CAPÍTULO 30

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"Lo que diga tu corazón"

Cuando crucé la calle después de hablar con Aidan, lo hice demasiado rápido, lo que hizo qu él fuera tras de mí inmediatamente y sin pensarlo. Cuando Aidan intentó cruzar también, en su desesperación por alcanzarme no se percató del auto que venía a toda velocidad y este chocó
–¡Ay, no me jodas! -dijo Mau cuando vio a Aidan caer-
La persona que iba conduciendo el auto que atropelló a Aidan huyó. Mau y yo corrimos hacia Aidan ; su rostro estaba cubierto de sangre. Con los ojos cristalizados, me puse de rodillas a su lado intenta reanimarlo, pero Aidan no respondía, estaba inconsciente y parecía no tener signos vitales. Mientras yo trataba de reanimarlo sin obtener respuesta, Mau llamó a la ambulancia. Un tumulto de gente nos rodeaba, algunos intentaban ayudar, otros sólo murmuraban. Roby también estaba ahí y llamó a los padres de Aidan. Los paramédicos no demoraron en llegar y atendieron a Aidan rápidamente.
–Aidan tenía un hematoma intracraneal causado por el golpe en su cabeza después del impacto del auto. Tuvimos que someterlo a cirugía urgentemente para extraer la sangre de su cráneo. -explicaba la doctora que atendió a Aidan cuando todos llegamos al hospital- Por fortuna, lo más grave ya pasó. Aidan está estable por ahora. Esas son las buenas noticias -dijo la doctora y esbozó una sonrisa atenuada-
–¿Hay malas? -preguntó los padres de Aidan al unísono con consternación-
–Durante la cirugía, Aidan sufrió una hemorragia y perdió mucha sangre. Él ya recibió una cantidad de sangre que lo mantiene estable, pero necesita mucha más. Como sabrán, el tipo de sangre de Aidan no es muy común y las reservas que tenemos en el hospital están por agotarse; necesitamos un donante
–¿Qué tipo de sangre? -pregunté consternada-
–B- -respondió la doctora- Como dije, ese tipo de sangre es muy difícil de conseguir, pero Aidan también puede recibir sangre O-, ambos tipos de sangre son compatibles. Aidan seguirá recibiendo la sangre que tenemos en el hospital mientras encuentras un donante, pero debe ser rápido porque las reservas se terminan -finalizó la doctora-
–Mau, tu tipo de sangre es O- -dije inmediatamente después de escuchar a la doctora-
–¡¿Qué?! No. -dijo Mau alterado- ¿Tú cómo sabes?
–Alguna vez me lo dijiste -aclaré- Pero es no importa, el punto es que tú puedes donarle sangre a Aidan -dije sonando esperanzadora-
–No, no puedo -se negó Mau, ignorando mis esperanzas en él-
–¿Por qué no? -preguntaron los padres de Aidan otra vez al unísono-
–Porque...-Mau respondió con nerviosismo- Porque me dan miedo las agujas -dijo sin pensar-
–¿Qué? -dijo incrédula Roby-
–Perdón, pero no puedo -volvió a negarse-
–Por favor -supliqué-
–No puedo, de verdad. Lo siento -dijo y salió del hospital-
–Yo... Yo conozco a alguien que tiene el mismo tipo de sangre que Aidan -dije después de ver a Mau marchar-
Les expliqué a los padres de Aidan que Daniela tiene el mismo tipo de sangre que su hijo y ellos planearon pagarle un vuelo privado a Daniela para que llegara en cuanto antes, pero primero debía llamarla...
–¿Hola? -dijo Daniela cuando por fin respondió a mi llamada-
–¡Dios! -dije con alivio- Dani, que bueno que este sigue siendo tu número
–¿T/N?
–Sí, sí. Escucha, sé que tal vez no tengo derecho a pedirte nada, pero necesito de tu ayuda. Créeme que es importante
–Uh, sí, sí, dime
–Se trata de Aidan, tuvo un accidente, perdió mucha sangre -traté de explicar-
–¿Qué? -preguntó Dani con incredulidad-
–Él está estable ahora, pero aún necesita mucha más sangre
–¿Y necesitas que yo le done de mi sangre? -preguntó Dani para confirmar-
–¡Sí! Tu tipo de sangre es el mismo que el de Aidan
–Está bien, está bien. ¿Pero en dónde estás?
–En Roma -dije esperando a que a pesar de la distancia no se negara a ir-
–¡¿Qué?! -dijo Dani con impresión- ¿En Roma, Italia?
