Lo suficientemente bueno [HyunMin]

Extra.

Su esfuerzo había valido la pena. Ji Sung sonrió ampliamente al terminar con su presentación en el escenario y escuchar los aplausos de todos, acompañados de algunos gritos de apoyo y otros más de emoción pura sólo por estar ahí y poder escucharlo en vivo.

—¡J.One! ¡J.One! ¡J.One!

El ahora rubio alcanzaba a distinguir que muchos lo apoyaban repitiendo a coro su nombre artístico y eso lo hacía sentirse muy feliz. Cuando el concierto terminó, dio unas palabras de agradecimiento a sus admiradores y se despidió con una sonrisa sincera en sus labios, esperando volver a hacer algo así pronto.

Salió por una ruta especial, diseñada para todos los artistas que se presentaban en aquel sitio, y se sorprendió mucho cuando se encontró con su padre esperándolo al final del camino. Sin saber qué decir, desvió la mirada, pensando que para el mayor seguía siendo difícil verlo frente a frente, incluso si había tenido éxito en el mundo de la música... Después de todo, no podía evitar cargar con esa sensación de que había decepcionado a aquel hombre por no elegir una carrera universitaria y el futuro que deseaba para él. No se arrepentía de haber perseguido sus sueños, pero sí le habría gustado recibir una reacción mejor en el momento en el cual decidió hacerlo.

Tal vez por esa razón faltó realmente poco para que comenzara a llorar cuando su padre, sin pronunciar palabra alguna, se acercó a él y lo estrechó entre sus brazos de manera cariñosa.

—Estoy tan orgulloso de ti, hijo —finalmente habló.

—¿E-estuviste aquí? ¿V-viste todo el concierto? —Logró preguntar con la voz algo rota. Apenas y podía creer que él estaba en frente suyo.

—Sí, lo hice. ¡Y lo disfruté mucho!

—¿Cómo te enteraste de que estaría aquí esta noche? —El rubio se veía un tanto confundido—. Tú nunca estás atento a estas cosas y... ¿Cómo conseguiste una entrada, eh?

—Bueno, jamás lo habría logrado yo solo. Recibí algo de ayuda... —Volteó hacia atrás, haciendo entonces que Ji Sung también dirigiera su mirada hacia aquella dirección con curiosidad.

Su sonrisa fue extendiéndose más y más conforme iba viendo a su novio salir del escondite perfecto que las sombras del lugar creaban. Llevaba en sus manos un precioso ramo de rosas para él y eso sólo aumentó su emoción.

—Le dije a tu padre que ya iba siendo hora de que apreciara el talento de su hijo —comentó Lee Know, encogiéndose de hombros como si llevar al señor Han hasta ese lugar no hubiera sido la gran cosa.

Ji Sung corrió a abrazar al mayor y le dio un beso en los labios, mismo que ninguno de los dos rompió hasta que el padre del rubio carraspeó un poco.

—Ah, lo siento —rio bajito y giró hacia donde estaba el hombre que lo había visto crecer—. Gracias por haber venido, papá. Significa mucho para mí.

—Lamento no haberme dado cuenta antes de lo talentoso que eres en realidad —le dedicó una sonrisa débil.

Una vez fuera del auditorio, se despidieron del señor Han y, casi un minuto después, Lee Know recibió un mensaje por parte de Felix.

—¿Estás muy cansado, cielo?

—¡¿Bromeas?! —Exclamó—. Me encanta esta parte de la noche después de dar un concierto, ya no hay nerviosismo ni temores, ¡sólo queda la emoción por lo genial que fue! —Dio un par de vueltas, divirtiéndose—. No tengo ni una pizca de sueño. ¿Por qué?

—Felix quiere que nos veamos en Opal Mountain en media hora —le enseñó el mensaje en la pantalla de su teléfono celular—. Está algo lejos de aquí, pero sí podríamos llegar, aunque tal vez en cuarenta minutos...