mal y queden lesiones de por vida en ellos, quiero dejar de pensar que vendrá de nuevo, cogerá la cadena y terminará lo que ha empezado.

Quiero dejar de pensar que todo esto es mi culpa, por haber sido un gilipollas con un niño hace muchos años y no ser capaz de recordarlo ahora.

Quiero dejar de pensar en lo imbécil que fui con mamá al irme de casa y en lo mucho que quiero disculparme, pero lo poco que sé. No sé por qué me enfadé, por qué sentí tanto odio, no sé por qué me fui o cómo volver. No sé por qué papá se fue o si volverá mientras yo no estoy y matará a mamá de una paliza. No sé si me moriré yo antes o después de ella. No sé si Ángel me matará rápido o despacio, si me torturará, si le aburro, si me escaparé, si me encontrará después, si me tocará de ese modo horrible, si me arrancará la piel después de pasar sus dedos.

No puedo ponerle fin, acallar las mil bocas que tengo gritándome desde las paredes de mi cerebro, lamiéndome los ojos desde dentro hasta que arde y lloro. Quiero que pare, que alguien encienda la luz y me diga que saldrá bien todo. No quiero volverme loco.

A veces simplemente quiero dejar de ser, aunque me asusta mucho pensar en la agonía de morir de hambre o en el dolor de tener sus manos en el cuello, o en la incertidumbre de saber lo que habrá después. A veces quiero dejar de ser porque no imagino otro modo de que deje de doler, pero aun así me da tantísimo miedo morir que siento que tan siquiera soy capaz de tomar una maldita decisión.

Fin del cap owo ¿Qué os ha parecido?

¿Creéis que Ty logrará salir de su "habitación especial?

¿Creéis que Ángel siempre fue como es ahora o que se volvió así?

Si fuéseis Ángel ¿Cuál creéis que sería el mejor curso de acción? Una vez ya has secuestrado a alquien tienes casi por seguro que irá a la policía incluso si entras en razón y lo liberas, aún así ¿Haríais lo correcto o intentarías salvar el pellejo?

Gracias por leer <3

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