🔹 Capítulo 22 🔹

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[Hinata]

Terminando la llamada con Aone tomé mi bicicleta en la que venía y decidí ir al hospital y ver cómo seguía Kageyama.

Los chicos que estaban ahí me dijeron que no me preocupara y que ellos buscarían más pistas así que me quedé tranquilo.

Cómo estaba lloviendo, me fui un poco lento ya que no quería caerme o algo por el estilo, pero aún así llegué 5 minutos después de la llamada.

Entre corriendo y pregunté por Kageyama.

Me dijeron que estaba en la habitación 709, pero no me dejaban entrar ya que había sobrepasado el límite de visitas... Me enojé y dije que yo era su esposo, sin más me dejaron entrar, así que agradecí y me fui corriendo al ascensor y llegar a la habitación.

Toque un par de veces y entre a la habitación dejando ver a los chicos que estaban ahí... Entre ellos estaban:

Oikawa-san, Atsumu-san, Yachi, Kuroo y Kenma...

Kageyama al verme limpio sus mejillas y se acomodo un poco en la cama.

Me acerque a él y pude notar su nariz roja y sus ojos hinchados... Me sonrió un poco débil y volvió a desviar su mirada.

Los demás chicos salieron de la habitación dejándonos solos...

Acerque un banco a su cama y me senté, tome su mano con delicadeza y con sumo cuidado la levanté para que tocará mi cabello.

Ninguno de los dos decía ni una sola palabra solo se escuchaba la respiración de ambos y la máquina a la que estaba conectado Kageyama.

Lo siento... — dijo Kageyama rompiendo el silencio

No es tu culpa — lo voltee a ver

Estaba llorando...
Provocó que yo también comenzará a llorar, me lance a abrazarlo, lo único que hacíamos era eso... Llorar.

Cuando él se tranquilizó, se recosto y me pidió que me acostara en su pecho.

Limpie las lágrimas que aún salían de mis ojos, sorbí por la nariz y lo obedecí.

Me recosté a su lado y el me abrazo mientras acariciaba mi espalda para tratar de tranquilizarme.

Me recosté a su lado y el me abrazo mientras acariciaba mi espalda para tratar de tranquilizarme

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No importa que... Aunque tenga que dar mi vida, te prometo que lo encontraré... — me dijo con voz tranquila.

Escondí mi rostro en su pecho y cerré mis ojos...
Los latidos de Kageyama me tranquilizaron a tal punto de quedarme dormido.

°°°

Cuando desperté escuché la voz tan calmada de Kenma... Y estaba yo solo en la cama.

— No... Cuando les dijimos yo ya tenía 2 meses... — dijo con un tono feliz

¿Entonces cuántos tienes ahora? — pregunto Kageyama.

Realmente eres tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora