𝟑𝟎 𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨𝐬 《Fyoaku》

I

"¿Cuánto tiempo más estarás lamiéndole las botas a Dazai Osamu? A ese hombre no le importas, es algo bastante obvio para todos, pero parece que escapa de tu conocimiento."

Akutagawa gimió contra la almohada debajo suyo, sus ojos se cerraron y su espalda se arqueó. Sus piernas temblaron y sus caderas se sacudieron hacía delante bruscamente por las embestidas constantes, Fyodor mantuvo su parte inferior levantada, había una almohada presionada contra su pelvis para evitar que cayera, y la tela se frotaba contra su polla dura con cada pequeño movimiento. 

Estar de este modo resulto ser una completa tortura para Akutagawa; no estaba acostumbrado a ser sometido de esta manera, a ser torturado con placer en vez de dolor. Esto no se comparaba para nada con sus tardes de entrenamiento con Dazai, donde solo recibía golpes e insultos. No, Ryuunosuke admitía que esto era mucho mejor. Ser follado de esta manera por semejante hombre, Akutagawa jamás había siquiera pensado en algo así. Las manos de Fyodor apretaban sus caderas con fuerza y el hombre se lo follaba sin piedad, abusando una y otra vez de su próstata con cada embestida. Sus jadeos y gemidos eran como una melodía tocada  directamente en los oídos de Akutagawa, resonaban en la habitación con los propios sonidos que el mafioso soltaba con cada movimiento del otro.

"¿Qué? ¿Quién mierda eres? No sé de que estás hablando, pero cuando averigüe quién eres, voy a partirte la cara."

Las manos de Akutagawa estaban atadas con una corbata en su espalda, su cara estaba siendo presionada contra una almohada y una mano tiraba de su cabello con fuerza, haciéndolo inclinar su cabeza hacía atrás en algunas ocasiones. Todo fue tan repugnante; el sudor, el olor a sexo, los besos húmedos y las lamidas sobre su piel, Akutagawa lo odiaba todo, y a la vez lo amaba. Por más que quisiera negarlo, la verdad era que le encantaba que lo sometieran de esta forma, más de lo que odiaba que lo golpearan. El dolor era un recuerdo lejano mientras su visión se volvía borrosa y su garganta comenzaba a arder por uso constante.

"Tan apretado... "Fyodor jadeó contra su oreja, sus uñas se encajaron en la piel de las caderas de Akutagawa y el mafioso jadeó. "Lo estás haciendo tan bien, cariño. Eres un cachorro tan bueno."

Ryuunosuke hizo una mueca ante el apodo por el que el ruso lo llamaba; el hombre se estaba burlando de él con ese apodo absurdo, él lo sabía. Había llamado a Akutagawa perro faldero hacía unos minutos, antes de que el ambiente de la habitación se calentara y ambos comenzaran a follarse como animales en celo. Akutagawa odiaba ese apodo, y si no estuviera desnudo y con las manos atadas a su espalda, ya habría usado su habilidad para degollar al otro. Pero... había algo con la forma en la que Fyodor gemía ese apodo, parecía una mezcla de cariño y burla a la vez.

"O eres demasiado ingenuo, o simplemente te gusta ignorar tu debilidad. Sea lo que sea, uno puede ver fácilmente porque eres considerado un "perro". Siempre tan leal, incluso con alguien como Dazai, que te ha pateado y denigrado innumerables veces y, sin embargo todavía recibe tu máxima devoción y atención, si tuvieras una cola, estoy seguro de que la moverías con alegría cada vez que se menciona su nombre. Es divertido, Ryuunosuke-kun."

Akutagawa gritó de placer cuando el ruso cambio el ángulo de sus embestidas y golpeó su próstata una vez más, su boca se abrió y presionó su rostro contra la almohada para evitar los sonidos vergonzosos que amenazaban con derramarse de su garganta.

"Oh, Ryuunosuke, podría hacer esto siempre. Follarte hasta hacerte llorar, apuesto a que te encantaría. "Fyodor lamió su hombro tembloroso y sonrió, sus ojos púrpuras brillaban hambrientos mientras miraba la forma temblorosa del menor debajo suyo. "El ex subordinado de Dazai Osamu, involucrado en un acto tan sucio conmigo.... Apuesto a que tu perfecto maestro se enfurecería si te viera ahora."