CAPÍTULO 32

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"Sin rencores ni reproches"

Mau tenía razón, mi humor era pésimo desde que terminé con Aidan y ahora más ya que había sido demasiado cruel con él y había hecho que se quisiera alejarse completamente de mí. Un dia después de que le pedí a Aidan que ya no me hablara, él llegó tarde a clases y con una mano vendada. Como había llegado tarde el único lugar disponible era a mi lado, él no tuvo más remedio que sentarse cerca de mí y yo no pude evitar preguntar qué le había sucedido.
–Uh, ¿puedo preguntar qué le pasó a tu mano? -dije con nerviosismo cuando él sentó a mi lado-
–Ya lo hiciste -dijo sin más-
–¿Y? ¿Qué pasó? ¿Por qué está vendada? -me apresuré a preguntar-
–Uh, no creo que te importe -dijo con indiferencia- Oye, tú dijiste que no me querías más en tu vida, o sea que no quieres saber nada de mí, ¡o sea que no te importa lo que me pase! -dijo casi gritando-
–Yo sólo quiero saber si te duele 
Después de decir eso, sin pensarlo pasé mi dedo suavemente por su mano, hasta llegar a su muñeca donde estaba la pulsera que le había regalado y dejé mi dedo ahí unos segundos sin decir nada. Aidan parecía confundido.
–Oh, tu pulsera -dijo cuando se dio cuenta de lo que yo hacía- ¿Qué? ¿Ahora sí quieres que te la regrese?
Ignoré su pregunta y volví a pasar mi dedo sobre su mano con delicadeza.
–¿Te duele mucho?
–No tanto como saber que ya no me amas -dijo y rodé los ojos-
–¿Cada que puedas vas a reprochármelo? -pregunté haciendo un gesto de molestia-
–No. ¿Sabes qué? Yo ya no te importo, ¿cierto? Pues tú también dejarás de importarme. ¡Listo! Sin rencores ni reproches -finalizó tajante-
Después del mal rato que me hizo pasar Aidan en la escuela por su indiferencia, por fin las clases terminaron ese día y llegué a mi departamento.
–Hola -saludé a Mau cuando entré a su habitación-
–Hola. ¿Cómo te fue en la escuela?
–Qué importa. ¿Tú? ¿Por qué no fuiste a clases?
–No tenía ganas -dijo sin importancia-
Mau estaba sentado en el piso con su espalda recargada contra su cama y yo me senté a su lado.
–¿Qué haces? -pregunté y le arrebaté su celular que sostenía desde que entré-
–Claro, te presto mi celular, tómalo con confianza -dijo Mau con sarcasmo-
–¿"Cosas que debo hacer antes de morir"? -pregunté confundida cuando leí el título de lo que Mau estaba escribiendo en su celular-
–Escribí algunas cosas que definitivamente quiero hacer antes de decir "adiós, mundo cruel" -dijo y yo no pude evitar reír-
–¿Como una lista de deseos? -pregunté después de reír-
–Podría decirse 
–¿Por qué? ¿Viste en internet que el mundo se acaba mañana? -pregunté volviendo a reír-
Mau abrió los labios para decir "tengo sida", pero se arrepintió y continuó diciendo otra cosa.
–No te burles -dijo Mau por fin, después de dudar tanto al hablar-
–Entonces dime por qué la lista -incité a que me contara-
–Porque... ¿Sabes?... -dijo y empezó a reír lo cual hizo que lo observara con confusión-
–¿Qué? -pregunté riendo ligeramente-
–Es que... Esperaba decir algo bueno, tú sabes, tener palabras profundas y reflexivas sobre la vida, pero no se me ocurrió nada. Sólo escribí eso porque creo que nada asegura que despertemos mañana, no sabemos cuando vamos a morir...
–Yo sí -dijo Mau en su mente-
–Tal vez moriré mañana, en tres meses, en 268 días o en un año, o menos...
–Eso dijo al doctor -volvió a decir Mau en su mente-
–Por eso escribí esa lista de cosas que quiero y que debo hacer antes de morir -explicó finalmente-
Después de la explicación de Mau, por fin pude empezar a leer las cosas que había escrito.
–¿"Comprar un cactus"? -pregunté intentando explicarme porqué Mau querría una planta así-
–Me gustan los cactus. Mi sueño es tener uno y vivir para ver cómo crece una flor en él -explicó esbozando una sonrisa de ilusión-
–¿"Viajar en globo aerostático"? -continué leyendo y cuestionando-
–¿Recuerdas cuando casi me da un infarto en el avión?
–Sí, paranoico -respondí riendo-
–Soy acrofóbico, ¿ok? Tengo miedo a las alturas. Quiero superar mis miedos antes de morir y viajar en globo aerostático me parece la mejor forma para hacerlo -confesó-
–¿Por qué mejor no saltas en paracaídas? -inquirí-
–Un paseo en globo aerostático es 268 veces más seguro que saltar en paracaídas, eso creo
–Y es romántico, si tú vas conmigo -dijo Mau en su mente-
–¿"Donar mi cabello"? -volví a leer y a preguntar-
–Para los niños con cáncer -explicó- Ve, mi cabello es bastante largo...
–¿Bastante?
