Capítulo I Dos hechiceros

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Esta historia comienza en un reino, más específicamente, en el reino del Rey Jumin Han. Este era un reino muy grande y próspero, lleno de muchos habitantes amables y gentiles unos con otros, todo en este reino era perfección y felicidad, aunque no siempre fue así, pues años atrás, cuando el Rey Han estaba al mando, existió un hechicero, el primer hechicero de la corte.

Todo iba bien, se decía que dicho hechicero era muy amable, siempre ayudando a niños o cualquier persona necesitada de ayuda, o al menos eso quería aparentar. Pues sus verdaderas intenciones no eran más que asesinar al Rey Han y deshacerse del futuro heredero al trono, el príncipe Jumin. Todo para quedarse con el trono, pero había algo más que todos ignoraban, ignoraban que aquel hechicero tenía dos hijos los cuales creía estaban muertos.

Aquellos hermanos que habían permanecido ocultos a los ojos de otras personas, al enterarse del plan de su padre no pudieron quedarse con los brazos cruzados y por días estuvieron estudiando cada rincón del palacio y a su vez creando un astuto y perfecto plan, plan que se ejecutaría en un baile de máscaras que se daría en honor a dicho hechicero por salvar la vida del joven príncipe Han Jumin de un repentino accidente, todo estaba listo para aquella noche, nadie sospechaba y aunque su plan era seguir permaneciendo en el anonimato, aún así debían estar preparados para lo que pudiera avecinarse.

Pasaron los días y por fin la noche del baile llegó, ambos gemelos se infiltraron en el castillo usando trajes y máscaras que los hacía ver irreconocibles, al menos querían guardar su identidad y sin perder el tiempo fueron en busca del hechicero, o mejor dicho, su padre.

—Algo no anda bien aquí...—Mencionó el pelirrojo mientras veía a algunas personas parte de la servidumbre alejarse.

—Saeran, tu adelantate, algo no está bien aquí.

—¿Estas seguro?

—Si.— respondió el mayor mientras salía corriendo rumbo a la cocina del castillo.

Un aura extraña podía percibirse en el aire, eso fue lo que hizo preocupar al pelirrojo. Corrió hasta llegar a la cocina pero frenando su caminar pocos pasos antes de llegar a la puerta, pues pudo ser capaz de escuchar la conocida voz de su padre.

—Bien, repasemos. ¿Cual es la copa que le entragaras al rey?— Cuestionó el hombre mientras fijaba su mirada en los ojos de una joven sirvienta.

—Esta.— Respondió alzando una copa de oro que resaltaba entre todas las demás.

—Muy bien, no quiero ninguna falla, de lo contrario... Te culparan a ti.— Dijo con una sonrisa que no mostraba más que hipocresía mientras posaba su mano en una de las mejillas de la joven y acariciaba esta.— ¿Lo entiendes, verdad?

Al otro lado de la puerta estaba el joven hechicero, sin duda lo que acaba de escuchar facilitaría más las cosas, pues, al parecer habían coincidido y tanto su padre como ambos gemelos pensaban llevar a cabo su plan esa misma noche, aunque claro, solo el de los gemelos podría ejecutarse.

—El hechicero Saeyoung agradece esta carta y la jugara con mucha sabiduría.— soltó una risa al final y terminó por irse antes de que lo descubrieran.

—¿Donde estás, Saeyoung?— comentó preocupado el pelirrojo sin dejar de mirar a todos lados buscando con su mirada alguna pista de su hermano.

Siguió así unos segundos más hasta sentir una mano en su hombro, acción que lo asustó un poco.

—Ah, eres tú, ¿Qué averiguaste?

—Al parecer coincidimos.— Respondió el pelirrojo con simpleza.

—Aquí es donde decidimos, jugar esta carta o dejar el turno al siguiente jugador... Y por supuesto jugaremos esta carta.— Respondió Saeran con seguridad.

El otro pelirrojo solo asintió con una sonrisa y pronto dieron el anuncio esperado, pasarían a la cena, era ahora o nunca, no había más. Por supuesto debían estar cerca del rey Han y del presunto hechicero, cosa que no fue problema, habían usado un hechizo que a los ojos de la gente, incluido la familia real, los harían parecer importantes hechiceros de otros reinos, debido a esto se sentaron frente a su querido padre. El momento por el que los gemelos habían estado esperado al fin había llegado.

—Con que gemelos ¿verdad?— mencionó el hechicero.

—¿Tanto se nota nuestro parecido aún detrás de esta máscara, hechicero Choi?— respondió Saeran con seriedad.

—El cabello rojizo es algo que con facilidad se puede notar.

—Pero eso solo demuestra que tenemos un tipo de parentesco, no precisamente gemelos, ¿cómo pudo ser capaz de deducir algo así con solo el color de nuestros cabellos?— pregunto el otro pelirrojo que se encontraba riendo muy internamente, no sabía cómo o de que manera, pero de alguna forma su “padre” parecía saber de su visita.

El rostro del hechicero no expresaba más que nerviosismo, la situación era como si un gato hubiese acorralado a su presa sin pensarlo.

—Entonces, vienen de un reino muy próspero, ¿Se puede saber de cual?— Habló el duque Kim que sin saber había salvado al hechicero.

—Pues, nosotros...

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2021 ⏰

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