–Ajá -dije sin más-
–¿En Europa? -volvió a preguntar con asombro-
–Pues, sí
–Oye, tus padres dijeron que te habías ido del país, pero yo supuse que estabas en otro país de América, no en otro continente -dijo casi gritando- Y tampoco sabía que estabas con Aidan
–Eso no es lo importante ahora. Cuando llegues te explico todo, ahora escúchame
–Estoy escuchándote
–Los padres de Aidan te pagarán un vuelo privado para que llegues lo antes posible, tendrías que llegar hoy mismo, por la noche -expliqué-
–Ok. Espera, ¿ellos también van a pagar mi vuelo de regreso? Porque comprenderás que sólo iré a donar mi sangre, no puedo quedarme mucho tiempo
–Uh, imagino que sí
–Bien, entonces supongo que voy para allá -dijo Dani y colgó-
Daniela llegó al hospital al anochecer e inmediatamente donó sangre para Aidan. Hasta ahora nadie había podido entrar a ver a Aidan, excepto sus padres.
–Jugo y frutos secos, no me puedo quejar -dijo Dani cuando terminó de donar su sangre y la enfermera le entregó ese alimento- Si te soy sincera, yo esperaba galletas, no frutos secos
–Dijiste que no podrías quejarte -dije sonriendo ligeramente-
–Es cierto. Mírame, estoy hablando contigo ahora; no puedo quejarme -dijo y ambas sonreímos-
–Gracias por donar sangre para Aidan -dije esbozando una sonrisa atenuada-
–Cualquiera lo habría hecho -dijo Dani y también esbozó una sonrisa atenuada- Ahora, cuéntame, ¿cómo es que Aidan y tú están juntos? Digo, que cool, ¿pero cómo?
Dani chismosa había vuelto.
–Yo no diría "juntos" -musité-
–¿Qué? No entiendo -dijo Dani mientras comía sus frutos secos-
–No, o sea, si te refieres, a cómo es que lo volví a ver, pues ni yo sé -dije encogiendo los hombros- Fue el destino, supongo
–Supongo que sí. Por eso Roby y Mau también están aquí, ¿cierto?
–Sí, tú siempre lo decías; todo es gracias al destino, o por culpa del destino. Y gracias al destino tú también estás aquí -dije y ambas sonreímos-
–Sí -dijo Dani riendo ligeramente- Gracias al destino por dejarme volver a verte
–Gracias al destino -dije sonriendo ligeramente y asintiendo con la cabeza- De nuevo, gracias por estar aquí y por donarle sangre a Aidan
–No agradezcas. Ve a verlo -dijo sonriendo-
Después de hablar con Dani, por fin pude ver a Aidan. Entré a la habitación y vi que él todavía estaba anestesiado, tenía vendada la cabeza y tenía un collarín.
–Lo siento, fue mi culpa -dije con los ojos cristalizados mientras sostenía su mano y la apretaba con suavidad-
–No, no fue tu culpa -dijo Aidan apretando mi mano también con suavidad-
–¡Aidan! ¡Despertaste! -dije con emoción y limpiando mis lágrimas-
–¿En serio, señorita obviedad? -dijo Aidan sonriendo y yo no pude evitarlo, también sonreí-
–¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? -me apresuré a preguntar-
–Estoy bien, estoy bien -dijo restándole importancia a su cirugía-
–Supongo que debes estar adolorido -dije esbozando una sonrisa atenuada-
–Lo único que me duele es haber perdido mi credibilidad ante ti. T/N, ¿cómo hago para que me creas? -dijo y apretó mi mano un poco más fuerte-
–No, es que te creo, te creo, de verdad te creo -dije y esbocé una sonrisa atenuada-
Después de decir eso, Aidan me observó con una expresión de confusión en su rostro.
–¿Qué? -dije riendo ligeramente- Ya dije que te creo, deberías estar feliz por eso
–Lo estoy -dijo sonriendo ligeramente-
–¿Entonces?
–Es sólo que sé que aún debo pedirte disculpas. Te juro que yo no quería hacer nada con Nadia, pero estaba ebrio, por eso la besé, pero sólo eso
–Bueno, ahora tenemos dos problemas -dije bromeando
–¿Cuáles? -preguntó Aidan con confusión-
–El primero es tu adicción al alcohol, debemos llevarte a alcohólicos anónimos -dije bromeando y ambos reímos- Y el otro es un poco más grave, y es que no estoy segura de seguir llamándote "Nadia" -admití-
Aunque de todas formas hace un buen tiempo ya no lo llamaba así, ahora tenía verdaderas razones para no querer volver a llamarlo "Nadia" jamás.
