Evento formal

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A diferencia de su pareja, USA no era de los que les gustaba ir a eventos formales

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A diferencia de su pareja, USA no era de los que les gustaba ir a eventos formales. No le gustaba vestir con trajes elegantes y ajustados, que si bien lo hacían lucir en la cintura y piernas, los odiaba porque sentía que le restringían movimiento.

Cuando tenía que ir a las fiestas de ONU, siempre peleaba con Alemania porque no quería ir. Ir significaba usar esos odiosos y aburridos trajes.

Tampoco podía quejarse mucho, le encantaba como se le veía ese tipo de ropa al hijo de Reich. Eso sumándole su cabello perfectamente peinado y los lentes de montadura negra...bueno...USA podía soportar algunas horas usando ese incomodo vestuario si eso significaba que podía ver su esposo con uno.

Era el aniversario de bodas de Brasil y México. Casi quince años juntos. Había escuchado que querían tener un hijo pero aun no podían. Sentía pena por ellos.

USA tomo una copa de uno de los camareros que pasaban a su lado y le bebió rápidamente antes de dejarla de lado y tomar un pastelillo de chocolate que no tardo en dejar en manos de su esposo debido al mar sabor.

― ¿Qué haces?―Alemania le pregunto aun sosteniendo el postre― Creí que te gustaban.

―Saben horribles. ―Tomo una servilleta y limpio sus dedos― Antes sabían mejor.

― ¿No estarás.....?-

―México―La pregunta del alemán se vio interrumpida por el estadounidense que veía a su mejor amigo caminar hacia ellos.― ¿Cómo me veo?

―Perfecto―Limpio la mejilla del más bajo con una servilleta― Creí que ya habíamos superado esta etapa.

―Alemán tonto.―Tomo la mano del menor entre las suyas para acercarse al mexicano.

―Gringo, Alemania ¿Cómo están?

― Podría estar mejor―Se quejó el rubio.―Creo que subí de peso, en la mañana batalle por entrar en este traje...quise ir a comprar otro pero alguien no me dejo.

Brasil levanto una ceja hacia Alemania al oír esas palabras, a lo que el europeo solo se encogió de hombros.

―Te dije que no debías comer tanto, vengan.

El resto de la noche y pese a los constantes regaños de su esposo, el americano siguió comiendo bocadillos cada que podía, algunos los tiraba nada más probarlos y otros los guardaba para después.

Hasta que llegó la hora del baile. En un inicio el americano no quería bailar pero tras algunos minutos finalmente accedió. Era una canción lenta y romántica. Le recordaba mucho a su boda. Ese día el rubio casi llega tarde, eso México jamás se lo dejo pasar. Llegar tarde a tu propia boda. Alemania estuvo enojado con él la primera semana de luna de miel. Su noche de bodas ni siquiera la pasaron juntos. Después de eso el estadounidense hizo el drama de su vida regresándole el anillo y diciendo que lo dejaba en libertad.

El alemán rio suavemente al recordar aquello. Tan sumergido estaba en sus pensamientos que no noto cuando el más bajo se había recostado en su pecho.

Levanto su mentón con delicadeza solo para notar que ya estaba dormido. Suspiro pesadamente antes de cargarlo y sacarlo de la pista de baile.

Lo recostó sobre uno de los sofás que había en la orilla, misma a la que los festejados se acercaron para asegurarse de que todo estuviera bien.

―Solo se quedó dormido― Les dijo mientras le desabrochaba el saco para sacárselo y que pudiera dormir con comodidad. Y cuando lo hizo pudo darse cuenta que los quejidos de la mañana no habían sido solo un berrinche, el estadounidense realmente había subido de peso. Eso o el traje había encogido.

Mentalmente regaño a su esposo por escoger ropa que si se descuidaba un poco con su figura, dejarían de quedarle.

Pero también lo agradeció, si no hubiese sido por su necedad de usarlas, no se habría dado cuenta de aquel detalle.

Se quitó su propio saco para poder tapar a más bajo que ahora estaba recostado sobre sus piernas.

― ¿Por qué no se van a casa?―Brasil le pregunto―Sera mas cómodo así.

Alemania negó.

― Fin peleo con Suecia, lo llevare a casa y aún está bailando.

― ¿Entonces porque no lo llevas a una habitación allá arriba?

―Gracias―Volvió a cargar a su esposo mientras caminaba al segundo piso.

Lo recostó sobre la cama para después quitar sus zapatos y desabrochar su camisa un poco. Beso su frente con suavidad antes de taparlo con la sabana.

― ¿Qué voy a hacer contigo?― Susurro hacia la nada.

― ¿Qué voy a hacer contigo?― Susurro hacia la nada

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GLEAM ||GerAme|| (10 dias OTP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora