Alison
Entramos a la cafetería del pueblo.
El sitio era un lugar hermoso, un lugar ambientado en los años 70, el piso tipo domino, las mesas, los colores vibrantes y las luces del lugar lo hacían un espacio confortable.
— ¿Qué vas a ordenar? — le pregunte a Oren.
Estábamos sentados en nuestra mesa favorita, un lugar perfecto para mirar a través de la ventana sin alejarnos tanto de la puerta.
Mire la carta mientras decidía que pedir. Tal vez un chocolate caliente no estaría nada mal.
La mesera llegó a nuestro lado, lista para tomar nuestra orden.
—Yo quiero un chocolate caliente y 2 galletas con chispas de chocolate. Por favor.
—Yo quiero una hamburguesa doble con papas a la francesa, una gaseosa de naranja y de postre un muffin de chocolate. El más grande que tengas. — el ojiverde le sonrió a la mesera.
Ella se sonrojó y anoto rápidamente.
—En un momento les traigo su orden. — hablo la chica, nerviosa.
Oren no era feo, su cabello azabache era realmente llamativo. No era debilucho, tenía algunos músculos, solía vestir con estilo, era seguro de sí mismo, gracioso y bastante vanidoso. Sus ojos verdes eran muy lindos, su sonrisa cautivadora y su aire seductor lo hacían enigmático, tal vez también tenía un pequeño aspecto de chico malo que hacía delirar a algunas chicas. Era un buen chico y el mejor de los amigos. Sin duda era atractivo, pero tenía algunas mañas y fetiches raros. Aunque quien lo conocía bien, sabía lo tragón que era, lo grosero y despreocupado, su comportamiento estúpido y lo berrinchudo que podía llegar a ser el chico, aunque, daba buena impresión de vista. Así que las chicas podían pensar que sería un caballero con armadura, aunque realmente era un bufón de primera. Nada mal para ser él. Era simple, para mí Oren, solo era Oren.
— ¿No vas a comprarme una malteada de vainilla esta vez?
—No hay motivos para que me chantajees ahora.
Escuchamos la puerta del lugar abrirse. La típica campanilla sonó, avisando que alguien había entrado al establecimiento.
—Tal vez si la haya. — Oren miro hacia la puerta y me indico que lo hiciera.
Blake había llegado al lugar. Vestía una playera y un pantalón negro. Demonios. El negro se veía tan bien en ese chico. En su mano izquierda reposaba un costoso reloj de pulsera y en su brazo derecho descansaba un suéter color azul marino.
Oren me tendió una servilleta. La tomé confundida.
—Límpiate. Estás babeando demasiado.
Vire los ojos.
—Cállate. — lo golpeé ligeramente en el hombro. Oren se dedicó a reír ampliamente.
Blake parecía buscar a alguien en particular. Observaba las mesas tratando de encontrar a alguien.
Oren se levantó de su asiento haciéndole señas al chico que por fin lo encontró, el pelinegro le indico que se dirigiera a nosotros, Blake lo entendió y comenzó a caminar en nuestra dirección.
El ojiverde cambio de lugar y se sentó a mi lado para dejar el lugar frente a nosotros disponible para el castaño.
— ¿Qué demonios haces? — pregunté, con los dientes apretados.
—Dejándole un lugar disponible a nuestro invitado.
— ¿Nuestro?
— ¡Hola! — saludo el chico cuando estuvo al lado de nuestra mesa. Lo miramos. — ¿Puedo? — Oren asintió mientras yo miraba todo extrañada.
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Caught
Misteri / ThrillerDicen que los pequeños pueblos esconden misterios. Que los amigos guardan secretos. Que en los bosques la gente desaparece. Y qué un crimen no siempre se resuelve. No necesitas mucho para investigar la muerte de tu mejor amigo. Tal vez solo necesita...