–Bueno, un poco, pero crece muy rápido. Planeo dejarlo crecer un poco más, raparme y donarlo todo, pero antes tendrás que acompañarme a comprar gorritos -dijo Mau y a mí me pareció demasiado tierno-
–Ok, yo te acompaño -dije sonriendo y continué leyendo su lista- ¿"Conocer al Papa"? ¿Qué afán tienes con conocerlo? -dije riendo-
–Ninguno. Sólo creo que si estamos en Roma, deberíamos aprovechar y conocerlo
–¿"Bailar bajo la luna"? -volví a leer y a preguntar- Que cursi -dije riendo-
–No te burles -dijo rodando los ojos- Creo que bailar bajo la luna es 268 veces mejor que bailar bajo la lluvia, tú sabes, así evitamos la humedad, y no es doble sentido -se apresuró a aclarar-
–No tenías porqué aclararlo -dijo negando con la cabeza-
–¿"Hacer vandalismo"?
–Sigue leyendo ahí lo aclaro -ordenó-
–Entre paréntesis, ¿graffitear la escuela? -dije con sorpresa-
–¿Qué? ¡Sería divertido! -dijo con entusiasmo-
Continué leyendo.
–"Regalar abrazos". Oh, eso es muy lindo, ¿pero por qué?
–Bueno, creo que los abrazos son la mejor muestra de cariño -explicó sonriendo ligeramente- Planeo pasear por las calles con un cartel que diga "se regalan abrazos" y así la gente que necesite afecto, se acerque y me abrace -dijo Mau con un tono de dulzura-
–Que lindo -dije sonriendo-
–Y mientras las personas me abrazan, aprovecharé para robar sus carteras, tú sabes, sacarlas de sus bolsillos trases -bromeó-
–¡Mauro! -refuté-
–Es broma, es broma -dijo riendo-
–"Pasar una noche en un museo o en una juguetería" -seguí leyendo- ¿Por qué?
–Oh, necesito que me ayudes a decidir; ¿para ti qué sería más divertido, pasar una noche en un museo como en la película "Una noche en el museo", o pasar una noche en una juguetería como en el episodio de Bob Esponja?
–"La juguetería del infierno", recuerdo ese episodio
–Entonces, ¿qué prefieres? -inquirió-
–El museo. Si es verdad que los objetos cobran vida durante la noche, prefiero ver obras de arte en movimiento a ser atacada por juguetes malditos -dije y Mau rio-
–El museo será entonces -dijo aún riendo-
–Espera, ¿por qué no ambos?
–Acabas de decir que no quieres ser atacada por juguetes
–Pero en el museo las estatuas también van a atacarnos
–Prefiero morir ante a lo que se considera arte, que morir rodeado de juguetes -dijo y ambos reímos-
La lista de Mau ya estaba por terminar, la seguí leyendo tranquilamente, hasta al final cuando la tensión surgió, o mejor dicho, creció. Ya no era un secreto que ahora cada vez que Mau y yo estábamos completamente solos, o sea, prácticamente todo el tiempo, había demasiada tensión entre nosotros.
–"Ir a un buffet y comer todo lo que pueda" -leí y reí al instante-
–Ahí la comida es gratis -dijo otra vez con entusiasmo-
–"Plantar un árbol"
–Me preocupo por el planeta
–"Acampar en un bosque"
–De preferencia que se en el mismo en el que plante el árbol -deseó-
–"Recoger basura de la playa"
–Hay que salvar a las tortugas
–¿"Ir a una alfarería y hacer figuras de barro"?
–Como en "Ghost: la sombra del amor" -explicó-
–¿Acaso quieres hacer todo lo que hacen en las películas?
–Ahora que lo dices, también me gustaría atar globos a una casa y hacerla flotar como en "UP: una aventura de altura" y también pelear con un oso, como DiCaprio en "El Renacido" ¿Te parece si compras un disfraz de oso, lo usas y luego peleamos?
Ambos reímos después de que él cuestionara eso y luego seguí leyendo.
–"Hacer que T/N me enseñé latín". Sane! (¡por supuesto!) -dije sonriendo-
–¿Qué? -preguntó confundido-
–Que claro que te enseño -dije aún sonriendo-
–Bien, ¿cómo se dice "gracias" en latín?
–Gratias tibi
–Pues, gratias tibi -sonrió-
–¿Y cómo se dice "hola" en latín?
–Igual que en italiano; "salve"
–Y... -Mau quería seguir hablando, pero lo interrumpí haciéndolo callar-
–Shh. Te enseño latín después. Ahora déjame seguir leyendo
–No, ya es todo -dijo intentando arrebatarme su celular-
–¡No, espera! Aún queda algo por leer -dije mientras forcejeábamos por el celular-
–Si quieres no -dijo cuando por fin me quedé con el celular-
–"Declararle mi amor a T/N" -leí quedando boquiabierta-
El nerviosismo surgió y la tensión aumentó.
–Bueno, se supone que si eso fue lo último que escribí es porque quería hacerlo al final, pero creo que debo decirlo ahora. Supongo que el orden de los factores no altera el producto -dije esbozando una ligera sonrisa y rascando su cuello por nerviosismo- 

Aidan Gallagher, ¿mi verdadero amor? (Aidan y tú) [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora