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Minying asistió a la casa de sus padres todos los días jueves de los dos meses que suscitaron a aquel día, quería cumplirle la promesa a su esposo Min Yoongi, aquella que entre los trozos de su corazón le había pactado, ayudarle a Min para que pudiera ver a Jimin al menos un instante, pero aunque sus intentos eran perseverantes, siempre falló. Jimin permanecía en su habitación bajo llave, todo como parte del castigo impuesto por su padre, de aquellas cuatro paredes no saldría más hasta que Park Hyun encontrara la mujer indicada, la mujer perfecta para comprometerla con su hijo, mientras tanto, no vería la luz del sol ni la luz de la luna.

Al entender que ver a su hermano era imposible, Minying le pidió a Yoongi que le escribiera una carta, así ella al menos le haría llegar sus palabras a Jimin por medio de un trozo de papel, por supuesto que Yoongi accedió y con la nostalgia en su corazón, escribió una carta dolorosa pero bella, que transmitía todo su sentir, aquella, fue entregada en las manos de Minying quien esa misma tarde, a la hora del té, partió a la casa de sus padres.

A la entrada de la residencia, la señora Kimi la recibió, Minying de inmediato le tomó las manos entregándole la carta de su esposo, confiando en ella para poder hacérsela llegar al pequeño Park.

Por favor señora Kimi, esta será la única vez que le pediré un favor — la joven susurró en medio del caminar que la lleva al jardín donde su madre se encontraba —, es muy importante que mi hermano Jimin reciba esta carta, estaré eternamente agradecida si usted se la hace llegar.

No puedo cumplir con ello señora Minying — la mujer pronunció aún sujetando en sus manos el trozo de papel.

—Por favor, es muy importante — Minying pronunció alejándose de la mujer para poder ver a sus padres quienes tomaban el té mientras sostenían una charla desinteresada.

—¿Minying, de nuevo por aquí? — el hombre preguntó dejando la taza sobre la mesa — ¿No deberías estar en casa sirviendo a tu marido?

—He venido solo a darles una noticia — la joven pronunció con seriedad e inteligencia —. El señor Kim Seokjin, viejo amigo del teniente Lee Kiwook busca un pretendiente para su bella hija, la señorita Kim Haneul, es una buena chica, además el hombre posee múltiples propiedades y se codea con los hombres más adinerados del país, pensé que te interesaría la propuesta padre.

Minying tomó asiento a lado del hombre y con una leve sonrisa le miró meditar la información dicha, quizás intentando recordar si el apellido era ya conocido para él, y claro que lo era, sin embargo, aquel hombre del que hablaba Minying no buscaba algún pretendiente, ni si quiera tenía alguna heredera, aquella era una farsa propuesta por la joven.

—No recordaba que aquel hombre tuviera una familia, siempre se rumoró que moriría solo — mencionó el hombre aclarando su garganta con el té de la taza humeante.

Hay muchas cosas que se siguen manejando debajo de la mesa, para el señor Kim, era importante no hacer especulaciones sobre su herencia, ya que quiso alejar a los pretendientes interesados por el dinero, pero es ahora que el buen hombre busca un candidato que honre a su familia, por ello pocas personas sabemos de ello, Yoongi me ha comunicado la noticia, así que pensamos que sería un buen momento para Jimin.

—Tienes razón Minying — el hombre pronunció y le tomó la mano con suavidad dejando suaves palmaditas sobre el dorso de aquella.

Se dará una pequeña fiesta el sábado por la tarde, Kim Seokjin quiere inspeccionar a los candidatos posibles para un matrimonio, si quieres que Jimin asista entonces dímelo y vendré por él el sábado.

1850: Beso ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora