¿Les ha pasado alguna vez, que por más que intentan no pueden dejar de ver a alguien? En mi caso todo comenzó como admiración, es decir, Kiseop es el chico ejemplar de mi clase. Es demasiado inteligente, siempre dispuesto a ayudar a la gente, es dulce y amable. Todos en clase lo aprecian y esa era una de las razones por la cual lo observaba siempre, era mi máximo ejemplo a seguir, quería ser como el.
Así pasaron los días hasta aquella noche, Kiseop apareció en mis sueños de una manera que jamás había imaginado. En ese sueño me encontraba besando sus labios, acariciando su delgado cuerpo, pasando mis manos sobre la suave y blanca piel y lo que paso después... Termine dentro suyo, mis fluidos chorreaban por sus piernas, fue ahí que desperté. Asustado me levante de la cama, entre mis piernas se había formado una erección bastante lastimosa que se bajo casi al instante cuando me di cuenta que lo que había soñado estaba absolutamente mal, no era propio de mi y me preocupaba que en mi subconsciente existieran esa clase de tendencias. Me obligue a mi mismo a controlarme y a esperar que aquel asunto se bajara, después de todo no podía usar las duchas a esta hora y no podía hacer mas con mi compañero de habitación al lado.
Así permanecí despierto dándole vueltas a lo sucedido en mi cabeza, ¿de que forma vería a Kiseop ahora? Bien, lo había decidido en ese mismo instante, jamás volvería a observarlo así, era mejor olvidar que aquel chico existía.Había pasado cerca de una semana, antes de dormir me concentraba en todo tipo de pensamientos, a veces resultaba más efectivo estudiar de noche para así retener todo en mi memoria y volver a repetirlo en sueños, no había vuelto a soñar con Kiseop y eso me alegraba. Después de todo mi vida era completamente normal, hasta aquel día...
Mi entrenamiento había terminado, normalmente desahogaba todas mis frustraciones y estrés en el Tae Kwon Do y en realidad lo disfrutaba mucho. Como siempre y debido al esfuerzo y a las largas horas de entrenamiento termine bañado en sudor por lo que debía tomar una ducha cuanto antes. Me dirigí a los baños, llevaba los audífonos puestos y mientras tanto preparaba lo que necesitaría para bañarme. Cuando estuve listo me metí a la primer regadera que vi, aun escuchando la música en mis oídos por lo que solo me di cuenta que la ducha estaba ocupada hasta que mire dentro.
Un cuerpo quedo desnudo frente a mi, un cuerpo esbelto, con escasos pero formados músculos, tan blanco. La escena era como para reventar ahí mismo, pues la vista que ofrecía despertaba todo el morbo y deseo que tiene un chico. El agua mojaba sus cabellos hasta hacerlos parecer castaños, las gotas viajaban de su cabeza hasta la espalda y se escondían en un solo lugar, entre aquellos bultos, sus nalgas, aun mas blancas que el resto de la piel, firmes y que escondían algo que yo en mis sueños había tomado y hecho mio. Me quede ahí con la boca abierta casi babeando pero solo fue por unos segundos hasta que el chico volteó su rostro totalmente avergonzado, yo solo salí corriendo de ahí, no quería imaginar como estaba mi expresión, ¿que había visto el en mi? ¿Habría notado como me lo comía con la mirada? Esperaba que no, pero, ¿que estaba mal conmigo? Me asustaba pensar que esto empeorara las cosas...
Y lamentablemente así fue, esa noche volví a soñar con el, a hacerlo mio y justo donde lo había visto, en las duchas, resbalandonos entre espuma. Emitiendo vapor con el calor de nuestros cuerpos sintiendo su piel tan húmeda, corriendome como el agua, dentro suyo, dejando mi esencia en el y deleitándome con la suya.Al despertar no me escandalice como antes, esta vez sentí las inmensas ganas de hacer mi sueño realidad, no me moleste por la reacción de mi cuerpo sino más bien le ayude a liberarse un poco de la excitación que sentía. No entendía que tenía Kiseop para ponerme así pero me fascinaba. Poco me importó esta vez si mi compañero en la cama contigua se daba cuenta, necesitaba tocarme pensando en el. Introduje mi mano en la ropa interior y solo con tocar mi miembro despierto sentí un calambrazo de placer, dejándome llevar por esa deliciosa sensación me masturbe sin miramientos, mi mano ya se movía frenéticamente sobre mi pene, me estaba volviendo loco con las escenas que veía en mi mente "Kiseop, Kiseop, Kiseop" no dejaba de pensar en el, en su trasero su piel y aquello que no pude ver pero mi imaginación se encargó de mostrarme. Termine eyaculando sobre mi mano y así fue por las siguientes noches.