No podía creer que toda su vida llegara a cambiar tanto como lo hizo, sin previo aviso, sin ninguna señal que le hubiese indicado que nada de lo que crearon fuera a prosperar. Toda su vida estuvo ligada a una persona, a una creencia del amor que le dio la esperanza cuando creyó que jamás iba a sentirlo. ¿En qué fallaron? Lo tenían todo, experimentaron aquello que siempre les daba miedo admitir, se soltaron de lo que les presionaba a caer, se armaron hasta los dientes cuando vieron su amor peligrar, se ofrecieron sin dudarlo ser aquel que moriría para proteger al otro, se quisieron sin importar nada de lo que les rodeaba. ¿Por qué no pudieron tener un final feliz? ¿Acaso no se lo merecían? ¿Acaso no habían demostrado su amor lo suficiente?
La oscuridad del lugar y ese olor a humedad hacía estremecer a Harry, quien intentaba moverse sin éxito alguno, un brazo fuerte le tenía cogido por su cintura, teniendo atrás sus muñecas, llegando hacer daño. Su boca estaba tapada con una mano que hacía una presión dolorosa en su madíbula. Aún teniendo el pánico en su cuerpo, pudo distinguir dos personas, dos hombres. Había silencio, más la presencia de eso individuos intimidaba bastante para no emitir ruido alguno por parte de Harry. Sus ojos aún tenían restos de lágrimas y aún no era capaz de procesar todo lo que estaba ocurriendo. ¿Iba a ocurrir de nuevo? ¿Iba a ser lastimado por amar a Louis de nuevo?
Ese pequeño cubículo era solo una habitación de mercancía hospitaliara, pero en esos momentos parecía una sala de tortura.
Volvió a intentar moverse desesperado, pues no tenía ni idea de lo que pudieran hacerle. Las ganas de gritar aumentaban al mismo tiempo que la persona que lo sujetaba le marcaba sus dedos en sus muñecas y su boca. Uno de esos hombres, quien estaba al lado de la puerta dándole la espalda, se volteó y al mirarle lo único que gesticuló fue un silencio con su dedo índice junto una sonrisa que para nada era agradable de ver.
Pudieron pasar minutos, pero para alguien en la situación de Harry solo contabilizaría por siglos.
El leve sonido del chirrido de la puerta hizo que todo su cuerpo volviese en estado de alarma, mirando como podía hacia esa puerta, teniendo la esperanza de ser descubierto y salvado, sin embargo, al ver cómo el único hombre que no lo tenía sujeto se acercaba a la puerta y bajaba la cabeza asintiendo, simplemente cerró los ojos.
Este iba a ser el primer "aviso" de Troy.
Entró y cerró la puerta rápido. Harry solo escuchaba. Dos pasos adelante. Una respiración delante de él. Un leve asentimiento y una punzada dolorosa en su estómago. Su boca aún amordazada y su cuerpo estático le hiceron imposible poder retorcerse tras el golpe. Aún así, su única parte del cuerpo pudo expresar algo de dolor con lágrimas, que caían por los lados al tener sus ojos cerrados.
"¿Crees que me la puedes jugar tan fácilmente?" Troy estaba inclinado hacia la cara de Harry. "¿Aprenderás con palabras o dolor? Puedo hacerte recordar mis maneras, Harry."
Aún no pudiendo ver, sabía que estaba sonriendo ese malnacido.
Después de una risa por parte de Troy, otro puñetazo en su estómago le hizo caer al suelo, pues los brazos del hombre que lo tenía cogido habían cedido haciendole caer y emitir un doloroso quejido. Harry abrió los ojos de repente, mientras se llevaba su mano a la parte golpeada. Lo único que veía era un suelo limpio y unos zapatos negros delante. Su respiración entrecortada y su miedo palpable no le hacía tener la valentía de dirigir su mirada al frente.
Nunca imaginó volver a sufrir esta situación. Sin embargo, ahí se encontraba de nuevo.
Troy se agachó, quedando a la altura del chico que yacía de rodillas en el suelo. Harry podía verle la cara, pero no alzó su mirada, no quería ver un rostro que solo emanaba maldad y venganza.
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¿Nos conocemos? (L.S.)
RomanceLouis pierde la memoria, y con ella, los cinco años que pasó con Harry. Borrón y cuenta nueva en un cuaderno de melodías. Al principio, la daga era solo eso, una daga que solo cortaba, que hacía daño, vacía por dentro. Un arma afilada que solo pre...