–Bueno, podrías buscarme otro apodo, pero que sea uno original -dijo riendo ligeramente-
–¡Oye! "Nadia" es bastante original
–No, no tiene chiste, es sólo mi nombre al revés
–Y por eso es bastante original. ¿Cuántas personas conoces que saben cómo es su nombre al revés?
Después de estar discutiendo entre risas sobre cuán original era "Nadia", Aidan quiso que fuéramos serios.
–Oye, ya en serio; quiero que sepas que comprendo y respeto tu asexualidad y...
Aidan quería seguir hablando, pero yo lo interrumpí.
–Está bien, está bien. Ya no digas más. No creo que sea conveniente hablar de eso ahora -dije sonriendo a medias y para mi fortuna, justo en ese momento, Dani entró a la habitación-
–Lo siento, espero no interrumpir -dijo Dani entrando a su habitación-
–¿Dani? -dijo Aidan con confusión- Oigan, ¿cuánto tiempo pasó desde que quedé inconsciente?
–Tan sólo unas horas, las horas más rápidas, pero también las más eternas de toda mi vida -dijo Dani suspirando- Yo estaba tranquila en mi casa cuando de pronto sonó mi celular, era T/N diciendo que habías tenido una accidente, que estabas estable, pero que necesitabas que yo te donara sangre. Luego, estaba abordando un avión que me traería hasta acá, aterricé, llegué al hospital, saludé a T/N, después la enfermera extrajo unos cuantos mililitros de mi sangre y eso fue todo -explicó Dani-
–Gracias -dijo Aidan sonriendo-
–No agradezcas -sonrió- Igual, yo sólo vine a despedirme
–Buen viaje -dijo Aidan sonriendo-
–Gracias -dijo Daniela y luego se dirigió hacia mí- Oye, entenderé si no quieres, pero me gustaría seguir en contacto contigo -sonrió- Tú sabes, seguir hablando, no sé, hablar cada noche como antes
–¿Como antes de Andrik?
–Como antes de Aidan también
–Ok -sonreí y luego ella y yo nos abrazamos-
–Me voy -dijo y se despidió de nosotros-
Daniela intentó salir de la habitación justo cuando Mau intentaba entrar. Mau llevaba un café para mí.
–¡Fíjate, idiota! -le gritó Dani a Mau cuando él y ella chocaron- Casi me tiras el café encima
–Eso hubiese sido un placer -dijo Mau y Dani rodó los ojos-
–¿Ya te vas? -preguntó Roby a Dani-
–Sí -respondió ella-
–Que bueno -dijo Mau sonriendo- Espero que tengas un mal vuelo, que el avión caiga y que no sobrevivas -dijo y Daniela lo ignoró en un gesto de molestia-
–Buen viaje -dijo Roby sonriendo-
–Gracias. Bye!
–Bye! -dijimos todos al unísono-
[...]
Daniela salió apresuradamente para tomar un taxi que la llevaría al aeropuerto. Como iba tan apresurada, chocó con Franco quien se dirigía a ver a Aidan.
–Oh, lo siento, lo siento -se disculpó Daniela-
–No, perdóname tú a mí -dijo Franco-
–No te preocupes -dijo ella y siguió caminando-
–¡No! ¡Espera! ¿Cómo te llamas? -dijo Franco tratando de detenerla-
–Lo siento, tengo que irme, perderé mi vuelo -dijo Daniela subiendo al taxi-
–¿Vuelo? ¿A dónde vas?
–¡Lo siento! -gritó Daniela y se marchó-
–Hey! ¡No! ¿Cómo te llamas? -gritó pero era demasiado tarde, el taxi ya se había ido-
Después de maldecir porque Daniela no le había dicho su nombre, Franco entró a la habitación de Aidan.
–¡Hola! Me enteré que estabas en e hospital y quise traerte flores, ten -dijo Franco arrojándole las flores a Aidan-
–Oh, gracias -dijo Aidan después de recibir las flores que golpearon en su torso-
–Sí, lo que sea. Ahora, ¡no van a creer la Diosa que acabo de conocer! -dijo Franco sonriendo-
–¿Diosa? -preguntó Roberta-
–Sí, choqué con ella accidentalmente afuera -explicó-
–¿Cómo era? -preguntó Mau con interés-
–¿No me escuchaste? ¡Dije que era una Diosa!
–Sí te escuché, pero esa no es una buena descripción, necesito detalles
–Es... Es hermosa, ¿sabes? -dijo Franco con embelesado- Como de 1.60, cabello castaño oscuro, piel clara y ojos verdes. Su mirada es hermosa
–¿Daniela? -preguntó Mau-
–No sé, no me dijo su nombre. ¿La conoces?
–Desgraciadamente
–¿Verdad que es una Diosa? -dijo Franco aún mas embelesado-
–Una odiosa, diría yo -dijo Mau rodando los ojos-
Mau y T/N siguieron hablando con Franco sobre Daniela.
–Creí que Franco era gay -dijo Aidan a Roberta burlándose de ella-
–De pronto es bisexual, o algo así -dijo Roberta intentando tener la razón-
–De pronto no le interesas tú, sino Dani -dijo aún burlándose-
– Cállate, Gallagher -dijo Roberta con enfado-
Mau y yo estuvimos un rato más en el hospital, luego decidí irme, Mau quiso acompañarme y le pedimos a Roby que nos despidiera de Aidan.
–¿Vamos a casa? -preguntó Mau con salimos del hospital-
–Sí -respondí con indiferencia-
Mau y yo caminamos juntos en silencio hasta llegar a nuestro departamento.
–¿Miedo a las agujas? -pregunté con ligero tono de reclamo-
–Uh, sí -mintió con nerviosismo- ¿Estás molesta por eso?
–Estoy molesta porque por mi culpa Aidan está en el hospital
–No, no fue tu culpa -trató de tranquilizarme-
–No sé qué voy a hacer -me lamenté-
–Sonará ridículo, pero haz lo que diga tu corazón
–Sí, sonó bastante ridículo -dije riendo ligeramente-
–Sí, es cursi y ridículo, pero de verdad escucha a tu corazón -dijo y esbozó una sonrisa atenuada-
–No sé qué es lo que dice mi corazón, pero mi mente dice que no debo mentirle a Aidan, que debo hablar con él y que... No sé, sólo esperaré el momento indicado para hablar con él -dije esbozando una sonrisa atenuada-
En ese momento, alguien tocó a la puerta.
–¿Aidan? -preguntó Mau-
–Aidan está en el hospital, idiota
–Lo sé, pero no sé, creí que lo habías invocado
–Pésima broma
–Como sea. ¿Esperas a alguien?
–No, ¿tú?
–Noup, pero yo abro
Mau abrió la puerta.
–Oh -dijo Mau cuando abrió la puerta y vio a Nadia- Sí es Aidan, pero en mujer -gritó-
–¿Qué? -pregunté con confusión-
–Es Nadia
–¿Quién? -pregunté con incredulidad-
–Ricitos de Oro, para que me entiendas
Luego de decir eso, Mau dejó entrar a Nadia.
–Hola -dijo ella sonando conmovida-
A mí no me quedaban ganas de saludarla, así que sólo le pregunté porqué estaba ahí...
–Me enteré de lo de Aidan -explicó- Y me siento tan arrepentida
–¿Arrepentida? -pregunté con incredulidad-
–Tienes que saber la verdad...
La ojiazul empezó a llorar.
–Ya lo sé, entre Aidan y tú no pasó nada. Está bien -dije tratando de apaciguar la situación-
–No me refiero a eso -dijo entre sollozos-
–¿Entonces? -preguntó Mau quien también presenciaba aquella escena-
–Yo... Yo no soy quien les hice creer
–¿Qué? -preguntamos Mau y yo al unísono-
–¿Cómo? -pregunté con confusión- ¿Cómo que tú no eres quien nosotros creemos?
–Mi nombre real no es "Nadia"
Confesó repentinamente lo que hizo que Mau yo emitiéramos otro "¿qué?" al unísono.
–Yo... Yo no me llamo Nadia, lo inventé sólo porque sabía que ese era el apodo que tú le habías dado a Aidan y creí que teniendo el mismo nombre que su apodo y haciendo que él estuviera conmigo tú jamás querrías volver a verlo y así él y yo podríamos estar juntos -confesó aún sollozando-
–Me estás jodiendo, ¿cierto? Esto es una jodida broma, ¿verdad? -pregunté con incredulidad y riendo ligeramente- ¡Explícame ya! -grité- ¿No te llamas "Nadia"? ¿Cómo sabías que ese era mi apodo para Aidan?
Nadia, o como sea que se llamara la chica, intentó decir algo, pero Mau la interrumpió.
–Si no te llamas "Nadia", ¿cómo explicas que los profesores también te llaman así en clases? -preguntó Mau-
–Eso es lo de menos -dije aún esperando respuesta de la ojiazul-
–Compré a los profesores para que me llamaran así y me ayudaran con mi mentira. Hace un tiempo, hace mucho tiempo, por casualidad vi una foto en las redes sociales de Aidan, en la foto estaban él y tú, y también pude ver tu comentario donde le llamabas "Nadia" y por el resto de los comentarios en la publicación, supe que él y tú eran novios -explicó cuando por fin sus sollozos cesaron- Aidan me gustó y me obsesioné con él, investigue todo sobre él, supe quienes eran sus padres y donde trabaja en aquél entonces, también supe quien eras tú exactamente y también supe de ti -se dirigió hacia Mau-, supe que eras el mejor amigo. Obtuve detalles de sus vidas y todo lo que necesitaba saber para hacer que Aidan y tú dejaran de estar juntos, sin embargo, nunca hice nada porque creía que debía esperar, pero después supe que Aidan se marchó y entendí que nunca debí esperar. Me enteré de que él se marchó, pero no sabía a donde, hasta que años después volví a ver una de sus publicaciones en redes sociales y otra vez estabas tú con él, vi la ubicación y decía "Roma, Italia", entonces supe donde buscarlos. Me fue fácil comprar a los profesores para que dijeran que mi nombre era "Nadia" y también me fue fácil inventar que era una lectora y que compartía tus mismos gustos para así poder acercarme a ti y por lo tanto, a Aidan...
–¿Querías destruir nuestra relación? -pregunté después de tratar de entender todo lo que ella dijo-
–Podría decirse -se limitó a decir-
–¿Por qué?
–Ya te lo dije. Porque me obsesioné con Aidan y lo quería para mí, me cegó la obsesión y la ambición, por eso intenté hacer de todo para estar con él. Mentí y lo hice porque creí que estaba enamorada de él y que lo amaba y que por eso debíamos estar juntos, pero comprendí que no es así, que lo mío hacia él sólo era una maldita obsesión y que debía decir la verdad, decirte a ti la verdad -dijo pareciendo sincera-
–¿Qué te hizo comprenderlo? -preguntó Mau-
–El accidente de Aidan, porque esa accidente fue mi culpa. Si yo no hubiese inventando todo esto, Aidan y tú jamás habrían discutido y él no habría intentado ir tras de ti justo cuando un auto pasaba a toda velocidad, y... -se detuvo volviendo a derramar lágrimas- Perdóname T/N, perdónenme, lo siento, de verdad, lo siento -se disculpó sinceramente-
–Está bien -dije sin más-
–No fue tu culpa -dijo Mau creyendo que la ojiazul debía escuchar eso-
–Sí, no fue tu culpa -sostuve la idea de Mau- Lo importante es que Aidan ya está bien y que tú te disculpaste -esbocé una sonrisa atenuada-
Aún no comprendía claramente el porqué de las intenciones de "Nadia", pero sabía que si se estaba disculpando sinceramente, debía aceptar sus disculpas. La verdad es que yo no quería cuestionar más nada, ya no quería saber nada, lo único que quería es que esa chica desapareciera de mi vida.
–De verdad, de verdad, de verdad lo siento -volvió a disculparse-
–Te creemos -dijo Mau-
–Y te disculpamos
–Quisiera pedirles que por favor me disculparan de Aidan, yo no puedo hacerlo porque estoy tan apenada que ya no puedo verlo a los ojos, ni a él, ni a ustedes. Lo siento. No volveré a molestarlos. De verdad, lo siento. -se disculpó una última vez y trató de marcharse, pero Mau la detuvo-
–¡Espera! Entonces, si no te llamas "Nadia" y supongo que tampoco "Ricitos de Oro", ¿cuál es tu verdadero nombre? -quiso saber Mau-
–Qué importa -musité-
–Lara -dijo ella sonriendo ligeramente y luego se marchó-
–Bueno, "Lara" es un lindo nombre, pero yo preferiría seguir llamándola "Ricitos de Oro" -dijo Mau después de que la chica se marchara-
–¿Tú le creíste? -pregunté-
–Sí, digo, creo que fue la confesión más repentina que he escuchado, pero se veía sincera
–Sí -me limité a decir- ¿Sabes qué es lo que dice mi corazón?
–¿Que aún amas a Aidan y que ahora que sabes esto te diste cuenta de que realmente quieres seguir con él? -preguntó Mau y yo sólo asentí con la cabeza-

Aidan Gallagher, ¿mi verdadero amor? (Aidan y tú) [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora